Nueva Institución: CIP (Centro de Industriales Pendencieros).

18 - chiste panSan Justo

Nace una nueva institución en el seno de la comunidad matancera, el Centro de Industriales Pendencieros (CIP), que nuclear a industriales que tienen las características de ser pendencieros entre ellos y con otros alejados del mismo.

El pendenciero es camorrero, peleón, reñidor, bravucón, chulo, perdonavidas, provocador y los de este centro en particular tienen la sana costumbre de generar trabajo al correo y a los trabajadores de la justicia, dado que cada dos por tres envían sendas cartas documentos y hacen denuncias penales por cualquier tema.

Están más preocupados por pelearse entre ellos y con los demás que en producir sus mercancías. Organizan operativos para imponer precios exorbitantes a la misma y si alguien opta por vender más barato, los amenazan y les hacen denuncias penales.

Pero esto no queda acá, entre ellos las cosas no son más tranquilas, en la última reunión de la Comisión Directiva del CIP matancero trascendió que un miembro de dicha comisión había adquirido un coqueto y provocador vestido azul destinado a su señora esposa ú amante (no quedo bien en claro quién era la destinataria) y que lo pasó como parte de gastos de representación, ante este claro desmanejo de los fondos de la entidad, saltó enojadísimo “Pichón de Corleone” (así lo llaman cariñosamente los afiliados al Presidente de la entidad) y exteriorizando su ira le prometió una golpiza al causante de dicho desfalco; lo raro de esto es que, el supuesto responsable estaba sentado al lado de “Pichón de Corleone” llenándole el vaso con agua para apagar el fuego de su diatriba.

Los afiliados del CIP siempre andan acrecentando la honra de la institución, porque minutos antes de la reunión de la comisión directiva un miembro de la misma recibió por parte de un asociado una merecida golpiza. Sucede que “Número Loco” (apodado así porque entre sus pasatiempos esta el de levantar quiniela clandestina) fue encarado por un asociado del Bº “La Juanita” al cuál le había caminado los clientes ofreciéndole sus productos más baratos. La batahola fue enorme e hizo las delicias de todos los presentes.

A todo esto “Pichón de Corleone” y acompañado por su inseparable secuaz, “Garcatuti” sigue haciendo cuentas sin ton ni son, un día pone el pan a 10 mangos, pero al rato dice que solo es hasta las 10 AM, pero luego rectifica que es hasta agotar stock y al otro día pone a 22 pesitos el vital alimento. Luego impulsara el precio a los 28 mangos y así sucesivamente.