“NOSOTROS SOMOS PARTIDARIOS DE QUE DEJEMOS DE HABLAR DE LA UNIDAD Y LA EMPECEMOS A EJERCER LA UNIDAD”

 

Semanario “Quinto Poder” entrevistó a Hugo Melo, Sec. Gral. de la UOM Matanza sobre las dificultades que están pasando los trabajadores metalúrgicos y de toda la industria en general.

Melo señaló que “Parece mentira, pero en algunos casos es preferible negociar una suspensión que perder el puesto de trabajo” y añadió que “De un tiempo a esta parte se han ido a otro distrito unas cuantas empresas metalúrgicas. Algunas empresas, que podrían haber venido a La Matanza, pasaron de largo y se fueron a Cañuelas o a Rodríguez o a Ezeiza. Últimamente lo que más vemos son pequeñas empresas que cierran todos los días

 

Q P: Han tenido un mes de muchas movilizaciones, mucha presencia en la calle. ¿La situación no mejora?

HM.: “No. La verdad es que cada día está más complicado, al menos los metalúrgicos y todo lo que tiene que ver con la industria. Nosotros estamos teniendo muchísima caída de puestos de trabajo, ya no con goteo sino con gotas más continuadas porque tenemos fábricas  que están prácticamente paradas. En las que podemos, estamos acordando suspensiones de dos o tres días por semana; y de esta forma más o menos lo vamos llevando. Parece mentira, pero en algunos casos es preferible negociar una suspensión que perder el puesto de trabajo. La persona que se queda sin trabajo, por más que cobre el 100 % de la indemnización, no tiene posibilidad de insertarse laboralmente en ningún lado porque todos los sectores de la industria están en la misma situación. Además, la caída del poder adquisitivo de la gente, los bajos salarios, las altas tarifas, hacen que la gente lo que gana lo destine pura y exclusivamente a sobrevivir en este momento.”

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Q P: En algún momento se especuló que con esta suba tremenda del dólar y la devaluación del peso la industria argentina estaría, de alguna forma, competitiva como para exportar. ¿Se está viendo algo de eso o siguen todos en la timba financiera?

HM.: “No. En La Matanza tenemos dos o tres fábricas que gracias a la exportación se están manteniendo, pero son pocas. La Matanza es un contexto de pequeñas y medianas empresas, y no todas están preparadas para exportar. Son muy pocas las que están exportando, y aquellas que exportan están más o menos manteniendo su plantel, pagando al día. Pero la realidad es que son más las que se van complicando que las que están mejor. Creo que este dólar alto, de alguna manera, a aquellas empresas que tienen la posibilidad de exportar les da la posibilidad de ser más competitivas. Ojalá todos estuviéramos en la misma posición.”

 

Q P: ¿Han detectado ustedes si hay empresas que se estén yendo de La Matanza a otros distritos, como Cañuelas y demás, para ubicarse en otros parques industriales?

HM.: “No. Últimamente lo que más estamos detectando es el cierre de las plantas. De un tiempo a esta parte se han ido a otro distrito unas cuantas empresas metalúrgicas. Algunas empresas, que podrían haber venido a La Matanza, pasaron de largo y se fueron a Cañuelas o a Rodríguez o a Ezeiza. Últimamente lo que más vemos son pequeñas empresas que cierran todos los días. Aquellas empresas que tienen 6 u 8 trabajadores cierran sus puertas, prácticamente, de un día para el otro. Difícilmente pase una semana sin que cierre una fábrica, y eso es más complejo.”

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Q P: ¿Cómo están viviendo esta situación donde la crisis económica está poniendo en riesgo el empleo; y que también,  ya se están vulnerando los derechos de los trabajadores? Están perdiendo trabajo y están perdiendo derechos.

