“SLUGA SIGUE CONDUCIENDO EL STMLM”

 

Carlos Roberto Barrios, “Pato” para muchos; hace 30 que es municipal. Hombre de militancia política y sindical y, actualmente, es miembro de la Comisión directiva del STMLM. “Pato” Barrios, en su momento, fue un símbolo, un estandarte que utilizaron Rubén Paulillo y Juan Carlos Sluga para retener la conducción del sindicato municipal matancero, porque fue uno de los heridos en la gresca que se armó en la asamblea para elegir las autoridades de la Junta Electoral en el club Huracán de San Justo.SANY0008 (Copy)

Carlos Roberto Barrios, habló en exclusiva con Semanario “Quinto Poder” y nos contó cómo cambio su vida en un poco más de un año, después de haber recibido un terrible golpe en la cabeza que le produjo fractura de cráneo, un ACV y un infarto cerebral. Durante la campaña las autoridades del STMLM enarbolo su nombre para ganar las elecciones y mostrar a Jorge “Catola” Rego, que les disputaba la conducción, como un violento; después de haber sido “utilizado” por Juan Carlos Sluga, “Pato” Barrios hoy está en una situación de indefensión total, las graves lesiones que le ocasionaron dejaron secuelas y la obra social del STMLM cubre poco y nada.

Hoy “Pato” Barrios vuelve a hablar y cuenta su verdad.

 

QP: Hiciste un tratamiento, te operaron y continuaste sin el apoyo y la cobertura del Sindicato, ¿cuál es tu situación laboral hoy?

P.B.: “Mi situación laboral está siendo cubierta de la misma manera que antes del incidente del Sindicato. Sigo en las mismas condiciones, no hay un marco legal que me diga que estoy trabajando. A veces fantaseo con la llegada de un telegrama, cosa que a esta altura, por la gente que manejo esto y el empeño que le han puesto en trabar las cosas, puede llegar”.

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QP: Fuiste autoridad electa del sindicato.

P.B.: “Sigo siendo”.

 

QP: La cobertura de la obra social ante de los problemas médicos que derivaron del accidente en asamblea, ¿cómo han sido hasta ahora?

P.B.: “Al Sindicato prácticamente no voy, me atiendo por medio de compañeros. Estuve un tiempo comprándome los remedios de manera particular. Ayer me atendí en el hospital del kilómetro 42, me atiendo en alguna salita. Me voy atendiendo con médicos particulares en general. A dos años del accidente prácticamente todavía no estaba preparado el resumen de historia clínica que debería haber mandado a la fiscalía la clínica del Buen Pastor. Los médicos que me atendieron dijeron es un ‘infartito’, cuando me comentaron que tenía un ACV pequeño, me dijeron es un ACV ‘chiquitito’. Yo creo que todo el tiempo se han dedicado a minimizar cada una de las cuestiones que me pasaron. Tengo que pensar que la clínica del Buen Pastor y los médicos que me atendieron, sin bien en un año y algo no elevaron a la justicia el resumen de historia, lo que sería el epicrisis, son médicos de parte, o sea, que trabajan para Juan Carlos Sluga”.

 

QP: ¿Se siente defraudado con la actitud de la comisión directiva del Sindicato?

P.B.:De la comisión directiva del Sindicato con la única persona con la que me vinculo es con Rubén Paulillo, que lo llamé por cualquier inquietud que tuve y siempre tuve una muy buena atención, una buena respuesta. Pero sé ya a esta altura del caso que hay un montón de cosas que no dependen de él. Sí también tengo que decir que el que nunca se molestó en venir a mi casa, se decía mi amigo, y yo me lo creía, fue Juan Carlos Sluga que durante muchos años lo hemos endiosado y yo seguramente lo he admirado y admiro muchas cosas que han quedado de él pero no me gustaría ser como él en la parte humana porque no abandonaría a una persona en el estado que ellos saben que me dejaron a mí. Por lo menos el tema de la ART que el era el tema que yo solicité en su momento, que era algo que se podía solucionar. Ellos bajaron línea, yo creo que Sluga maneja esa cuestión, para que todo se cubra de manera que aquí no ha pasado nada”.

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QP: Es parte de la comisión directiva, la obra social del sindicato le tendría que cubrir todo y se encuentra con muchas cosas que no se cubren.

