Por Prof. Joaquín G. Puebla
El gobierno nacional ha quedado muy mal parado luego del tarifazo y la corrida cambiaria. Esa crisis, provocada por ellos mismos, ha dejado en evidencia una debilidad política que, creo, será muy difícil de superar.
La debilidad política es alarmante, algunos funcionarios están “haciendo previsiones” en función de ello, tratando de “recaudar lo que no pudieron recaudar hasta ahora” (hay varios ejemplos de esto: muchos funcionarios del orden nacional y provincial, sobre todo segundas y terceras líneas han salido a tocar timbre, no de los vecinos, sino de los proveedores y prestadores del gobierno nacional y provincial pidiendo “Un porcentaje de lo que facturan” a cambio de nada, ¡!!Solo como una muestra de apoyo al proyecto¡¡¡) porque perciben un posible “final de la fiesta neoliberal”.
El gobierno nacional ha salido a “jugar muy fuerte en los medios de comunicación” para cambiarle la agenda a los mismos.
“No quiere que se hable más de tarifazo” me comentó un viejo amigo periodista que trabaja en el del medio gráfico más importante del país y agregó que “También están presionando para imponer que la crisis ha sido superada”. Pero en medio de este “Juego Perverso de Noticias” no tienen en cuenta el contexto cotidiano de los ciudadanos. Los titulares de los diarios, las editoriales de las radios o las noticias de la televisión no pueden esconder una realidad concreta: el tarifazo no es una noticia; el tarifazo es real y concreto que afecta en multiplicidad de formas la vida de la gente.
El tarifazo impacta en el presupuesto familiar y, también, en la fuentes de trabajo porque este aumento indiscriminado ha puesto a empresarios e industriales (no solo de las PyMES sino a los grandes también) en la disyuntiva de pagar los servicios o echar a más de un trabajador.
El gobierno del Ing. Macri ha logrado concretar algunas cuestiones económicas inexplicables. Tenemos inflación (Proceso económico provocado por el desequilibrio existente entre la producción y la demanda; causa una subida continuada de los precios de la mayor parte de los productos y servicios, y una pérdida del valor del dinero para poder adquirirlos o hacer uso de ellos) sin emitir billetes (al contrario se está restringiendo el circulante) pero también tenemos inflación sin consumo (la gente dejó de gastar, más allá de lo imprescindible), siendo que estás son las dos variantes principales que “Generan Inflación”. A su vez, la actividad industrial se va estancando y podría, a muy corto plazo, instalar un cuadro de recesión (Disminución de la actividad comercial e industrial que comporta un descenso de los salarios, de los beneficios y del empleo). Inflación más recesión es un cóctel muy peligroso para cualquier gobierno.
Una gran parte de la población se ha desilusionado del Presidente Macri y de su gobierno. Está perdiendo “sustanciales apoyos” de los grandes industriales y empresarios, quienes creían que volvían los ’90 pero se dieron cuenta que quieren que “ellos también hagan sacrificios”, algo inaceptable para este “grupo con una enorme capacidad de presión”.
Varias encuestas, que maneja el propio gobierno, señalan una importante caída en la imagen positiva de Mauricio Macri y en la confianza de su gobierno que estaría rondando más del 20%.
Más allá del acuerdo con el FMI y con otros organismos de crédito internacionales, la gente común no tiene a quién pedirle financiamiento para pagar las facturas de los servicios públicos y de los demás gastos de una familia. Esta es la realidad, el resto es cuento chino.
El gobierno nacional de algo se está anoticiando porque no es habitual ni casual que la Gobernadora de la principal provincia Argentina y, a su vez, la única dirigente oficialista con mejor imagen y mayor respaldo de la gente (hablamos de María Eugenia Vidal, Gobernadora bonaerense) viaje de improvisto y sin agenda a ver al Papa Francisco. Según fuentes con buena información de la mesa chica del gobierno nacional, “El encuentro entre Vidal y el Papa Francisco fue para recibir y enviar mensajes codificados entre el poder político argentino y el poder político del Papa”.
Un asesor de un alto funcionario del gobierno nacional nos comentó que “Parece que su Santidad está metiendo mano en la política Argentina y eligió a Vidal como interlocutora. Tampoco es casual que la acompañe Carolina Stanley (ministra de Desarrollo Social). Parece que se habló de la crisis económica, la crisis social, la crisis política” y agregó que “Hay cuestiones que hace un par de meses parecían descabelladas pero que hoy, podrían transformarse en realidades”.
Con información de primera mano, nuestra fuente dijo que “Hace un par de meses si me hubieran dicho que Macri se iría antes de terminar su mandato, hubiese denunciado una intentona golpista” y explicó que “Ahora no suena tan golpista sino que es una posibilidad que se evalúo y que están, la mesa chica del gobierno, estudiando minuciosamente el asunto. No quieren un fin de ciclo como en el 2001”.
A todo esto, el peronismo, como principal fuerza política de la oposición, sigue fragmentado y no logra unificarse detrás de una conducción y, aun menos, detrás de un proyecto o un discurso o un estilo político opositor. Cada uno juega su juego pero parece que los grandes cráneos del peronismo no visualizan que si se unifican detrás de una fuerte conducción política y esta conducción genera un proyecto político, el poder estaría al alcance de su mano.
