Por Prof. Joaquín G. Puebla
En marzo de 2017 Semanario “Quinto Poder” publicamos la nota: “EL DÚO COIMETERO” (https://semanarioquintopoder.com/?p=16304) donde expusimos a José Lino Dattoli, Coord. General de Arquitectura (leg. 22473) y a Ruth Nancy Torres (leg. 22150) a cargo de la Dirección de Fiscalización de Obras y Regularización Catastral de la Municipalidad de La Matanza; quienes, después de recibir una denuncia de un vecinos sobre la obra que se construía al lado de su casa, acudieron a Mendoza al 2200 en la ciudad de San Justo para inspeccionar la misma.
Luego de mirar por acá y por allá, el dueño de la propiedad dañada nos cuenta que: “Dattoli mira, le indica a Nancy que tome nota y saque fotos, y dice que el problema es el desfasaje de columnas. Me dio la mano, y me dice que estaba a mi disposición y que cualquier cosa lo llame. Nancy saca las fotos. Pasaron cinco o seis días y se clausura la obra”.
Pero poco tiempo (escasos tres días) la obra volvió a trabajar con normalidad y en esos escasos días varios “Franklin” habían cambiado de mano propiciando una obra que, a medida que avanzaba, iba destruyendo la casa de al lado.
El damnificado inicio el expediente N° 13351/10 en la municipalidad matancera y a pesar de las reiteradas notas presentadas e insistentes pedidos de inspección el edificio colindante a su propiedad fue creciendo ocasionándoles, cada vez más, importantes daños a su propiedad.
“La casa no tiene recupero, más allá que se realicen las reparaciones necesarias, las misma van a volver a aparecer porque el edificio lindante (prácticamente terminado) descansa 21 cm sobre la medianera de la casa colindante” me explicó un Arquitecto amigo. En pocas palabras la vivienda del vecino damnificado tiene destino de demolición.
José Lino Dattoli, Coord. General de Arquitectura (leg. 22473) y a Ruth Nancy Torres (leg. 22150), son los directos responsables de esta situación porque de haber mantenido la clausura inicial y verificar que las modificaciones necesarias se realicen para evitar males mayores, esta situación no existiría.
José Lino Dattoli, Coord. General de Arquitectura (leg. 22473) y a Ruth Nancy Torres (leg. 22150), le complicaron la vida a un vecino de San Justo que paga sus impuestos y acudió al municipio para que hiciesen cumplir la normativa vigente. Estos funcionarios municipales dejaron sus huellas digitales en un acto de “enorme corrupción”. Avanzaron sin fijarse y, podría decirse, despreciando y pisoteando los derechos de un vecino matancero, “en la búsqueda de un dinero fácil y mal habido”. Utilizaron la denuncia de un vecino “para ganarse unos pesos sin importarle la seguridad e integridad de un contribuyente. Fueron detrás de un billete sin importarles nada”.
“Joselino le arruinó la vida a un vecinos sanjustence por unos miles de dólares. No le importó que en la casa hubieran bebes y criaturas. No le importó que en esa casa que, comenzara a partirse a la mitad, la habitara una mujer embarazada. No le importó que una familia debiera mudarse a otra casa y perdiera la inversión de una vida de trabajo y sacrificio” me comentó un prestigioso abogado que se hizo eco del tema y agregó que “Dattoli debería ser encauzado judicialmente pero la corporación política del poder lo protege porque es un buen recaudador”.
A mi entender hay límites que no se deberían cruzar pero José Lino Dattoli, Coord. General de Arquitectura (leg. 22473) y a Ruth Nancy Torres (leg. 22150), los cruzaron todos sin importarles las consecuencias. Entiendo que la política es cara y que ese alto costó se financia con algunas agachadas o mirando para otro lado pero hay límites y esos límites deben ser claros. “Joselino” ha cruzado todos los límites habidos y por haber y, el poder político matancero en su afán de proteger a “su recaudador estrella” queda cada vez más pegado a este personaje que podría llevarlos a todos ante la justicia.
¿UN FRENO A LA CORRUPCIÓN?
Ante el Dr. Rodrigo Carlos Suárez Della Porta, titular del Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial N° 9, el vecino perjudicado por el accionar de la empresa SHAMASH SRL (cuyo socio principal es Bernardo Damián Ourfali) inició una demanda de “Interdicto de Obra Nueva” (La finalidad del interdicto de obra nueva es la paralización de la obra que menoscabe, invada, recorte, modifique o imposibilite el ejercicio de la posesión, para evitar que se consume el perjuicio. Se trata de paralizar una obra con el fin de evitar daños mayores en nuestra posesión).
