Por M. P.
El precandidato a vicepresidente de la Nación, Lucas Llach, realizó el martes último una recorrida por el centro de Ramos Mejía. Cuando se retiraba, en búsqueda de su bicicleta, una vecina le pidió que la Casa de Auxilio de Ramos Mejía vuelva a ser manejada por “el pueblo”.
Llach se estaba despidiendo de los correligionarios matanceros cuando una vecina lo encaró para pedirle soluciones por la mala gestión del intendente de La Matanza y de Morón. La mujer, firme en su posición pero buen humor y trato simpático, le pidió a Llach y los precandidatos locales a concejal que “busquen que la Casa de Auxilio de Ramos Mejía sea de vuelta del pueblo”. Su reclamo fue apoyado por otros vecinos que se sumaron a la charla.
—Hacen placitas nada más, que arreglen los agujeros rotos.
- LL: Sabe qué, la felicito. Porque más allá de quien lo haga, el ciudadano tiene que pedir mucho. Acá estamos medios dormidos.
—No, mucho no. Pedir lo que es obligación.
- LL: Lo que corresponde.
—Busquen que la Casa de Auxilio (de Ramos Mejía) sea devuelta al pueblo. Que sea Casa de Auxilio y no que aparecieron tres ‘vivos’ se la agarraron de ‘dueños’.
L.LL.: Bueno, cuando quiera me acerco. Y si llegamos (al gobierno), que tenernos que trabajar mucho (para ello), mi despacho va a ser el jacuzzi de (Amado) Boudou.
—(Risas) Declará lo que tengas.
- LL: Tengo todo declarado.
—Sí, ya vi la bicicleta. Te la iba a pedir.
En diálogo con la vecina, nos relató su mala experiencia.
QP:¿Sos de Ramos Mejía?
—Soy de Villa Sarmiento.
QP: Hablaste de la Casa de Auxilio…
—La Casa de Auxilio tiene un subsidio de Gobierno municipal.
QP: ¿Cómo lo sabés?
—Ah… (risas) Mirá. Tengo mucha gente amiga. Viste que hablé (con Lucas Llach) de Lucas Ghi, Margarita Stolbizer, (Elisa) Lilita Carrió… Y me las fui a ‘joder’ a todas.
QP: ¿Sabés quién preside la Casa de Auxilio?
—¡Ter Akopian!
QP: Bien. Arturo Ter Akopian.
—Te voy a decir más. Yo tengo 79 (años). Desde los 6 me atendía en la Casa de Auxilio. Todo gratuito. Dentista, inyecciones, vacunas…
QP: ¿Era gratuito?
—Todo. Ahora me doy unas vacunas para los huesos. Un día me vengo a dar una vacuna, que ahora te cobran (la aplicación de) la inyección, y mi hija me dice: “Mamá. No vayas a la Casa de Auxilio, andá a la (farmacia) que te la dan mejor”. Venía a la Casa de Auxilio. Un día, una yegua que tienen, que dice que es enfermera y para mí no, me dio una inyección, empecé a los gritos, me dejó medio cuerpo duro. Yo grita gritaba en la camilla y la tipa me dijo: “¿Qué quiere que haga?¿Llamo a un médico?” Sí, boluda. Llamá a un médico. Yo te digo como hablé. Llamó a un médico que vos lo veías y no dabas cinco guitas, un provinciano pero divino. Dijo: “Pronto, tráiganme hielo. Está mal dada. Tráiganme hielo!”. Le trajó hielo (la enfermera) y (el médico) me empezó a frotar, a moverme la pierna, a moverme el brazo. Me atendió como una reina, ese pibe que yo lo miré con mala cara porque no tenía pinta de médico. Entonces voy a hablar con Ter Akopian. Le digo: “Esa mina no es enfermera, yo trabajé en reconocimiento médico y la inyección…”. Todavía me duele la pierna y pasaron cuatro años. La inyección, de la terminación de la raya del culo, son cuatro dedos para afuera y de ahí, cuatro dedos para abajo. Te la tiene que dar en esta parte [señala el lugar indicado], en la carnosidad. Me la dio acá [señala el lugar]. Yo a los gritos… A lo último me regalaron el coso (bolsa) para el hielo. El médico me dijo: “Cualquier cosa que necesite, llame, señora”. Voy a ver a Ter Akopian y le digo: “Quiero hablar con el director de la Casa de Auxilio”. Dice: “Bueno, venga tal día y pida que la van a atender”. Vine, pido… me atiende un tipo y me dice: “Rue ke ckape per bdle gege gtkmed”. ¿Vos me entendiste? Me habló así. Entonces voy a ver a Ter Akopian y le digo: Al que me mandaste a hablar no le entendí un carajo lo que me dijo. “Ah, porque ese tiene (la enfermedad de) Alzheimer”. Y le digo: ¡Y cómo me mandás a que me atienda ese tipo! “Pero era un buen médico”. ¡Bien lo estás diciendo, ‘era’ un buen médico!. No te sirve para una mierda y menos para una persona que está rabiosa.
QP: ¿Por qué pensás que tiene un subsidio del Gobierno municipal?
—Por qué yo lo averigüé en (el Municipio de) La Matanza. En La Matanza se lo dan. (Fernando) Espinoza se lo da. ¡Espinoza! No me hagas hablar… Mirá.
QP: ¿Y vos como te enteraste?
—¿De eso? No, yo fui a averiguar. Soy metida.
QP: ¿Y en qué área del Municipio?
—Me mandaron a Gobierno.