Por Prof. Joaquín G. Puebla
A días de su jubilación entrevistamos a Carlos “El Ruso” Gdansky. El sostiene que “soy un hombre feliz porque después de tantos años en este trabajo no tengo problema para entrar a una fábrica, nunca tuve custodios conmigo, nunca oscurecí demasiado los vidrios de los vehículos que anduve. Amo La Matanza pero pretendo terminar mi vida en un lugar más tranquilo” pero aquellos que lo conocen dicen que no va a aguantar y señalan que “Que se va a ir un tiempo, sí; pero que en cualquier momento lo tenemos de vuelta”.
Un reportaje sin desperdicio, con mucha definiciones de peso; tal es así que me costó encontrar la frase para titular la nota.
Un genuino “Ruso Gdansky” habla de todo y de todos.
Q P: Ha tenido este año y el año pasado mucha actividad política y gremial, sobretodo una actividad que no siempre lo ha tenido al frente de la misma sino mandando mensajes, realizando acciones que tiendan a la unidad del movimiento obrero y a la unidad del PJ matancero. ¿Qué balance hace de todo este trabajo que ha venido haciendo?
CG.: “Estoy contento con el trabajo desarrollado en toda mi historia en La Matanza. Son muchos años: veintiocho años en la UOM, parte en el secretariado, diputado nacional. En esta última etapa me he dedicado a colaborar con los compañeros del movimiento obrero y del peronismo para lograr la unificación porque yo viví momentos muy importantes en la CGT de La Matanza. La CGT de La Matanza fue una CGT de mucho protagonismo y durante el tiempo que la conducimos siempre fue una prioridad el tema de la unidad, y lo logramos. Después que nos retiramos de la conducción, también aportamos y colaboramos para la unidad, pero lamentablemente no se dio.”
Q P: ¿Estos intentos para mantener la unidad de la CGT le dejan un gusto amargo?
CG.: “En realidad resulta un poco molesto cuando ocurren estas cosas porque si se le consulta al compañero en forma individual ninguno tiene dudas que quiere la unidad y que se sentaría en una mesa todos juntos para definir una CGT. Pero esto lo generan fundamentalmente las internas políticas.”
Q P: Usted el año pasado enarboló la bandera de la rebeldía en la política matancera, y encabezando un sector del movimiento obrero organizado, en la cual decía no somos empleados del poder político. Fueron a internas, ganaron la minoría, hicieron todos los gestos para llamar a la unidad. Pero el oficialismo es como que no recibió el mensaje y no se hizo cargo del mismo.
CG.: “Yo creo que hay muchas buenas intenciones pero no se llega a tener una determinación clara de la unidad, especialmente en La Matanza. Somos muchos los que seguimos haciendo el esfuerzo para la unidad, tanto en el movimiento obrero como en el peronismo. No importa desde qué lugar pero somos varios los compañeros que hacemos el esfuerzo, porque lo hemos hecho toda la vida y porque la hemos vivido a la unidad. Sabemos cómo se hace y también sabemos cómo se busca; cómo alguien si se pone al servicio de esa unidad y cómo algunos otros no. Si no ya se hubiera logrado.”
Q P: Estamos viviendo épocas muy difíciles, tanto en el campo político como sindical. En lo político está el tema de la división del distrito, que tal vez se hizo carne en gran parte de la población a partir de la debilidad de la conducción política (esto es una opinión personal) del distrito. ¿Usted cómo ve este tema?
CG.: “En realidad, yo creo que la división del distrito no se va a dar. No es el momento para tratar el tema porque hay muchas situaciones difíciles en la sociedad matancera, en la propia provincia de Buenos Aires y en el país para resolver. Con la división no le vamos a resolver los problemas a la gente, esto lo saben todos. Es una cuestión mediática de propaganda política para buscar posicionamiento, y hace que se creen enfrentamientos entre la gente. Y en definitiva si uno le pregunta a la gente qué quiere para su vida, el 99,9 % va a decir lo mismo: trabajo, salud, educación, seguridad. Sólo los políticos, los conductores y aquellos que inciden en la gente son los que provocan todas las divisiones y los conflictos.”
Q P: Se están viviendo momentos críticos para el movimiento obrero organizado por despidos, suspensiones, la caída de la actividad industrial y del consumo. Se viene un panorama complicado, y esto siempre trae desocupación. Y hoy tenemos en La Matanza una CGT separada, dividida, discutiendo por cargos o por cuestiones políticas; y no discutiendo cómo ayudar a los trabajadores, cómo representarlos, cómo defenderlos ante esta situación.