P.B.: “En el medio de todo esto, hoy voy a buscar el recibo de sueldo y es lógico que a todos los afiliados se les cobre los remedios que se les entrega pero creo que mi situación es bastante particular. Yo he sido agredido, herido en una asamblea e independientemente de las discusiones que yo pueda tener, de lo que yo pueda pensar quien fue el máximo jefe, por una cuestión de gesto, de gentileza, de caballerosidad no deberían cobrarme el porcentaje de los remedios que llevo porque ni siquiera me atiendo con los médicos de acá. El neuróloga de acá, cuando me vió me vió mejor que Batman en la película. Sí me estoy haciendo las resonancias magnéticas por medio del sindicato pero da la casualidad que la última que me hice hace diez días, en el resumen de una manera muy sospechosa, porque uno a esta altura tiene que pensar que hay ciertas cosas que ya son pasadas de sospechas, contrariamente al resumen anterior que el nódulo tenía dos centímetros de crecimiento el último (resumen) dice que está todo perfecto como si no hubiese nada y es bastante llamativo porque yo por lo menos aprendí a mirarlo, no hace falta ser neurocirugano. Yo en lugar de ellos, por lo menos lo llamaría al tipo por lo menos para preguntarle si necesita algo, cosa que ellos no han hecho. Yo lo llamé a Paulillo para hablar sobre la ART, para ver si podía tener alguna solución, ya que tengo una buena relación pero con eso obviamente no alcanza”.

 

QP: Hoy estás en un limbo en la parte laboral.

P.B.: “Sí, totalmente”.

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QP: El Sindicato tendría que haberte defendido.

P.B.: “El Sindicato tendría que haber sido mi abogado. El Sindicato armó una causa por el tema de las agresiones, que si fueron de un lado o del otro tendrá que dirimir la justicia, pero en el medio de eso intentó callarlo, ocultarlo, no sé por qué razón. Tiene los mecanismos para poder hacerlo evidentemente con la justicia. El abogado del Sindicato tendría que haber sido mi abogado en cuanto al reclamo de la ART o cualquier reclamo que debería haber tenido y no sólo fue así, si había un tiro libre me lo pateó en contra. Lo más llamativo es que yo soy un simple empleado, Paulillo cuando fueron las elecciones me ofreció un lugar en la Comisión que yo le dije que se lo dé a otro compañero porque yo creí que no merecía, aunque no era de relevancia y era un lugar suplente. Pero el abogado y Sluga tienen cuestiones personales, no tienen la valentía de llamarme por teléfono y decírmelo. Acá no se trata de valentía, si uno quiere ser decente las cosas las llama por su nombre. Si yo en algún momento necesitaba un tirón de orejas, ellos deberían ser quienes me lo debían haber dado”.

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QP: ¿A qué se debe el cambió de actitud de Sluga, porque tuvo el accidente dentro de una asamblea municipal?

P.B.: “Nunca lo pude saber, ni siquiera lo pude intuir. Pensé en diversas posibilidades, el hecho de haber atendido por teléfono y haber hablado con uno de los contrincantes que fue ‘Catola’ Rego. Le comenté a Sluga que un compañero me envió un mensaje para decirme que quería charlar conmigo para darme una explicación y saber cómo estaba. Me parecía bien atenderlo porque era un momento de mucha efervescencia, todavía nos quedaba el 30 mayo las elecciones para secretario General. A mi casa ha venido muchísima gente como ha venido mucha gente a la clínica en la primera operación que tuve. Y una de las cosas que podía pasar, era que muchos compañeros insinuaban que teníamos que tomar revancha. ‘Esto no puede quedar así, tenemos que quemarle el local’, decía algún loco. Y una de mis misiones, estando en la cama y dentro de lo poco que yo podría razonar, era un acto de responsabilidad tratar de serenar las partes. ¿Por qué no escucharlo (a Catola)? Yo no lo conocía, conocía al hermano. Yo no tenía que pactar nada, había una causa y había que respetarla, yo no traicioné a nadie, escuché a una de las campanas y traté de tranquilizar en el medio.  Una de las cosas que me sorprende es cuando Sluga me dijo en mi cama que hubiera pasado si Catola Rego y sus barras hubieran llegado al Sindicato cuando él olvida que dentro del Sindicato mismo había barras bravas y cuando el día de las elecciones, el bar de la esquina (Capurro) estaba repleto de barras bravas. Ese día yo quería hablar con Sluga y lo encontré en ese bar. Eran diez municipales y después muchachos de no sé que lugar”.

 

QP: ¿Usaron tu desgracia para la campaña?

