Por Prof. Joaquín G. Puebla
Decepción: Pesar causado por un desengaño; un sentimiento de insatisfacción que surge cuando no se cumplen las expectativas sobre un deseo o una persona. Se forma en unir dos emociones primarias, la sorpresa y la pena, con una sensación interna de impotencia.
Tiempos de decepción se está viviendo en la política y la comunidad matancera: la vuelta de Fernando Espinoza a la Intendencia local genero muchas expectativas en cuanto al trabajo de la municipalidad… lamentablemente eso no ocurrió y, según parece, no ocurrirá.
Desde el 2011 la gestión municipal se fue parando y, algunos funcionarios, convirtieron sus funciones en pequeños feudos y negocios.
Cuando asumió Verónica Magario como Intendente se pensó que se cambiarían algunas cosas y, entre esas cosas, la partida de algunos funcionarios. Pero nada ocurrió. Durante cuatro años escuche excusas como “Fernando no la deja gobernar” o “en cualquier momento rompe con Fernando y cambia todo”. Magario durante cuatro estuvo atada a las decisiones de Espinoza pero esta situación le dio la oportunidad, a la actual vicegobernadora bonaerense, difundir su figura y atar acuerdos para llegar al cargo que ocupa.
Como dije antes, Espinoza genero mucha expectativas pero, a pesar de haber pasado poco tiempo de gestión, vemos que nada cambio. Algunos funcionarios se alejaron por razones personales o designaciones en otros cargos en otras esferas gubernamentales pero las políticas públicas, en el distrito, siguen sin aparecer.
El estado municipal matancero sigue inmóvil, quieto, sin reacción y esto es culpa de Don Fernando. Algunos hablan de cambios pero, esos ansiados cambios, no han de producirse porque Espinoza sigue teniendo otros planes que pasan más por su órbita personal y relacionada con su carrera política.
En muy poco tiempo decepcionó a los trabajadores municipales, decepcionó a los dirigentes y militantes políticos del oficialismo y, a hablar, de los militantes y dirigentes del peronismo. Parece que no le importan los vecinos el distrito ni la calidad de vida de los mismos.
Salvo algunas excepciones muy puntuales, el equipo de gobierno sigue haciendo lo mejor que hace, es decir: no hacen nada pero negocian todo. Muchos funcionarios siguen sin aparecer por sus despachos, otros siguen jugando al solitario en la PC y, más e uno, siguen inventando cosas para chorearse la Caja Chica de su repartición. La maquinaria sigue parada por falta de personal para manejarla, otras fueron canibalizadas para poner en marchas a otras que estaban paradas pero, lo indignante, es que siguen paradas o las utilizan para realizar trabajos en distritos vecinos a cambio de dinero.
LA POLÍTICA EN MANOS EXPERTAS
El andamiaje político, montado por Espinoza para esta gestión descansa en dos personas. Por un lado la Diputada nacional y eterna secretaria privadísima de Don Fernando, Liliana Yambrun, es la encargada de dorarle la píldora y mandárselos al Vicejefe de Gabinete, Daniel Barrera, quién escuchas los reclamos y/o pedidos y, después de preguntarle a Espinoza (cuando esté le dé bola) resolver según lo dispuesto.
La parte administrativa va a ser manejada por el Jefe de Gabinete, Dr. Claudio Horacio Adrián Lentini
y, obviamente y no podía ser menos, José Lino Dattolli, Coordinador Gral. de Arquitectura, recaudador principal de la “Municipalidad Paralela” y administrador de la billetera del municipio al cual, todos los funcionarios, deben dirigirse para solicitarle la compra de los grandes insumos necesarios.
Fernando Espinoza se dedicaría, únicamente, a la “Publicidad y Propaganda” y alguna que otra rosca política.
El resto seguirá como está: algunos laburando, la mayoría haciendo que laburan; algunos choreando, otros no pero, eso sí, todos sin que nadie los controle ni les pregunten nada.
OBRA Y MÁS OBRAS = PUTEDAS PARA FERNANDO
El estado municipal se está convirtiendo en una carga pesada para los vecinos matanceros y es de locos está situación porque la municipalidad acciona, en algunas localidades, a través de obras de importancia. La incomprensión de esta situación se da porque cuando la municipalidad hace una obra los vecinos, sobre todo aquellos que son directamente beneficiados por las mismas, putean a más no poder a las autoridades municipales y, sobre todo, a Fernando Espinoza.
Esto se da por la falta de comunicación entre la municipalidad y los vecinos. El municipio decide arreglar una calle y la cortan varios días antes sin avisarle a nadie, tampoco anuncia porqué razón cortan, ni cuánto tiempo, la misma, estará cortada. Esto genera increíbles inconvenientes para los vecinos del lugar porque una mañana o una tarde se encuentran con la sorpresa de no poder estacionar o ingresar su vehículo al garaje de su casa. Los peatones también se ven complicados porque no saben por dónde agarrar para ir al almacén o, directamente, le ponen el obrador en la puerta de la casa.
Es incomprensible esta falta de comunicación y, también, la falta de interés de las autoridades municipales para diagramar esquemas de desvíos del tránsito ante una obra porque ocurre, actualmente y en este preciso momento, que si uno sigue la indicaciones de los carteles termina dando la vuelta manzana y, para dar la misma, ¡!!Tarda dos horas¡¡¡
Todo esto no es casual, esta situación es se da porque hay un causalidad (Relación entre causa y efecto. Principio u origen de alguna cosa) y la misma está relacionada con la falta de compromiso y responsabilidad de algunos funcionarios municipales que no trabajan, no les importa si se hace bien o mal las cosas porque saben, fehacientemente, que nadie va a controlarlos ni decirles nada.
El responsable de todo lo antedicho es el Intendente municipal Fernando Espinoza y es responsable por omisión e inacción. Está más preocupado por su carrera política que por la calidad de vida de los vecinos matanceros