GARBELLANO NEGOCIA CON UN CLUB MATANCERO

 

 

Por Prof. Joaquín G. Puebla

 

 

GARBELLANO NEGOCIA CON UN CLUB MATANCERO

 

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Luciano Garbellano, el actual empresario teatral, ex taxi boy y dueño de celebres prostíbulos, esta negociando para quedarse con un club de fútbol de La Matanza.

Garbellano vino al distrito de la mano de Oscar Bazán Vera, actual funcionario del Ministerio de Seguridad bonaerense que conduce su amigo y socio, en varios emprendimientos, Alejandro Granados.

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Luciano Garbellano y Oscar Bazán Vera se reunieron hace unos días con Daniel Garabaglía Presidente del  matancero Club Social y Deportivo Liniers.

La intención de la dupla Garbellano – Bazán vera es quedarse con la administración y como único sponsor de dicho club. La reunión con Garabaglía se realizó en el máximo secreto y a espaldas del resto de la Comisión Directiva en un céntrico bar de San Justo.

 Un arreglo que genera serias sospechas

 

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 Nadie sabe bien cuáles son las intenciones de Luciano Garbellano dado que el Club Social y Deportivo Liniers atraviesa serias dificultades económicas – financieras.

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Hay serias especulaciones sobre la utilidad de la institución para el mediático empresario; algunos afirman que “Es para lavar plata negra”, otras han sugerido que “La ubicación del club es ideal para una seria empresa de delivery” y aclara que “Esta en medio de Villa Palito, Puerta de Hierro y San Petersburgo, imagínate la merca que puede llegar a correr”.

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La oferta de Garbellano fue de por si generosa, prometió “Estadio nuevo, cerco perimetral nuevo, instalaciones nuevas, jugadores y todo lo necesario para hacer crecer el club, a cambio reclama manejo total del futbol y de las instalaciones”.

Luciano Garbellano: un hombre con historia

 

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Luciano Garbellano es actualmente un empresario teatral. A  pesar de su  famoso romance con Moria Casán era Taxi Boy y dueño de Spartacus una casa de citas gay  que funcionó en la calle Agüero, entre French y Juncal que dio lugar para el escándalo en 1998.

Todo comenzó con Luciano Garbellano que fue un taxi boy y dueño de Spartacus que puso en aprietos a muchos empresarios y funcionarios que fueron filmados en este lugar mientras pagaron servicios. El escándalo afectó al juez Oyarbide y a muchas personalidades más, incluso artistas, cantantes, famosos de toda índole. Todo ello tomó estado público ya que Garbellano fue acusado de extorsionar a estas personalidades con los videos que tenía.

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De taxi boy pasó a ser sex toy de Moria Casán y consejero en su carrera en los espectáculos, incluso hasta el día de hoy, dueño de un teatro en Córdoba (El Corán en Carlos Paz). Garbellano no fue aceptado en el mundo del espectáculo tan fácilmente tanto es así que tuvo problemas con Nito Artaza, quien dijo que el ex taxi boy lo amenazaba luego de que Nito se enojara con él por contratar a su mismo escenógrafo para crear el ambiente del nuevo restaurant de Moria.

Por el año 2006 cuando Moria Casán se estaba separando de Xavier Ferrer Vázquez, el empresario Garbellano comenzó a seducir a Moria y logró establecer una relación. Cuando terminó el romance el propio Luciano le presentó a Casán al polémico William Schlenker.

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Un libro publicado por el reconocido periodista de investigación argentino Daniel Santoro revela que Luciano Garbellano estuvo envuelto en un escándalo, supuestamente por extorsionar a un juez, que era su amante y a quien filmó ingresando a un prostíbulo masculino, que el actual “socio” de Moria Casán explotaba en Buenos Aires.

La obra, cuenta que a principios de 1994 Garbellano regresó a Argentina, procedente de Estados Unidos e Italia, y que abrió un boliche gay denominado “Búnker”.

Posteriormente, Garbellano inauguró un gimnasio y luego trabajó en “Spartacus”, un local ubicado en el barrio de Palermo de Buenos Aires, donde exhibían musculosos taxiboys vestidos con ligeras túnica.

Luciano Garbellano inició en 1996 una relación con el juez Norberto Oyarbide, a quien además le pagaba US$ 10.000 a US$ 15.000 por mes, a cambio de protección judicial, conforme a la obra de Daniel Santoro.

El actual productor Luciano Garbellano definía el local de “Spartacus” como “el palacio del placer homosexual”.
Según refiere el libro, en la entrada principal se encontraba la primera de las videofilmadoras ocultas para filmar a los clientes del Poder Judicial, político, empresario, artístico y periodístico.

Las restantes filmadoras estaban en las habitaciones VIP.

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La ruptura Luego de ser investigado, Luciano Garbellano admitió en una declaración policial su actividad al frente del prostíbulo “Spartacus” y dio a conocer un video en el que se observaba al juez Norberto Oyarbide en el segundo piso del local, junto a un joven vestido de romano llevándolo a las dependencias del prostíbulo.

El juez Oyarbide señaló que Garbellano intentó extorsionarlo, lo que produjo una ruptura entre ambos.