“No vaya a ser que el oficialismo cambie la figurita (Macri por Vidal) y el peronismo, por sus enormes diferencias internas, pierda el poder que hoy lo tiene al alcance de la mano” nos comentó un legislador con muchos años de experiencia en la “gestión de crisis políticas”.
MAGARIO Y ESPINOZA AL ACECHO
El universo peronista anda muy agitado y sin conducción. Esta la ex Presidenta Cristina Fernández de Kirchner pero ella no conduce al PJ, ni al peronismo; solo está respaldada por el kirchnerismo más duro.
Su figura es importante pero su opinión no tiene tanto peso como antes. Si hoy fuesen las elecciones y ella fuese candidata a Presidente en oposición a Macri, los dos andarían empardados en votos (ambos andarían entre un 28% a 35 %) y podrían llegar, holgadamente cada uno, a un ballotage pero es ahí donde se le complica porque en ese escenario perdería, según varios analistas políticos, contra el actual Presidente o una figura como Vidal.
El Plan B del kirchnerismo es Felipe Solá no solo como posible candidato sino más bien para ver cuánto suma o cuánto le podría sumar a Cristina como vice. Solá, en los próximos dos meses, va hacer la intentona de instalar la idea de su candidatura. No es un lanzamiento de su campaña sino que quiere ver si exponiéndose logra sumar algunos puntos más a los que tiene.
El resto de las facciones en las que está dividido el peronismo no tiene ninguna figura que aglutine ni despierte pasiones y si algo es obvio es que esa figura que necesitan será, seguramente, una figura del conurbano bonaerense porque, a mi modo de ver, el próximo candidato a Presidente del peronismo saldrá de la provincia de Buenos Aires.
Sacando a Cristina y a Solá hay un universo de 20 o 30 dirigentes con chances de ser. Si pasamos la zaranda gruesa esa lista se reduce a 15. Si tamizamos más fino podemos hablar de 10 dirigentes. Espinoza está ahí, diría que entre los 20 dirigentes con chances de integrar la fórmula presidencial de un peronismo unido. Su gran desafío es despegar e instalarse, no es fácil pero tiene las ganas, las chances y los recursos para hacerlo. Solo tiene que encontrar el momento oportuno, la estrategia conveniente y un equipo táctico aceitado para plasmar y convertir en realidad los objetivos que se planteen. Hoy solo tiene las ganas, unas chances reducidas y los recursos y el resto, lo debe construir.
Si las elecciones fueran hoy el oficialismo matancero ganaría las mismas pero por un muy estrecho margen, sea quien sea el candidato que lo enfrente. Esta situación, aunque no es cómoda, le permite a la “Pareja Gobernante” mantenerse prescindente de la interna que se está dando en el oficialismo a partir de la certeza que ni Verónica Magario ni Fernando Espinoza tienen en sus planes inmediatos volverse a postular a la intendencia matancera.
Espinoza intenta meterse en el mundo de la política nacional y hace ingentes esfuerzo para visualizar su figura desde su banca como Diputado Nacional, algo difícil de hacer porque cada uno compite para hacerse visible en un universo de 257 legisladores. No es lo mismo ser el centro o la estrella de un acto en La Matanza que hacer número para otros. Pero si hay algo que debemos reconocerle a Espinoza es su constancia porque desde 2011 viene intentando instalar su figura a nivel provincial y nacional.
Personalmente creo que equivocó un poco la forma de hacerlo pero, más allá de los errores, algo hizo. Lo hecho no le alcanza pero las ganas todavía las tiene.
Ahora bien, el caso de la Intendente Verónica Magario es diferente. El peronismo bonaerense, si bien no es un lecho de rosas, es algo más homogéneo. No hay muchas posibilidades ni lugar para armar combinaciones variopintas porque tienen enfrente una posible candidata fuerte. María Eugenia Vidal, pese a sus errores políticos y una serie de desafortunadas declaraciones, sigue estando al frente en todas las encuestas y con una muy holgada ventaja.
Ante esto, el peronismo bonaerense, debe conjurar una formula competitiva y hoy, Verónica Magario, es una de las figuritas más competitivas que tiene el peronismo. El eje político con más chances de quedarse con la candidatura provincial estaría pasando por La Matanza y Lomas de Zamora.
Si bien a nivel local su gestión es muy intermitente, con un gabinete municipal muy deficitario, con cuestiones urgentes sin resolver y un déficit político enorme; por fuera del distrito se ha instalado bien a partir de su acérrimo enfrentamiento con la Vidal. Esa táctica ha funcionado, políticamente hablando, pero los costos de la misma la estamos pagando los matanceros a un alto costo (disminución de la calidad de vida y de servicios, muertes por inseguridad y deficiente atención médica, falta de auxilio a los que menos tienen, pérdida de empleos por suspensión de obra pública, etc.).
Magario, sin hacer casi nada ni esforzarse, tendría la enorme chance de estar en la próxima formula a la gobernación bonaerense por el peronismo para las elecciones 2019 pero tiene un par de contras: su debilidad política a la hora de decidir acciones de gobierno o un simple cambio de funcionarios.
El doble comando está influyendo poderosamente en la gestión y una Magario sin autonomía administrativa y política la está afectando, seriamente, de frente a la dirigencia política local. Puede pasar o no, que está situación trascienda los límites del distrito, eso esmerilaría profundamente sus chances de ir tras el sillón de la ciudad de las diagonales.