“LOS TRABAJADORES HOY MÁS QUE NUNCA TENEMOS QUE ESTAR TODOS JUNTOS”

  

Hugo Melo, Secretario general de la UOM Matanza, en dialogo exclusivo con Semanario “Quinto Poder”, analizó la nueva realidad que enfrenta la industria y los trabajadores del sector metalúrgico. Además puso énfasis en la necesidad de la unidad de la CGT para enfrentar la crisis laboral que se aproxima.

 

QP: El cambio de gobierno ha traído algunas sorpresas que no dan, en principio, un futuro poco provisorio para la industria, ¿cómo lo están viendo?

HM: “Nosotros lo estamos viendo preocupados. Hace poco tiempo decíamos que la democracia tiene la posibilidad de que la gente puede elegir y la verdad que la gente el 22 de noviembre eligió un cambio de gobierno y ese cambio significó un montón de cosas que a los metalúrgicos, por los menos, nos preocupa porque vemos la vuelta a una política pasada que nos perjudicó muchísimo. Este cambio que quiere implementar el Gobierno, según nuestra visión, se va a hacer sin los trabajadores y eso es una preocupación. Muchísimos años que venimos teniendo una cantidad de trabajadores en La Matanza que se fueron cayendo con la década del ‘90. Pasamos del año ‘70, de tener 42 mil trabajadores titulares a quedarnos con 3 mil en el 2003, pero todo ese proceso es una policía parecida a la que hoy se quiere implementar. Hoy ese es el miedo que tenemos. Si el cambio de gobierno fuera con los trabajadores adentro, tratando que la cultura del trabajo siga siendo como primera medida y generando todos los debates, corrigiendo todo lo que supuestamente ha estado mal, que hay que corregir, estaría bueno, estaría bien. No lo vemos de esa forma porque nos parece que las medidas que están tomando en dos meses que ese gobierno está funcionado, van en sentido hacia lo que ya pasamos. Me gustaría que este cambio de gobierno sea con el colectivo lleno, no con colectivo vacío como estaba en la década del ‘90”.

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QP: En La Matanza, la dirigencia sindical hizo un cambio cultural en la crisis del año 2001, primero conservar la fuente de trabajo y luego avanzar en el reclamo sindical pero dándole al afiliado la posibilidad de capacitarse y crecer. ¿Creen que van a tener la gimnasia necesaria para enfrentar el escenario que se viene?

HM: “Creo que lo que tendríamos que hacer los gremios es sentarnos con los empresarios (para) ver cómo y de qué forma construimos herramientas que hagan posible mantener los puestos de trabajo y que las empresas no se cierren. Todo esto va a estar atado a la posibilidad de construir juntos y que todo lo que hemos construido hasta acá no se pierda. Nosotros en La Matanza hemos crecido muchísimo en el tema de formación y capacitación pero crecimos a partir que el mercado laboral creció, a partir que muchas fábricas ocuparon mucha gente. La gran mayoría de las fábricas metalúrgicas en La Matanza pasaron a duplicar y triplicar su personal en todos estos años, lo triste sería que ahora vayamos para atrás. Si se abre la importación, si pasa lo mismo que pasó en la década del ‘90 nos pasaría lo mismo que nos pasó en el 2001 donde teníamos un centro de formación donde a formarse y capacitarse no iba nadie. Podemos decir que allá por el 2003 donde teníamos no iba nadie. Podemos decir que allá por el 2003 nosotros entregamos 25 certificados de formación y capacitación y este último año hemos entregado en la Universidad Nacional de La Matanza 15 mil. Esto es lo que nosotros vemos con preocupación, no queremos que se vuelva para atrás. Quisiéramos seguir formando a la comunidad de La Matanza, a los hijos de los trabajadores en la cultura del trabajo y en la posibilidad de seguir creciendo como organización. Tenemos miedo a ese cambio”.

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QP: ¿El aumento de la energía eléctrica cree que va a impactar seriamente en la industria y puede provocar desempleo?

HM: “Creo que va a provocar muchos inconvenientes en la industria y en el trabajador en todo sentido, porque aquella pequeña y mediana empresa que va a ver incrementado sus costos en un 300, 400 por ciento en el aumento de la luz va a sufrir como va a sufrir su propio trabajador. Es una problemática, no hay una visión de decir vamos a aumentar a aquellas grandes empresas y a aquellas pequeñas y medianas empresas, que es el motor del trabajo, en menor medida. No se contempla, acá se marca a todo el mundo de la misma forma. Cuando estaban las tarifas subsidiadas veíamos siempre con preocupación que a un trabajador que vive en (Gregorio de) Laferrere le daban el subsidio pero también se lo daban al que vivía en Barrio Norte. O sea, había cosas que estaban mal, que había que corregir, pero no de esta forma. Creemos que es muy salvaje el aumento que se ha implementado y no se ha hecho algo gradual como para entender y comprender que hay pequeñas y medianas empresas que necesitan de alguna forma de la ayuda del Estado para seguir funcionando”.

 

QP: ¿Han tenido la oportunidad de charlar sobre estos temas con la administración municipal?