HM.: “Creo que la política de este gobierno genera toda esta problemática a partir de que se va haciendo más grande el ejército de desocupados. Por otro lado, al haber tanta gente desocupada las mismas empresas generan las condiciones que quieren porque la gente quiere trabajar. Y el gobierno da toda esa posibilidad. Lamentablemente el gobierno va en contra de todo lo que favorezca a los trabajadores. Actualmente tenemos inconvenientes con el Ministerio de Trabajo porque no nos deja acompañar a los inspectores a recorrer las fábricas. Entonces, uno va viendo que es un Ministerio o un gobierno que no le interesa que los trabajadores estén bien sino que cuanto menos ganen y más sometidos estén va a hacer mejor. El otro día el Presidente ha dicho que los trabajadores no tendrían que pedir aumento, que con los salarios que tienen ya tendrían que estar bien. Lo dicen permanentemente las grandes corporaciones. El empresario Paolo Rocca (que dice que él no tiene nada que ver con las coimas sino su gerente, y yo no creo que él no supiera todo lo que estaba pasando) ha dicho que los salarios en Argentina son altos. A partir de estas opiniones yo creo que lo único que quieren es destruir lo que en este país se ha conseguido desde hace muchísimos años, que son las herramientas que tiene el sindicalismo para mejorar continuamente el salario a los trabajadores; y discutir conquistas de hace muchos años que para este gobierno y para muchos empresarios o gran parte del capitalismo siempre han sido un estorbo.”

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Q P: Una de las banderas de campaña de Macri fue que los trabajadores no paguen el Impuesto a las Ganancias, y ahora son más los trabajadores que pagan ese impuesto. ¿Cómo lo ven ustedes a eso?

HM.: “Las mentiras que ha puesto Macri sobre la mesa en su campaña política va a hacer que la gente analice, piense y vea las cosas de otra manera para la próxima campaña. Macri iba a sacar el Impuesto a las Ganancias, iba a bajar la inflación, le iba a mejorar el salario a los jubilados (les habló del 82 % móvil pero nunca les dijo que era el 82 % móvil del salario mínimo vital y móvil). Es decir, Macri tuvo la habilidad de hacerle llegar a la  gente lo que la gente quería escuchar: que iba a traer un montón de mejoras, pero realmente empeoró todo. Hubo compañeros en la UOM, a nivel de las grandes empresas (especialmente en la siderúrgica), que el único tema que discutían antes de la llegada de este gobierno era el Impuesto a las Ganancias. En ese momento existía un decreto de agosto del 2013 (puesto por Cristina) que hacía que el 50 % de las grandes empresas no pagaran el Impuesto a las Ganancias. Hoy lo pagan el 100 %. Este es el resultado de las promesas de Macri y de todos los que votaron este gobierno. Ojalá que en el próximo gobierno los debates sean diferentes, y quien llegue a ser Presidente tenga la capacidad de prometer y de cumplir.”

 

Q P: Tenemos dos CGT, tenemos dos CTA y todos hablan de la unidad. Pero si los de arriba no se unen los de abajo tampoco se unen. Es como que los gremios están esperando que arriba se  unan las CGT para después hacer en los distritos la unidad. ¿No se pensó en algún momento invertir la ecuación: unirse abajo para obligar a arriba que se unan?

HM.: “Sí. Realmente es un trabajo que tienen que hacer las regionales. En La Matanza las dos CGT que hay lo están intentando. Por lo menos han dado muestra de esto en los últimos días. El 17 de octubre, después de muchos años,  hicimos juntos un acto en la plaza de San Justo. Esto para el movimiento obrero es muy importante porque ya está hablando de que hay una posibilidad de unidad. Y nosotros somos partidarios de que dejemos de hablar de la unidad y la empecemos a ejercer la unidad. Se ejerce a partir de distintos actos, este fue uno y ojalá podamos continuar. Creo que lo que dice usted es lo que tendría que existir: la posibilidad de que de abajo hacia arriba les hagamos ver a los dirigentes nacionales que la unidad es posible y es la herramienta que se necesita, y que la unidad del movimiento obrero va a generar la unidad del Partido Justicialista. Es un problema directamente de dirigentes, que tienen la problemática de los intereses personales; y que  no tienen la capacidad de juntarse, discutir y construir la herramienta que necesitan los trabajadores que es la unidad de todos ellos para que realmente los representen. En un momento ocurrió cuando se creó la CGT de los argentinos y continuó con Saúl Ubaldini. Hoy no tenemos un dirigente que pueda cumplir con esa función, y que le haga ver a este gobierno que con la forma como está manejando la política económica es con la destrucción de los trabajadores. Entonces, hay que salir a enfrentarlos y creo que la mejor forma de discutir todo esto es en la calle. Pero para eso hay que buscar una conducción unificada.”

