Por Prof. Joaquín G. Puebla
Hace unos días un simple flotador del tanque de agua del edificio del Honorable Concejo Deliberante matancero provocó una crisis edilicia de dimensiones bíblicas (por definirlo de alguna forma).
El flotador al no funcionar bien dejó ingresar más agua al tanque y comenzó a derramarse por el techo del edificio público en cuestión. En agua sin control inundó la terraza y, ante la sorpresa de todos, comenzaron a lloverse las oficinas ubicadas en el tercer piso del HCD. Los trabajadores municipales corrieron con baldes, cubos, cestos de papeles, trapos de pisos y varios elementos más, en un vano intento de contener las catarata que caía sobre muebles, PC, archivos, etc.
Inmediatamente se convocó para que se reparase la avería del tanque y cuando esto se subsanó todos respiraron tranquilos. A su vez se compró membrana asfáltica para reforzar la impermeabilidad de los techos.
Pero de alguna manera el problema se volvió a salir de cause y nuevamente se rebalsó el tanque desparramando agua por el techo del edificio y filtrándose la misma, nuevamente, por las dependencia ubicadas en el último piso del honorable inmueble.
En la oficina de la Secretaría del HCD, en la sección de Atención a Proveedores y Ceremonial el agua que se filtraba del techo fue tanta que provocó, literalmente, el derrumbe del techo de mampostería. Afortunadamente no hubo ni víctimas ni heridos pero, preventivamente, los trabajadores que utilizan ese despacho para sus tareas habituales, fueron evacuados hacia otras dependencias.
En notas anteriores hemos mencionado el mal estado edilicio de todos los edificios donde se desenvuelve las tareas del Honorable Concejo Deliberante de La Matanza.
En el edificio de la calle Hipólito Yrigoyen ya al ingresar se percibe el olor a humedad del sótano inundado, los baños rotos y ahora se le suma del desastre ocurrido en el último piso. Los otros anexos del HCD no están en mejores condiciones, hay oficinas prácticamente inutilizadas con paredes llenas de hongos y humedad.
Al responsable de todo esto fue premiado con una Diputación Provincial y me estoy refiriendo a Juan Carlos Haljan, anterior Secretario del honorable cuerpo que, durante dos años, no realizó el mantenimiento correspondiente y necesario a esas dependencia municipales.
Sin ánimo de criticar ni de sembrar sospechas, me pregunto: ¿qué se hizo con el presupuesto asignado al HCD (es el 3% del presupuesto anual de la Municipalidad de La Matanza) estos últimos dos años?. Si bien la mayoría se fue en el pago de sueldos y contratos, quedaba una parte muy importante para el rubro de mantenimiento y demás cuestiones. ¿En qué se gastó?, supongo que en otras prioridades prioritarias porque en el mantenimiento no se invirtió ni un solo mango. Las pruebas están a la vista de todos.