Por Prof. Joaquín G. Puebla
En Ciudad Evita la basura y el descontrol siguen a la orden del día. No se ve la mano de los políticos y, aún menos, del Delegado municipal, Carlos Enrique Maldonado.
Maldonado, desde que asumió, se deja ver poco por la Delegación municipal, va dos o tres veces por semana, está un rato y después raja hacia otras ocupaciones más redituables y, mientras tanto, “La Ciudad” es una colección de basurales a cielo abierto que debe limpiar indefectiblemente la municipalidad.
Cuando hablamos de basura sin recolectar pensamos en Martín & Martín, la empresa de recolección de residuos que tiene a su cargo la tarea, pero sucede que dicha empresa, si bien renovó hace poco el contrato con el municipio, las cláusulas del mismo son viejas y el esquema de recolección esta armado para prestarle el servicio a casi la mitad de la población de Ciudad Evita; el resto debe hacerlo el municipio; pero como Carlos “Manguera” Maldonado no está, no se hace.
Maldonado viene con muchas denuncias en el lomo pero tiene el cuero curtido porque no hace nada por disimular su incompetencia. Ahora bien, ¿será incompetencia o es que no le importa?. A mi escaso entender no le importa que lo denuncien y, aún peor, cumplir con su función de Delegado.
Hay sectores de la ciudad donde pasan cosas increíbles, se puede observar como a la tardecita se empiezan a prender fogones para derretir el plástico que recubre el cobre de los cables que se roban los muchachos y, también, se pueden ver a los empleados de Telecentro como reinstalan los cables colgados de las columnas de iluminación. ¿Eso está permitido o ando equivocado?.
Varios son los vecinos que se han quejado del estado de suciedad que se observa en Ciudad Evita y, ante la falta de respuesta de la delegación municipal,
hasta han hecho pintadas en un paredón para reclamar que les presten atención. Pero nada, como Magario ni Espinoza andan por la zona nadie se hace cargo de nada.