TEXTO: Prof. Joaquín G. Puebla
FOTOS: Silvio Martínez
Oscar Timpanaro es un Veterano de la Guerra de Malvinas que murió, recientemente, tras una cruel enfermedad. El pasado sábado sus familiares, amigos y camaradas de la guerra pero amigos entrañables de la paz, homenajearon en su persona a todos los Veteranos de Malvinas pero, principalmente, a aquellos que son matanceros.
Desde el sábado Oscar Timpanaro descansa en la paz del monumento a los Caídos en la Guerra de Malvinas inaugurado el año pasado en la Plaza Martín Fierro de Aldo Bonzi. Por la concreción de ese sueño, impulsados por los veteranos matanceros, Timpanaro trabajo mucho, fue uno de los impulsores y la concreción de ese proyecto fue, en gran medida, al trabajo y compromiso que le puso “Timpa” (como cariñosamente lo apodan sus compañeros).
A Oscar Timpanaro lo conocí hace unos años cuando tenía el proyecto de sacar un suplemento especial por los 30 años de la Guerra de Malvinas, en esa ocasión lo entrevisté a él y a un grupo de Veteranos de Malvinas que me contaron su experiencia en dicho conflicto militar. Fueron varias horas de grabación pero una molesta enfermedad en mis ojos impidió que dicho material pudiese ser publicado en el diario que trabajaba por ese entonces. No pude escribir la nota pero me enteré de sus notas y, a partir de ahí, se creó un vínculo de amistad entre ellos y yo.
Participé y difundí varias de sus actividades pero, muy en el fondo, me siento parte del grupo y algo responsable, de que se hayan juntado para hacer todas las cosas que se hicieron. Porque este grupo de amigos de toda la vida tiene una historia particular.
Según me contaron en una oportunidad muchos de ellos fueron amigos y vecinos desde la infancia, compartieron los juegos y correrías infantiles, hasta algún banco de escuela también. Cuando crecieron y llegó la colimba, varios de ellos fueron destinados al Regimiento 3 de Infantería Mecanizada de La Tablada y, en el caso de Oscar Timpanaro, a la Batería B del GADA 101 (Grupo de Artillería de Defensa Aérea 101 con asiento en Ciudadela). Muchos fueron a Malvinas pero al volver, una vez finalizado el conflicto, se encontraron que muchos de sus amigos quedaron en la tierra malvinense.
Estuvieron muchos años sin juntarse a pesar de verse y saludarse pero cuando encaré el tema del suplemento especial, el Concejal (m/c) Gustavo Ferragut, vecino de Aldo Bonzi, me contactó con este grupo de amigos y, en la casa de uno de ellos, nos juntamos para grabar la entrevista que nunca pude publicar; de esas reuniones (porque fueron varias) este grupo de amigos comenzaron a conversar y decidieron hacer la Vigilia del 2 abril en la Plaza Martín Fierro de la mencionada localidad matancera, un evento pensado para unos pocos pero que se convirtió en algo multitudinario por la significación y el trabajo de este grupo de veteranos.
Fue muy emotivo el homenaje a Oscar Timpanaro, no por la trascendencia sino porque se homenajeaba a un gran tipo, un gran amigo.
Hablar de Timpanaro es hablar de Bonzi y sus amigos, de su historia en común donde hay miles de anécdotas y vivencias compartidas, es hablar de las guerras (donde entabló combate) de los veteranos porque la guerra no fue una sola, porque tuvieron que pelear y siguen peleando la guerra contra el olvido y las desmalvinización.
Son verdaderos Héroes, en el gran sentido de la palabra, no solo por haber estado presentes cuando la patria los llamó sino por haber seguido cuando los gobiernos de turno y algunos ciudadanos les dieron la espalda y los llamaron “los loquitos de Malvinas”. La guerra contra el olvido es la que los hizo grandes.
Un abrazo querido “Timpa”, un orgullo enorme haber estado contigo y estarás siempre presente en nosotros porque mientras te recordemos seguirás vivo.