Por Prof. Joaquín G. Puebla
Hay notas que uno no quiere escribir pero en honor y respeto por la amistad debe hacerlo. Hoy falleció Ricardo Asencio y un amigo de muchos años; padre del Concejal Fernando Asencio a quién también lo siento como un amigo.
Muchas charlas acompañadas de “un cafecito”, muchas historias que me ha susurrado lejos de oídos indiscretos, siempre muy atento, muy educado, un hombre de familia y agradecido de esa familia; en una palabra: un “Señor”. Me unía a él una relación de hola que tal pero algunos sucesos convirtieron esos saludos casuales en una amistad entrañable. Por ahí nos cruzábamos en la calle y un comentario cualquiera era motivo de ir a tomar “un cafecito” lejos de los principales bares de San Justo porque no quería que Fernando o alguno de sus hijos nos vieran porque lo iban a retar al verlo tomar café. ¡!!No sé si era por el café o porque lo vieran conmigo¡¡¡.
Ricardo Asencio se parecía mucho a mi viejo, en su forma de hablar, en sus modales y hablar con él me hacía sentirme unos minutos cerca de mi papá.
La gran mayoría de las personas lo querían y tenían buenas palabras respecto a él. Era un municipal de otras épocas y agradecido por ese trabajo que le permitió cuidar de su familia y criar a sus hijos.
En algún momento se convirtió en prenda de paz entre Fernando y yo, alejados por esas disputas que se generan en este laburo: yo periodista y él político. Siempre tuvo una palabra razonable y un gesto amable para zanjar diferencias.
Te voy a extrañar amigo. Unos días antes de su viaje a Córdoba me lo cruce casualmente y le dije eso mismo: “Vuelva pronto que se lo va a extrañar”.
Y acá andaremos extrañando al amigo y sosteniendo, también, al amigo para que su partida no sea tan dolorosa.