CG.: “Creo que acá se vuelve a repetir, hablando de la CGT nacional, el mismo desastre que ocurrió en los ’90. Los dirigentes sindicales se terminan alineando con el poder político en lugar de alinearse para darles representatividad a los que los votaron porque los que votan en un sindicato son los delegados de fábrica o de los servicios y los afiliados. El dirigente sindical tiene que responder a esa base (a los trabajadores), no le tiene que responder al presidente de la Nación ni al ministro. Los dirigentes sindicales tendrían que reflexionar mucho sobre esto porque el movimiento obrero organizado en Argentina ha terminado siendo un ejemplo para el mundo y malo para Argentina.”
Q P: Fuera de micrófono usted me decía que en días más le estaría saliendo la jubilación. ¿Es la jubilación que le corresponde a todos los trabajadores o también se jubila de la actividad política y gremial?
CG.: “En dos días sale mi jubilación, y la verdad es que estoy muy feliz. Yo creo que ha terminado una etapa importante en mi vida, donde colaboré en todo lo que pude. Además, soy un hombre feliz porque después de tantos años en este trabajo no tengo problema para entrar a una fábrica, nunca tuve custodios conmigo, nunca oscurecí demasiado los vidrios de los vehículos que anduve. Amo La Matanza pero pretendo terminar mi vida en un lugar más tranquilo. Me gusta mucho el aire, la montaña, la sierra, el campo. Y como amo mi Argentina, a todos los lugares que pueda viajar lo haré.”
Q P: Usted, con toda su experiencia política y gremial que ha acumulado, tiene mucho para aportar. Pero ¿no va a ser protagonista?
CG.: “Yo hace rato que no soy protagonista. Si yo quisiera protagonismo entraría en una gran contradicción porque yo dije que me parecía que los dirigentes sindicales se tenían que retirar a los 65 años, como todos los trabajadores, por imposición del sistema. Yo siempre creí en eso y lo cumplí; y en el modelo de la UOM de La Matanza es parte de su cultura. También en su momento colaboré con Hugo Melo para que forme una comisión directiva con una edad promedio de 37 años. Para mí y otros compañeros esto es un orgullo porque pudimos demostrar que los jóvenes también tienen que ser parte. Yo no quiero ninguna clase de cargo pero quiero colaborar. Todas las veces que pueda colaborar y ayudar, fundamentalmente en La Matanza, al movimiento obrero, al peronismo y a la sociedad en general lo voy a hacer.”
Q P: Estamos por cumplir un año de la renovación del gobierno nacional, provincial y municipal. ¿Cómo ve el primer año del gobierno nacional?
CG.: “Sinceramente, yo creo que es un desastre. Estoy como sorprendido, pero no por el gobierno porque siempre supe lo que podía pasar con esta clase de gobierno, sino que todavía haya gente en la sociedad que cree en esto. Yo puedo entender que haya gente enojada o enfrentada con el modelo anterior, pero que haya gente que siga creyendo en todo esto no lo entiendo. Este hombre ha hecho un debate público, preparado por hombres que terminaron siendo funcionarios del propio gobierno, diciéndole a Scioli como que lo habían comprado, que lo habían transformado. Y es al revés, este hombre mintió en todo. Habló en favor de las PYMES, pregúntenles a los empresarios cómo están. Habló sobre el impuesto a las ganancias y logró que esos trabajadores, que hoy están arrepentidos, lo votaran por una necesidad económica. Les dijo que lo iba a sacar pero no que sería gradualmente.”
Q P: En base a su experiencia, ¿qué tipo de final percibe para este tipo de gestión?
CG.: “Va a terminar como cualquier otro gobierno que viene a querer consolidar o crear un modelo que va en contra de la gente. Cualquiera se da cuenta que los que más se han beneficiado son los que más tienen. ¿Cuál es la canasta familiar hoy? ¿Cómo creen que van a resistir la gente humilde, pobre?”
Q P: En el orden local, ¿cómo ve el gobierno de Magario? ¿Cumplió las expectativas que había generado o todavía falta que comience la gestión?
CG.: “Yo creo que está muy mezclado la gestión con el debate y las internas políticas. Creo que es un gran error. La política partidaria la tendría que haber llevado adelante, como presidente del partido de la provincia de Buenos Aires, Fernando Espinoza. Verónica Magario se tendría que haber dedicado a gestionar su distrito. Todos los políticos hablan que parece un doble comando.”
Q P: Para usted, con su experiencia de haber conducido un gremio tantos años, ¿existe el doble comando?
CG.: “No, para nada. Yo creo que es malo. Personalmente creo en las intenciones de Verónica pero considero que la están perjudicando.”
Q P: ¿No se perjudica ella misma también al aceptar algunas cosas?