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Q P: ¿Ustedes creen que hay similitudes entre la crisis del 2001/2002 y la actual? Porque en aquella época no era discutir tanto el salario y los derechos sino ver cómo se mantenía la fuente de trabajo, y ahora es como que se estaría dando lo mismo.

HM.: “Nosotros vemos similitud en todo eso. Lo único que no vemos similar ni igual es que pueda ocurrir lo que pasó en el 2001/2002, cuando la lucha tenía como slogan ‘piqueteros y cacerolas la lucha es una sola’. En aquel momento los piqueteros o los movimientos sociales eran exactamente los mismos que están hoy, tal vez con más incremento porque seguramente hay más trabajadores que fueron ingresando a los movimientos sociales a partir de quedarse sin trabajo. Y no es la misma lucha porque a la clase media no le tocaron el bolsillo. A la clase media especulativa o a la gente que especula en Argentina todavía le dan margen para que eso siga ocurriendo. El dólar alto, la posibilidad de que  aquellos que especularon comprando el dólar barato hoy lo puedan vender más caro, lo siguen manteniendo. En aquel momento fue algo distinto porque prácticamente le metieron la mano en el bolsillo a los que tenían plata en los bancos. Mientras esto no ocurra seguramente la preocupación de la clase media irá acrecentándose, pero no en la medida que ocurrió en el 2001 porque en aquel momento fue fuerte la metida de mano del gobierno en el bolsillo de la gente.”

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Q P: Hace un par de años usted me planteó que los gremios y sus dirigentes deberían estar al frente de los reclamos de los trabajadores porque de lo contrario podría pasar lo que ocurrió durante el menemismo y el gobierno de De la Rúa, que es cuando surgen los movimientos sociales conduciendo a los trabajadores que tendrían que haber conducido los gremios. ¿Sigue viendo esa situación?

HM.: “Sí. Nosotros creemos que actualmente si la CGT no se unifica, si la CGT no se pone al frente de los reclamos de los trabajadores va a ocurrir lo mismo. El error que cometemos como sindicato o como organizaciones sindicales es no darnos cuenta que son nuestros propios afiliados los que se van quedando sin trabajo. Por eso es necesaria una unidad y la representación general de todos los trabajadores. No podemos no darnos cuenta que cuanto más divididos estemos más fácil es para este gobierno. Hoy las luchas las hacemos por sectores y eso es ganancia para este gobierno. Creo que la lucha más fuerte que se podría dar para que este gobierno recapacite o mire las cosas de otra manera es con el conjunto de los trabajadores en la calle, con el conjunto de las organizaciones gremiales juntas y con una CGT que realmente represente a todos los trabajadores.”

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Q P: ¿Cree que la CGT sigue dividida por cuestiones personales o por la política?

HM.: “Creo que la CGT tiene una división por los intereses personales y otra por la política. Cuando los distintos Secretarios Generales o los distintos compañeros que han llegado a tener una banca política en el Congreso de la Nación responden a distintos sectores se hace imposible que puedan trabajar para los trabajadores. Pero el problema más grave que tenemos es que esos dirigentes, que fueron o son de alguna forma Secretarios Generales de un gremio, cuando llegan a la política se olvidan de los trabajadores. Es un error nuestro no ponernos a trabajar, desde el lugar que estemos, siempre en favor de los trabajadores; porque llegamos al cargo que tenemos por los trabajadores. Por lo tanto, es el lugar que tenemos que defender.”