HM: “Sí, hemos tenido la posibilidad. Incluyo hemos charlado con (la secretaria de la Producción) Débora Giorgi. Hemos ido armando alguna planificación de ver cómo y de qué forma se puede lograr. Nosotros pensamos que cada actividad individualmente tiene que buscar de generar un acuerdo con los empresarios. Nosotros podemos hablar de los metalúrgicos pero no podemos hablar del calzado o los textiles. Hemos charlado con Verónica Magario, con Giorgi y nos parece buena iniciativa de empezar un poco a trabajar todo lo que tenga que ver con La Matanza, fundamentalmente en que los empresarios e incluso el gobierno municipal empiecen por comprar todo en La Matanza y no comprar fuera de La Matanza. Una de las cosas que ha ocurrido estos años es que muchos insumos que el propio Municipio de La Matanza necesitaba para La Matanza los compraba en otro lado. Me parece que hay que empezar a ver de qué forma se puede ordenar la casa para que todos los que estamos en La Matanza hagamos posible que crezca nuestro distrito construyendo adentro y después salir para afuera. Esto lo hemos hablado, nosotros vamos a seguir hablando con las empresas metalúrgicas porque creemos que tenemos que de alguna forma generar un espacio de construcción colectiva con los empresarios para tratar de que no tengamos, en lo posible, ningún despido pero para eso tenemos que buscar herramientas en conjunto”.

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QP: Hablando sobre las obras, ¿cómo avanzan la clínica y el centro de salud?

HM: “Bien, pero complicado porque todos estos aumentos nos han duplicado los costos. Nosotros habíamos conseguido recursos pero la bolsa de cemento valía 60 pesos y hoy vale 120, por decir algo. Todo se ha duplicado, entonces los recursos que habíamos conseguido se empiezan a achicar. Vamos a seguir avanzando y vamos a tratar, en lo posible, que en mayo o junio podamos estar inaugurando por lo menos el policlínico de Ramos Mejía que es lo que más necesitamos. Ahí estaríamos incorporando 3 quirófanos, 2 salas de parto más,  logrando tener una clínica como la que soñamos y queremos darle a los metalúrgicos. Hemos parado la obra del kilómetro 39 porque no podemos afrontar los dos costos y los recursos que íbamos a poner allí los estamos destinado a Ramos Mejía. Lamentablemente no se puede porque le incremento ha sido altísimo. Se ha duplicado los costos de los materiales pero estamos convencidos que (la clínica de) Ramos lo podemos terminar y es  una lástima no poder continuar con la obra del kilómetro 39 que está en un 80 por ciento avanzado. Es espectacular lo que se ha hecho hasta ahí pero tenemos que tomar decisiones políticas y hemos decidido apuntalar lo de Ramos Mejía”.

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QP: ¿Hay alguna posibilidad que se de la unidad de la CGT matancera?

HM: “Todas, creo que todas. Me parece que los trabajadores hoy más que nunca tenemos que estar todos juntos, los dirigentes, que siempre somos los que estamos divididos por problemas individuales, personales, por egoísmo y un montón de tonterías que no tenemos la capacidad de sentarnos a discutir. Creemos que todas las posibilidades de unidad tienen que darse porque viene una etapa donde es muy importante estar todos juntos y trabajar en beneficio de los trabajadores. Que tengamos la alternativa que al estar todos juntos podamos tener creatividad y fundamentalmente contener a los compañeros que puedan perder su puesto de trabajo. Siempre digo que en la década del ‘90 nos agarró una etapa donde cada uno cuidaba su propia quintita y no se daba cuenta que cada vez se achicaba más. En La Matanza, por ejemplo, se crearon los movimientos sociales. Nacieron y los parieron los sindicatos de La Matanza. Yo creo que en esta etapa no tiene que ocurrir eso, los dirigentes sindicales tenemos que estar a la cabeza de cada una de las problemáticas que existan y tenemos que defender todos los puestos de trabajo que se han conquistado hasta la actualidad. Y cubrir, contener y trabajar en beneficio de aquellos compañeros que queden sin trabajo. Creo que los sindicatos tienen que haber aprendido de esa experiencia que fue muy fea en los ‘90. Nosotros lo vivimos en nuestra fábrica donde no éramos delegados, no éramos nada en esa época pero sí vimos como de los ‘90 al 2003 de 2 mil trabajadores de la fábrica, a la cual pertenecemos, quedamos 152. Esos compañeros que quedaron sin trabajo terminaron engrosando los movimientos sociales. Acá nacieron la gran mayoría de compañeros que fueron a parar a la calle y estuvieron con los compañeros (Luis) D´Elia y (Juan Carlos) Alderete que fueron quienes se pusieron a la cabeza, en ese momento, de los desocupados. Si volviera a ocurrir lo mismo, tendríamos que ser los sindicatos los que estemos a la cabeza de los compañeros. Es un debate lindo y es importante que nos demos cuenta que todo eso lo tenemos que construir entre todos. Y la única forma de construir es con unidad. Vuelvo a decir, los trabajadores nunca están divididos, somos los dirigentes los que a veces no tenemos la capacidad de estar a la altura de las circunstancias por individualismo, por egoísmo e hipocresía. Por no tener esas ganas de construir en conjunto, entendiendo y comprendiendo que el puesto de número 1 es para uno, no es para todos. Si todos tuviéramos ganas de construir no nos tendría que importar el lugar donde nos pongan o donde tengamos que estar, simplemente tenemos que trabajar en el lugar que nos den”.