Por Prof. Joaquín G. Puebla
Ganó Fernando y todos festejan.
Es innegable que los resultados finales de las elecciones PASO del domingo pasado estaban cantados de antemano pero sorprendió, a propios y extraños, la amplitud de la ventaja obtenida.
Fernando Espinoza decía, días previos a la elección, que el oficialismo se alzaría con más del 60% de los votos. Eran pocos los que compartían su optimismo y, la mayoría lo miraba de reojo, sin creer del todo las cifras que anunciaba.
Pero, finalmente, Fernando Espinoza tenía razón y obtuvo el 60.40% (472.987 votos) de los votos, contra el 20.52% (160.694 votos) de Alejandro Finocchiaro que representa a “Juntos por el Cambio” en el distrito.
“Realmente este resultado no lo esperábamos, sabíamos que ganábamos pero no por tanto. Fue una verdadera paliza” reconoció unos de los candidatos a Concejales del oficialismo y señaló que “La Matanza está de fiesta, el peronismo matancero le dio, nuevamente, un triunfo histórico para el distrito, la provincia y la nación”.
La fórmula del “Frente con Todos” encabezada por Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner obtuvo, en el distrito, el 62.64% de los votos (478.401 votos). Mauricio Macri – Miguel Pichetto de “Juntos por el Cambio” sacaron el 19.40% (148.172 votos). Tan enorme diferencia, se transformó en una paliza política.
A nivel provincial, Axel Kicillof – Verónica Magario sacaron, en el distrito, el 61.30% de los votos (480.706 votos). La fórmula encabezada por María Eugenía Vidal, actual gobernadora y representando a “Juntos por el Cambio” sacó 21.20% de los votos (166.289 votos).
Con los resultados en mano se pueden hacer algunas lecturas interesantes, por ejemplo: Axel y Verónica fueron los que más traccionaron en La Matanza porque sacaron 480.706 votos, seguidos por la fórmula nacional, integrada por Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, con 478.401 votos. Fernando Espinoza, encabezando la lista local del “Frente por Todos” sacó 472.987 votos.
Si bien fue un excelente resultado Fernando esperaba más, su expectativa era sacar más votos que Fernández y que Kicillof.
CRISIS Y LA FALTA DE LEGITIMIDAD
El término legitimidad (y sus derivados: legítimo/a) se utiliza en la teoría del Derecho, en la ciencia política y en la filosofía para definir la cualidad de ser conforme a un mandato legal.
En ciencia política, es el concepto con el que se enjuicia la capacidad de un poder para obtener obediencia sin necesidad de recurrir a la coacción que supone la amenaza de la fuerza, de tal forma que un Estado es legítimo si existe un consenso entre los miembros de la comunidad política para aceptar la autoridad vigente.
Muchos protestaban por la razón de las elecciones PASO y el pasado domingo los resultados dejaron al descubierto la falta de legitimidad del gobierno nacional, encabezado por Mauricio Macri.
Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner sacaron 47.65% de los votos (11.622.020 votos) contra el 32.08% de los votos de Macri – Pichetto (7.824.996 votos).
La enorme diferencia entre unos y otros provocó una corrida cambiaria que nos dejó a todos consternados. Los mercados aprovecharon los resultados electorales para realizar sus negocios a costa de todos los argentinos.
La corrida no es un síntoma del humor social, la mayoría de los argentinos no salieron a comprar dólares, lo hicieron los vivos de siempre que priorizan sus negocios por encima del bienestar de la mayoría del pueblo.
Los resultados de las elecciones PASO mostró que Mauricio Macri agotó todo su crédito político y, aún más, después de las desastrosas declaraciones posteriores a la elección. Las medidas que anunció para contener el mal humor social fueron hechas a destiempo y, su impactó, resultaron cuestionadas hasta por los mismos beneficiarios.
El gobierno de Macri se metió solito en el pozo que ellos mismos cavaron y, el mismo, es tan profundo que les impide asomar la cabeza para otear el horizonte. Algunos funcionarios del gobierno nacional no entendieron el mensaje de las urnas y, una de sus aliados políticos principales, como es Lilita Carrió, fue la que entendió menos este mensaje.
Hoy el gobierno nacional está aislado mirándose el ombligo; no ve, no escucha ni siente el mensaje de la mayoría del pueblo argentino y esto profundiza una crisis política que fortalece la crisis económica – social que, desde hace muchos tiempo, vivimos los argentinos.
Sin dudas los resultados electorales del pasado domingo han dejado al descubierto la falta de legitimidad del gobierno nacional y sin legitimidad no se puede gobernar.
Los vivos de los mercados huelen sangre y, cuando esto ocurre, ellos van directo a la carótida. Lo vivió Raúl Alfonsín, lo padeció Fernando de la Rúa, lo intentaron con Eduardo Duhalde y hasta a Cristina Fernández de Kirchner intentaron hacerle una zancadilla.
Hoy los mercados tienen un plan y, el mismo, es ahondar la crisis política porque cuando hay crisis ellos salen ganando porque su único objetivo es hacer negocios, porque mientras ellos ganen no importa mucho quién o quiénes pierden.
No nos extrañe que la única solución que quede, en los próximos días, sea analizada y anunciada por los principales medios de comunicación y esa solución sea el adelantamiento de las elecciones de octubre.
El escenario político es muy complicado y, como ha ocurrido anteriores veces, la crisis política que está planteada no tiene solución aceptable en la constitución nacional porque el gobierno legalmente constituido no tiene legitimidad y, los actores políticos legitimados por el voto popular no tienen legalidad para gobernar.
Octubre está muy lejos para las urgencias políticas que provocaron las elecciones PASO, cuando deberíamos estar analizando los resultados políticos de las elecciones estamos viendo como un gobierno nacional se está enlodando solito en una carrera que parece muy complicado de llegar y, aún menos, de ganar.