La obra en cuestión tiene fallas tan evidentes que un ignorante en el tema, como yo, me doy cuenta a simple vista; pero el Arq. Marcelo Maximiliano Rigano, a cargo de la obra nunca las vio.
La empresa SHAMASH SRL, en lugar de demoler lo que estaba mal hecho decidió seguir adelante sin importarle las consecuencias porque habían arreglado con “Joselino” y eso les daba “carta blanca” para hacer lo que quisiesen. Hasta se metieron en la casa del vecino damnificado, una noche que no estaba, para extender y apuntalar la viga que estaba desfasada.
Para ser claros el edificio en cuestión esta torcido y descansa sobre la medianera del vecino denunciante. Esto provoca una presión inmensa sobre la estructura de la casa que hace que se raje cada vez más. Si el edificio no se demuele la casa va a ser la demolida. La empresa SHAMASH SRL inicia negociaciones pero solo lo hace para ganar tiempo y jugar con la desesperación del propietario. El edificio está casi terminado pero falta revocar la pared que da a la casa colindante y esto no podrá hacerlo hasta que resuelva la situación judicial.
Obviamente no pueden vender y si algún día llegan a vender, el que compre se estará comprando un problema porque por más que se refuerce la medianera el edificio seguirá torcido y los departamentos de ese lado comenzarán también a rajarse. La empresa SHAMASH SRL no sólo perjudicó al dueño de la propiedad vecino sino que perjudicará o ¿estafará? a los futuros titulares que adquieran esos departamentos.
Según expresiones del propietario perjudicado, el “Dr. Rodrigo Carlos Suárez Della Porta se ocuparon muy bien del tema. Vinieron a la casa, miraron cómo estaba todo y se dieron cuenta que no estaba bien”.
Igualmente las actuaciones judiciales siguen su curso y se dispuso que se realice un peritaje judicial a cargo del Perito Ingeniero Marcelo Oscar Morales.
Morales es de otro departamento judicial dado que los peritos locales se negaron a realizar el peritaje ordenado por el juzgado. Razones para esto ha de existir dado que deben saber que “Joselino” anduvo metiendo mano en el tema y, la mayoría de los profesionales de La Matanza saben que el “Gran Recaudador” tiene las espaldas bien guardadas en la justicia.
El Perito Ingeniero Marcelo Oscar Morales apenas llegó a la obra para realizar lo ordenado por el juzgado, ante los presentes (abogados de ambas partes, arquitectos, socios, personal del juzgado y el vecino perjudicado) preguntó: “Quién es el Ingeniero de la obra, porque lo habían llamado cinco veces para explicarles los problemas de la misma”, algo totalmente irregular ser lo mire por donde se lo mire.
Las explicaciones técnicas sobran, las imágenes publicadas son más que evidentes, las huellas de los funcionarios municipales que no cumplieron con su responsabilidad son más que evidentes. Hay víctimas y victimarios bien definidos, solo falta que la justicia emita su dictamen.
La justicia matancera está muy cuestionada, son muchos los abogados que señalan “El Departamento Judicial de La Matanza es uno de los peores de la provincia” y sostienen que “Hay muchos jueces y fiscales que se dejan manejar por los políticos y ni siquiera guardan las formas. Todo el mundo se da cuenta de dicha intervenciones telefónicas”.
Me da la impresión de que es tiempo de dar una mano la justicia, las cosas están claras: el vecino perjudicado nunca comenzó a construir un edificio, nunca movió la medianera de su casa para perjudicar la obra de al lado. No construyó su casa ex professo para impedir que alguien construya un edificio al lado de la misma.
Está todo muy claro pero el acoso, las amenazas y los perjuicios continúan y, hasta ahora, nadie movió un dedo para darle una mano a un vecino perjudicado que no hizo nada, solo compró con los ahorro de su vida una casa donde pensaba vivir para siempre junto a su familia.
Pero una empresa decidió construir un edificio, un arquitecto no supo o no quiso construir según las normativas vigentes o se equivocó y en lugar de hacerse responsable prefirió seguir adelante sin importarle nada. Los funcionarios municipales que intervinieron (José Lino Dattoli, Coord. General de Arquitectura – leg. 22473 – y a Ruth Nancy Torres – leg. 22150 -) solo vieron la oportunidad de hacer un buen negocio en lugar de hacer respetar los derechos de un contribuyente. Las autoridades políticas del distrito no se hicieron cargo del problema porque no se enteraron o porque no les importó.
Este es un claro ejemplo de que la corrupción destruye vidas y proyectos, sería bueno que de una vez por todas alguien ponga un freno a la angurria de los corruptos.