Por Prof. Joaquín G. Puebla
“El intendente asegura que sus principales espadas políticas son cuatro mujeres: Graciela Suárez, María del Carmen Balestrini, Verónica Magario y Liliana Yambrun” (https://www.lapoliticaonline.com/nota/85620-scioli-prologo-la-biografia-de-espinoza-que-lanza-la-periodista-any-ventura/)
Recuerdo que cuando salió el libro autobiográfico de Fernando Espinoza, las dos líneas señaladas anteriormente, provocó una ola de indignación entre “Las Mujeres de Fernando”. Días después fueron varias las que me llamaron (alrededor de cinco) con la intención de contarme intimidades de su relación con Espinoza. A las mayoría la disuadí de hacerlo porque les dije: “Llamen a otro, yo escribo de política, principalmente, y no de la vida personal de nadie”. El tema quedó ahí.
Hace un par de semanas, aproximadamente, Graciela SUÁREZ, asesora de la Intendente Verónica Magario, y una de los más viejos sostenes de Fernando Espinoza (dicho por él mismo) se dio una vuelta por el Consejo de Unidades Básicas de Gregorio de Laferrere para transmitirles a los convocados una suerte de orden, pedido y/o sugerencia de la conducción política. La misma se refería a la gran cantidad de mugre que había en el centro comercial de la localidad y les ordenaba, pedía y/o sugería que se armasen cuadrillas con militantes, de los distintos referentes políticos de la zona, para realizar operativos de limpieza.
Algunos se les pararon los pelos ante la novedad y sostenían que “retrocedimos cuarenta años, antes lo hacíamos por militancia y porque el municipio no tenía plata. Ahora la municipalidad tiene fondos, esta Martín & Martín, etc.” y preguntaron: “¿Dónde están los trabajadores municipales?, si no hay que el ejecutivo municipal los nombre porque la plata está en el presupuesto”.
Otros, en lugar de protestar vieron la chance de quedar bien con el poder y resolvieron colaborar. Algunos sumaron dos o tres militantes, otros se comprometieron con diez o quince y de a poquito se fue armando la cuadrilla.
Pero más allá de colaborar o criticar a ninguno le cayó bien la aparición inesperada de Graciela Suárez, una mujer muy pero muy cercana a Fernando Espinoza pero de bajísimo perfil. Si bien durante la gestión de Espinoza como Intendente ocupó cargos de responsabilidad, siempre estuvo en un segundo plano sin llamar mucho la atención.
Semanas antes había comenzado a escucharse, por “radio pasillo”, que Graciela Suárez sería el as en la manga de Espinoza para evitar toda posibilidad de interna, en el distrito y en el PJ local, si finalmente Verónica Magario fuese la candidata a la gobernación provincial y Espinoza no jugase como candidato a Intendente. En definitiva algunos escucharon que Graciela Suárez fuese la posible candidata de Fernando en desmedro de María Laura Ramírez (que se llamó a silencio y anda escondida después de algunas lamentables chambonadas que se mandó). Si bien Suárez no tiene armado político, cuenta con la aprobación y el apoyo de Espinoza y a Magario, no le es tan antipática como la Ramírez.
Eso estaba propalando “radio pasillo” cuando la Suárez hace su aparición sorpresa en el Consejo de Unidades Básicas de Gregorio de Laferrere. Obviamente, después de la sorpresa inicial, todos comenzaron a maquinar la razón de la visita, de la íntima de Fernando, por esos pagos y encima con la orden, pedido y/o sugerencia de la conducción política.
EL ASADO DE LA DISCORDIA
El pasado 29/12 del año pasado Espinoza y Magario invitaron al habitual asado de fin de año, organizado por el Concejo de Partido Justicialista del distrito, en el Club Portugués de Isidro Casanova.
Como ocurre siempre se repartieron las entradas para asistir al evento y todo marchaba sobre ruedas. En la entrada ocurrieron dos hechos insólitos que empañaron los festejos.
El primero (y el más escandaloso) fue protagonizado por el Concejal (m/c) Carlos Orsingher y la tan mentada Graciela Suárez. En un primer momento se habló de que Orsingher pretendió ingresar con más compañeros que las entradas que tenían pero, (Acá deseo aclarar algo: en Semanario “Quinto Poder” tenemos la costumbre de verificar bien los datos que publicamos y nuestra fuentes suelen ser políticos bien informados. Esta aclaración viene a cuento porque unos cuantos “cuatro de copas” señalaron, indebidamente, a personas de mi afecto y la acusaron de ser “buchonas” o algo por el estilo. En estas cuestiones políticas, con tantos testigos, nadie tiene el privilegio de la primicia; la diferencia radica en quién publica o no publica estas desavenencias que involucran al poder) fueron varios los que comentaron, la verdadera razón de la trifulca.
Parece ser que Carlos Orsingher había dado de baja a dos o tres militantes que trabajaban con él y esto se lo había comentado, oportunamente, a la Suárez. Cuando el Dr. Orsingher ingresó al asado ve, cómodamente sentados al lado de Suárez, a los militantes que había dado de baja. Sin pensarlo dos veces, increpó duramente a la preferida de Espinoza y se generó una discusión bastante fea, donde se cruzaron insultos, amenazas y voló algún que otro botellazo.
A todo esto, Mario Stella, uno de los principales referentes de Verónica Magario en Gregorio de Laferrere, intentó ingresar y lo pararon en seco. Le dijeron, sin anestesia, que “No hay lugar, si querés mira el acto desde la reja”. Como todos especulan “Marito” se retiró, más que enojado, junto a Carlos Orsingher.
Son varios los que hablan de una posterior reunión donde acordaron trabajar en conjunto para impedir que Graciela Suárez haga “Pata Ancha” en Lafe, “por más que sea la preferida de Fernando”.
También comentan de incidentes en la Delegación municipal de la localidad pero esto no pudimos confírmalo.
Gregorio de Laferrere, localidad vital para el oficialismo por su caudal de votos, viene siendo desmembrada por la “Pareja Gobernante” (parece que ya no son tan pareja y, aún menos, tan gobernante),
nadie entiende las razones que podría tener la “Conducción Política” para llevar adelante estás acciones, por ahí alguien les aconsejó eso de: divide y reinarás. Pero si ya reinan, ¿Por qué razón quieren dividir?