CG.: “Prefiero pensar que la están perjudicando. ¿No sé por qué me da la impresión? Es una pena porque hay muchos compañeros peronistas decididos a ayudarla pero de esta forma no se puede. Es como que no te deja.”
Q P: La semilla que plantó el año pasado de algunos criterios que estaban en desacuerdo con la conducción política del distrito, ¿usted cree que va a seguir creciendo? ¿En algún momento se va a plantar con mayor poder en el distrito?
CG.: “Creo que sí. Sigo creyendo que el peronismo en el distrito va a renacer. Hace falta alguien que lidere esto. Hoy no se ve a alguien, que ya esté en el distrito militando políticamente, que quiera liderar la unidad del peronismo. Yo no veo, veo muchas individualidades, mucho egoísmo, mucha pelea por un poder débil. El poder es poder cuando hay un conductor firme con una estructura puesta al servicio del trabajo, de la producción, de la cultura, de la salud, de la educación; y todo el mundo junto. Esto no se ve en el distrito. Hay muchos líderes en los bares, en las confiterías, en los restaurantes pero no hay quien lidere hoy la unidad en La Matanza.”
Q P: ¿Usted cree que está la chance que algún partido de la oposición (sea el Frente Renovador, el PRO o CAMBIEMOS) pueda ganar en el distrito ante la debilidad de la conducción del peronismo?
CG.: “Estoy convencido que en el distrito va a ganar Cristina y creo que el que quiera quedarse en el llamado poder político en el distrito se va a colgar de ella. Cristina es la expresión más clara de la oposición que tiene hoy Macri y de la referencia con la gente, fundamentalmente con los trabajadores y los más humildes.”
Q P: Está planteando un nombre que genera mucho escozor en el oficialismo matancero. Espinoza y Verónica hoy están con Cristina, mañana no, en las notas periodísticas de medios nacionales la dan ya jubilada, y de repente van a un acto con ella. Este ir y venir confunde tanto a la militancia como a la dirigencia.
CG.: “Por eso yo dije que hoy no hay ningún líder político del peronismo, en La Matanza, que pueda liderar la unidad del peronismo. En las elecciones sólo Cristina va a lograr unificar criterios en el distrito. Ese ir y venir no es un problema sólo de Verónica y Fernando, es un problema de muchos hombres y mujeres en Argentina; ya se ve en la Cámara de Diputados, nadie entiende cuando votan cómo votan.”
Q P: Hay muchos amigos, que por enfermedad o fallecimiento, hoy no están; y uno con el tiempo ve que políticamente hubieran sido muy necesarios para el país, la provincia, el distrito. Es el caso de Alberto Balestrini. ¿Se lo extrañó mucho estos años?
CG.: “Creo que ha sido terrible para todos nosotros el tema de Néstor y Alberto Balestrini. Considero que sus ausencias dieron por tierra todo lo que significaba la unidad, el movimiento obrero, el peronismo; fundamentalmente en la provincia de Buenos Aires. Hoy no hay quien pueda ocupar el lugar de ellos porque fueron hombres políticos que tuvieron un equilibrio muy grande entre la inteligencia y los sentimientos. Después de ellos nos fue muy mal; y no sé cuánto tiempo nos va a llevar recuperarnos. Así como veo cada vez peor la situación económica y política del país con este gobierno, no veo la unificación de los sectores en favor de los más pobres, de los trabajadores, de los humildes, creciendo en conjunto para evitar este desastre. Veo cómo esto se desgrana al mismo tiempo que lo hace nuestro movimiento peronista.”
Q P: Usted dijo que en dos días más está jubilado. Deja el protagonismo un poco de lado y se va a dedicar un poco más a lo suyo, su familia, a viajar. ¿Queda algo en el tintero después de tantos años de militancia gremial y política?
CG.: “No. Seguro que cuando me encuentren me van a ver trabajando, ayudando. Hugo Melo y sus compañeros, mientras que ellos quieran, van a tener mi colaboración, mi ayuda, mi asesoramiento, mi experiencia; y cualquier compañero de La Matanza, del peronismo, del movimiento obrero va a poder contar conmigo.”
Q P: ¿Desea agregar algo más?
CG.: “Quisiera saludar a todos y agradecer la paciencia que me han tenido todos estos años. Espero que tengan toda la suerte del mundo; que, en algún momento, logren esa unidad tan ansiada en el movimiento obrero en el distrito; que no peleen por cosas que no tienen sentido, que cumplan con eso de no ser empleados del poder político (de cualquier poder político). También deseo que el movimiento obrero trabaje todo junto en función de tener un espacio político fuerte en La Matanza porque existe, porque todos han sido parte de la creación del Movimiento de Integración Peronista. Y si no les gusta el nombre pónganle otro, pero no pierdan esto porque van a terminar siendo empleados del poder político.”