Por Prof. Joaquín G. Puebla
La “Sociedad de Fomento, Deportiva y Cultural del Barrio San Nicolás”, de San Justo, ubicada en Cnel. Lynch 2725, (Tel: 4484-3321), corre grave peligro de extinción, porque fue copada, hace más de os años, por la delincuencia, la droga y la prostitución.
Según vecinos de la zona, hace un par de años la Sociedad de Fomento quedó acéfala por el fallecimiento y renuncia de varios miembros de la comisión directiva, pero por acuerdo tácito de la mayoría de los socios quedó funcionando bajo la responsabilidad del encargado del buffet hasta que se realice la asamblea anual que debía nombrar una nueva comisión directiva y convocar a elecciones.
Las actividades en dicha institución se desarrollaban normalmente, era un lugar de reunión de los vecinos del barrio donde iban a jugar a las bochas, algunos partidos de truco y los chicos podían hacer patinaje, aprender bailes folclóricos y artes marciales.
Hace poco más de un año, el encargado del buffet falleció inesperadamente. Todo el barrio acudió al sepelio (que se realizó en las instalaciones de la entidad) y para no complicarle la vida a su señora esposa (nadie la conocía mucho ni tenía trato con ella) quedaron en extenderle la concesión del buffet dado que alegó que era su única fuente de ingreso.
A las pocas semanas “La Señora” (nadie sabe bien su nombre porque nunca visitó la entidad en vida de su marido), cambió las cerraduras de las puertas y cuando los chicos, los vecinos y profesores de diferentes actividades quisieron ingresar, obviamente, no pudieron. Varios días estuvo cerrada la entidad sin registrar ninguna actividad.
Cundió la preocupación entre los vecinos de la institución, hasta que días después vieron llegar una camioneta que comenzó a bajar muebles. Entre dichos muebles había varias camas matrimoniales, cosa que llamó poderosamente la atención.
Al día siguiente se encontraron con la novedad de que a las instalaciones de la entidad se había mudado “La Señora”, junto a un grupo de mujeres de edades diferentes. Socios de la Sociedad de Fomento intentaron hablar con la misma pero los echó a los gritos, diciéndoles “Hagan juicio de desalojo”.
Como suele ocurrir en estos casos, al faltar una cabeza que organice, la situación se fue dilatando. Muchas de las actividades de la entidad se mudaron al centro de Jubilados de la zona, donde pudieron seguir normalmente con las mismas.
A todo esto la “Sociedad de Fomento, Deportiva y Cultural del Barrio San Nicolás” habría solamente de noche y comenzó a llenarse de gente extraña el barrio. Griteríos, peleas y hasta batallas campales a tiros empezaron a ser moneda corriente en la Plaza San Nicolás del barrio. Un par de jóvenes muertos aparecieron pero las cosas nunca se divulgaron. La noche comenzó a ser temible dado que la inseguridad se adueñó de la zona.
“Desde que esta señora se mudó a la Sociedad de Fomento el barrio cambió. Antes era bastante tranquilo pero ahora, de noche, es un peligro mortal” comentaba una vecina del lugar y señala que “En las instalaciones de nuestra sociedad de fomento, porque la hicimos nosotros, los viejos vecinos del lugar, se ven un desfile de hombre y mujeres, se vende alcohol hasta cualquier hora y hemos comprobado que también droga”.
“Varias veces hicimos las denuncias correspondientes pero nunca paso nada” comenta un vecino cercano a la entidad y agrega que “Ahora está un poco más tranquilo porque están dando vuelta los Pitufos de la policía y se ve más patrullaje, pero a la noche vuelve a ser tierra de nadie. La droga, el alcohol, la delincuencia y la prostitución se adueñaron de nuestra sociedad de fomento”.
Un grupo de jóvenes del barrio intentaron recuperar la entidad y nos comentaron que “De chico nosotros íbamos a la sociedad de fomento a practicar deportes y otras actividades, después dejamos de ir; pero ahora volvimos a ver cómo estaba y nos encontramos con un desastre” y explicaron que “Antes de hacer nada tres o cuatro decidimos ir una noche para ver si era cierto lo que se comentaba y nos encontramos que la realidad superaba ampliamente a los comentarios. Venden droga, hay prostitución. Varias de las chicas que trabajan viven en la misma sociedad de fomento, no salen nunca; la única que sale es una señora que va a un supermercado mayorista dos veces por semana y después están encerradas hasta la noche que abren”.
“Realmente vimos maleantes cuando entramos, enseguida nos sacaron la ficha y nos echaron a patadas. Varios de los tipos estaban armados. Fuimos a realizar la denuncia pero solamente nos tomaron una exposición civil” comentó a nuestro medio uno de los chicos que intentaron recuperar la entidad y afirmó que “A partir de ahí tenemos que andar con cuidado por el barrio, a varios de nosotros nos asaltaron en reiteradas oportunidades y nos pegaron para robarnos un celular. Tenemos miedo y nadie hace nada”.