P.B.: “Si yo no hubiera estado en ese lugar por una perra casualidad, porque estaba en otro lugar, pero al ver lo que pasaba sentí la responsabilidad porque había jubilados, mujeres, un poco de todo, pensé viendo una cara conocida posiblemente esto se serene un poco. Esa fue la cuestión que me puse donde me puse y desgraciadamente me voló el golpe a mí. ¿Qué hubiese pasado si había un muerto? ¿Las elecciones las ganaba el Sindicato? ¿Seguí todo adelante? No, no hubiese seguido, se hubiese intervenido el Sindicato. Sirvió el hecho de tener un herido para que uno de los grupos se retire pensando que había dejado un muerto, porque por lo que dicen había un charco gigante de sangre y una persona desmayada que era yo”.

 

QP: ¿Valió la pena lo que pasó?

P.B.: “Desde mi punto de vista, el Sindicato mostró una parte de una gestión que había sido muy importante, con muy pocas fisuras, con mucho brilló, con mucho crecimiento y mostró en realidad la verdadera máscara. Para mí a la dirigencia se le cayó el antifaz. No sólo hablo de Sluga, no me ha llamado ningún otro dirigente. Hace un año y medio que no tengo el llamado de ningún secretario”.

 

QP: ¿Cómo sigue esto?

P.B.: “El futuro es incierto, estoy atendiéndome el crecimiento de un nódulo que se formó y trae un montón de inconvenientes. Tengo una charla pendiente con Paulillo y espero una toma de conciencia. Por otra parte, voy a seguir con la justicia, que sé que se van a sentar arriba de los papeles porque sabemos como es la Justicia acá y la connivencia que hay entre el gremio. A mí me a costado encontrar la causa cuando iba a la fiscalía. Hoy está en marcha como debería estar desde un principio, me queda la esperanza que la justicia en algún momento actué y se dictamine las responsabilidades de cada uno”.

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QP: Algún municipal piensa que usted busca sacar un rédito económico.

P.B.: “No es así. Cuando estaba internado, compañeros vinieron a plantearme de hacer la denuncia a la ART por el horario de trabajo y por cierta incapacidad que me va a quedar. Podrán decir después que no hay jurisprudencia que en una asamblea general se cubra a un herido, pero deberían dejarlo a mi consideración si yo quería poner un abogado y ver la posibilidad de ganar o perder. Era mi chance, pero no me la dieron. Sluga hasta se burló”.

 

QP: Nombraste muchas veces a Sluga, ¿qué opinión tenés de él, porque antes tenías respeto?

P.B.: “El respeto evidentemente se perdió, se lo llevó este destrato. Empieza siendo un destrato y termina siendo un mal trato. Creo que faltó a la palabra de todo lo que dijo, me engaño. Yo no comparto esas actitudes, yo comparto la gente que sienta y habla. De hecho, he hablado con cada uno de los opositores que me han llamado”.

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QP: Tenes el espacio para hablarle a tus compañeros municipales sobre lo que pasaste, lo que vivís y sentís hoy.

P.B.: “Hoy me siento en una situación de indefensión en cuanto a la estructura sindical, me refiero a compañeros secretarios que no activaron desde el punto de vista humano. Yo lo único que intenté, es seguir la causa que es lo que el Sindicato y el abogado del Sindicato me habían dicho. Yo no sabía que después esa causa se iba a perder e iba a costar mucho trabajo encontrarla. Por lo único que busqué encontrarla era por el tema de la ART y estaba encuadrada por lesiones leves, cosa que era una payasada. Hoy las cosas cambiaron y la justicia dirá las responsabilidades de cada uno. Nos hemos sentado a hablar con el abogado del Sindicato, con el abogado de la otra parte y en mí nunca estuvo en un principio sacar ventaja, por algo esperé más un año y medio cuando vi que estaba solo, en pelotas y a los gritos. Me firmaron los días cuando no me los debían haber firmado, no pude reclamar nada por la ART, no perjudiqué a nadie, no inicié una demanda para no perjudicar a nadie y ahora resulta que me están llamando cuando todavía no estoy en condiciones. Fue un poco injusto, pero todo esto fogoneado seguramente por Sluga, es quien conduce. Sigue conduciendo de alguna manera la parte intelectual del gremio. Sigue manejando la estrategia, sigue leyendo a (Nicolás) Maquiavelo, sigue con esas teorías. Veremos como salen las cosas, yo ya estoy medio regalado”.