Por Nicolás Brandolini
La herencia, en política, es un dilema que de una u otra manera los intendentes que gobernaron más de dos períodos en sus distritos, en algún momento tienen que enfrentar. El problema es que pasado estos períodos, el apellido comienza a pesar. El fenómeno de la generalización es algo malo, tan malo como el de la corrupción.
Hago la aclaración porque pareciera que hacer política en Argentina se convirtió en mala palabra y sobretodo no todas las personas que “hacen política”, roban. Más allá de la aclaración hay apellidos que se convierten en mala palabra y el tema de la herencia se convierte en algo complejo.
Si tomamos el caso de Scioli en la Provincia de Buenos Aires, gran parte del “coctel Vidal” tiene su componente en la herencia. Una gestión sospechada de corrupción, con alto déficit económico y alto nivel de pobreza que junto a la falta de un heredero “concreto y real” “no político” hicieron que de la mano del “relato de género” hoy la provincia sea gobernada por una mujer que fue Vicejefa de Gobierno Porteño y no por un barón del conurbano. En otras palabras la falta de un heredero pesa.
Casos en el conurbano tenemos de sobra. Hugo Curto quien fuera imputado por la fiscal en lo penal económico Gabriela Ruiz Morales en la causa por lavado de dinero y defraudación a los afiliados de la UOM carece de heredero ya que su apellido en el distrito pesa y su descendencia no lo ayuda. Otro que sufriera de este mismo mal sería Raúl Othacehé, quien hasta el Papa Francisco se acuerda de él ya que como arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio presidió una misa en las calles de Pontevedra en apoyo del padre Miguel “Pancho” Velo, difamado, amenazado y perseguido por Othacehé y sus socios; el Papa lo recuerda especialmente porque fue a través de los curas perseguidos en Merlo que tuvo real conciencia del despotismo con que Othacehé manejó esa intendencia del oeste bonaerense, transformándola en un feudo viciado de corrupción.
Con Alberto Descalzo ocurre algo similar, tras más de 20 años al mando del municipio hoy quien preside el HCD, su hijo Pablo Descalzo, no contaría con los años necesarios de militancia y de trayectoria política. En realidad, lo que hay detrás de todos estos personajes de la política es un grave caso de egoísmo y concentración de poder. Lo que conlleva ese aislamiento es la no generación de nuevos cuadros políticos aun dentro del mismo partido. 
Alberto Descalzo es uno de los últimos varones del conurbano y eso tiene su pase de factura porque son muchos años de una gestión y eso genera su lógico desgaste. Tal es el desgaste que Descalzo atraviesa su peor crisis en 21 años. Esta crisis fue la que generó el encuentro con todos los concejales donde admitió que hubo desprolijidades y malos manejos de parte de su gestión en la relación con la Policía Local aunque advirtió que está instruyendo un sumario interno para investigar lo ocurrido. En este sentido fue que recogió el guante del Ministro de Seguridad Cristian Ritondo y lo acusó de generar una puesta en escena mediática para desestabilizarlo. 
Fue así que extendió un pedido de audiencia con Federico Salvai ya que según Descalzo, según se descargó en la red social Facebook, “Debido a que el ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, cortó el diálogo con el Municipio de Ituzaingó, fui recibido por el ministro Federico Salvai, quien gentilmente escuchó los problemas que estamos atravesando en torno a la seguridad en nuestro distrito, sobre todo en los últimos días” y agregó “el ministro se mostró preocupado en torno a los incidentes que se produjeron la semana pasada y sobre la situación de la Policía Local y Provincial en Ituzaingó, y le pedí que investigue para saber quién está detrás de estas cuestiones que afectan la tranquilidad de nuestra comunidad”.
Descalzo durante su encuentro con Salvai pidió una entrevista con la gobernadora María Eugenia Vidal para abordar el tema, y buscó respuestas en torno al “funcionamiento de la Policía Local, que marque con claridad la responsabilidad de los municipios y del Gobierno Provincial en este tema”.
Como si fuera poco el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires clausuró la escuela de formación de la Policía Local en Ituzaingó. La escuela fue inaugurada por el Intendente Alberto Descalzo y el ex Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, quienes se hicieron presentes en la Universidad de Morón donde encabezaron el acto de inauguración de la Escuela de Capacitación de la Policía Local de Ituzaingó.
Las razones serían el “imposible desarrollo de las actividades académicas con las condiciones mínimas indispensables en cuanto a seguridad e higiene” declararon fuentes de la Subsecretaría de Planificación, Gestión y Evaluación Ministerio de Seguridad. La instrucción para los cadetes la retomará la Universidad de Morón quien luego de la clausura del predio se hará cargo de la formación de la fuerza local a partir del lunes próximo.
La política tiene sus cosas y todos quieren sacar una ventaja de las situaciones. El juego de Ritondo y Salvai con Alberto Descalzo no es casual. Hay quienes dicen en off que en realidad la quita de recursos a la policía local fue con una doble intención: Por un lado el municipio tiene un rojo en sus finanzas muy alto y necesita recortar de donde pueda para disminuir la deuda y pagar sueldos, por otro convertirse en víctima de un gobierno que no es peronista lo que a Descalzo le conviene doblemente porque María Eugenia Vidal consigue un nuevo aliado en la Provincia de Buenos Aires y por otro obtiene el dinero para pagar sus deudas.
De ser esto así Alberto Descalzo buscará una vez más aliados en el Gobierno Nacional y Provincial al haber perdido los propios con la salida del Kirchnerismo del poder. En otros tiempos con levantar un teléfono bastaba pero hoy quizás haya que generar una pueblada, generar una interpelación y dejar que observen un poco los libros contables.
La cuestión es qué tan cómodo se sentirá el macrismo con esta nueva jugada de Don Alberto y hasta dónde le permitirá avanzar. ¿Buscará Descalzo un heredero en el Macrismo?.