Por Prof. Joaquín G. Puebla
El Director General de Cultura y Educación de Buenos Aires o, “Ministro Sin Educación”, Alejandro Finocchiaro, en un reportaje al diario Página 12 (09/05/2016 – https://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-298898-2016-05-09.html) declaró que “estigmatizar es hablar peyorativamente de una cualidad subjetiva que hace a la esencia de la persona, su color de piel, su nacionalidad, sus creencias religiosas, políticas, pero hablar de una nota que, eventualmente, esforzándote podes mejorar y cambiarla, no estigmatiza, no estigmatizaba ayer, no estigmatizará mañana”.
“El chico repite porque no adquirió los saberes que tenía que haber adquirido en determinado grado. Si lo dejamos pasar seguimos con algo que se instaló en Argentina que es la pedagogía de los pobres y de los ricos”, consideró el director General de Cultura y Educación bonaerense al mismo medio y señaló que “Todos los chicos deben aprender y tienen derecho de salir de la escuela sabiendo. Hay que terminar con esta pedagogía de la compasión”.
Al finalizar la nota sostuvo que “una escuela inclusiva significa que haya clases todos los días, donde los chicos aprenden lo que tiene que aprender y donde el esfuerzo y la constancia son considerados valores esenciales en el del sistema educativo”.
La referida nota se titulaba: “Hay que terminar con la pedagogía de la compasión”. Esta nota fue realizada hace un poco más de un año y se refería al cambio de paradigma que impulsaba, en la educación bonaerense, “El Ministro Sin Educación”.
Ustedes se preguntaran la razón de llamar a Finocchiaro “El Ministro Sin Educación”. Hay un buen motivo para llamarlo de esta manera y ese motivo es que el “Ministro Finocchiaro Miente” y lo hace con una tranquilidad de conciencia que asusta porque lo hace sobre temas sensibles.
La escrito párrafos anteriores es una muestra palmaria de esas mentiras que hablo porque si bien se permite poner un aplazo en el primer trimestre, en los otros dos, los docentes por indicación de las inspectoras y, estás, a su vez por indicación del ministerio, deben “aprobar si o si a los alumnos”; es decir, todo lo que había sostenido antes se desdijo en los hechos.
Obviamente es algo habitual en los políticos estás conductas pero las mentiras pocas veces quedan al descubierto; en este caso en particular Finocchiaro tuvo la mala suerte de haberse topado con un periodista que tuvo muchos años en la docencia y esa experiencia le dejó muchos amigos trabajando en distintas escuelas. Solamente tuve que sondear un poco para descubrir la real postura del Ministerio de Educación bonaerense respecto al tema de los aplazos y repitencias.
No es que no coincida en el concepto del Ministro respecto a las notas pero él, funcionario público sagaz, dice una cosa y se desdice en los hechos.
Ustedes dirán que ando hilando muy fino en un tema que no hace a las cuestiones de fondo del debate sobre la educación bonaerense pero, es importante, porque delinea la política educativa que implementó Finocchiaro en la provincia.
Dice una cosa y hace otra, promete algo y se olvida de lo prometido…
LA ESCUELA DEL ABANDONO
En diciembre de 2016 entrevisté al Director General de Escuelas y Cultura, con rango ministerial, Dr. Alejandro Finocchiaro y en la charla previa a realizarle la nota hablamos de temas políticos y le alerte sobre la situación en la que estaban algunas escuelas del distrito respecto a la infraestructura. A modo de ejemplo le hablé de la Escuela N° 155 de La Tablada, “Nuestra Señora del Buen Viaje”. Dicha escuela (al igual que bastante otras) de la noche a la mañana y sin ninguna clase de previsión, por disposición de Nora de Lucia (Directora General de Escuelas y Cultura durante la gestión de Scioli) se transformó en escuela de doble jornada. No se construyeron aulas, ni se ampliaron baños; es decir, no se adecuo la infraestructura escolar a la nueva realidad que le imponían a la institución.
Tengamos en cuenta que dicho establecimiento educativo tenía entre 100 a 150 alumnos por turno y la misma tenía una infraestructura pensada para esa cantidad de alumnos por turno. Pero como la campaña presidencial estaba en auge y jornada completa sonaba bien, se lanzaron a la pileta hacinando, por cuestiones políticas a casi 300 chicos en una escuela pensada y construida para la mitad.
Finocchiaro se interesó en el tema y admitió que desconocía la situación. Muy serio se comprometió a estudiar el tema y resolver la situación según las disponibilidades del ministerio.
Los periodistas Soledad Saliola y Jonathan Amarilla, del periódico El 1 Digital, tiempo después, (http://www.el1digital.com.ar/articulo/view/57926/alumnos-y-docentes-de-una-escuela-de-la-tablada-reclaman-por-falta-de-aulas-y-hacinamiento) cubrieron la protesta de la comunidad educativa de la escuela 155 sobre las cuestiones que le había planteado, oportunamente, al Ministro.
Ante esto lo llamé y le recordé su compromiso asumido para ocuparse del tema y, a los pocos días, profesionales de infraestructura escolar acudieron al establecimiento para ver las necesidades. Muy ufano, un colaborador del “Ministro Sin Educación” se comunicó conmigo para darme la buena nueva de que dicha escuela estaría en el plan de obras para el 2016/17.
Iluso uno que confío en la palabra de un hombre del cuál no me habían dado buenas referencias sus propios colegas de la UNLaM pero, a pesar de eso, espere pacientemente que cumpliera su compromiso. Lamento decirles que la escuela sigue igual, los pibes siguen hacinados, los alumnos desayunan, almuerzan y meriendan en sus pupitres. El salón de usos múltiples tiene dos aulas separadas por tabiques. Los recreos se hacen por separado porque no entran todos los chicos en el patio y del Ministerio no se bajó ni un clavo para mejorar el establecimiento.
Por esa simple razón llamo al Dr. Alejandro Finocchiaro el “Ministro Sin educación”.