POR JOAQUÍN G. PUEBLA
Miles de veces, aquellos que transitan a diario por San Justo, se habrán cruzado con la casa que demolieron hace unos días en Monseñor Marcón al 3100.
Es un claro ejemplo de las cosas que pasan en el municipio y que, en innumerable veces, hemos denunciado: OBRAS ILEGALES.
La normativa vigente establece que debe ponerse frente a cada obra de demolición un cartel con la empresa responsable de la misma, para poner dicho cartel se debe acudir primero al municipio, solicitar el permiso y luego pagar los derechos normados. Si va a construirse algo en el predio también se debe colocar un aviso de obra con los responsables de la misma.
En este caso no se realizó ninguno de los trámites prescriptos y, suponemos, que tampoco se realizarán. No sería de extrañar que dentro de unos días veamos una playa de estacionamiento en lugar de la casa y la misma debe haber sido “construida por izquierda”, es decir, pagando a la “municipalidad paralela” un poco más (en realidad siempre es mucho más) para hacerlo pero, principalmente, para que nadie controle.
¿Quién recauda? Algún inspector, algún director, algún funcionario con las conexiones e influencias necesarias para evitar que se controle. ¿Por qué se hace así? , es simple nadie quiere que lo controlen porque nadie quiere hacerse cargo en el caso que ocurra algo.
Una vez finalizada la demolición y comprobado que no ocurrió ningún percance, se colocará el correspondiente cartel y, en caso de construir, al promediar la obra se hará lo mismo.
El predio mencionado está a escasos 300 metros del Palacio Municipal, pero como la Intendente y su Asesor Estrella nunca andan por ahí, no pasa nada porque ojos que no ven corazón que no siente.