Adolfo Pérez Esquivel es uno de esos personajes preparados para comunicar. Los años de militancia, la política en el territorio, el conocimiento del mundo, lo formaron en un escenario global, sin precedente.
Es una de las voces críticas de estos tiempos. No tiene inconvenientes en denunciar que, “la policía es responsable de las nueve muertes, de los desastres, los heridos y los saqueos”, que sufrimos los argentinos en los últimos días. Le reclama a la clase política, “coherencia entre lo que se dice y lo que se hace“, porque según declaró, “en lugar de haber sacado un documento (desde el Congreso), tendría que haber salido a la calle y defender la democracia”, cuando los uniformados dejaron zonas liberadas en todo el país.
Además, si bien respeta profundamente a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, quienes crearon sus organizaciones como consecuencia del genocidio ocurrido durante la dictadura militar en los años 70’, denuncia que también “hoy hay muertes, hay desaparecidos, hay trata de personas, y hay chicos con adicciones”. Para él, los organismos tienen que trabajar sobre esos temas. Rescata a “Nora Cortiñas y Mirta Baravalle, como una excepción con un criterio” distinto con respecto al rol de las organizaciones que defienden los derechos civiles.
En fin, Adolfo Pérez Esquivel habló de todo un poco. El encuentro, se llevó a cabo durante el cierre de fin de año de la organización “Chicos de la Aldea por La Paz”. La charla transcurrió en medio de un vergel ubicado a unas veinte cuadras de la Ruta 28, en General Rodríguez, provincia de Buenos Aires. Lugar al que se accede a través una calle de tierra rodeada de vegetación. Un camino que desemboca en las 14 hectáreas, donde la Aldea está afincada.
Allí, se le enseña algún oficio a infinidad de chicos, o como diría él, donde “se le da un sentido de vida, una esperanza”. El artista internacional, el docente, una vez más apeló a su rol como líder social, para decir lo suyo. Su voz resuena todavía en las calles de tierra del Conurbano, donde su revolución pacífica espera tiempos mejores para florecer.
¿Qué opina de lo sucedido durante estos días en nuestro país, donde el reclamo gremial de la Policía, culminó con saqueos, muertos y desconcierto?
Eso fue responsabilidad de la policía. La policía es responsable de las nueve muertes, de los desastres, los heridos y los saqueos. No pueden, como fuerzas públicas, someter al poder político democrático, bajo ningún punto de vista.
¿Pidieron desde el Serpaj, alguna reunión con las autoridades de la policía, o llamaron la atención de su accionar en estos días?
Por ahora no, cuando tengamos reunión con la Comisión Provincial Por La Memoria, ahí vamos a ver qué medidas tomar frente a esto, porque nosotros trabajamos como Comisión Provincial, en cárceles y comisarías, hacemos un monitoreo permanente los 365 días del año, en cárceles y comisarías. Conocemos el problema, yo apoyo a la policía en un reclamo justo salarial, pero no el método empleado. Al ser funcionarios públicos no pueden dejar al pueblo en estado de indefensión; hay otra forma de reclamar sus derechos, pero lo que hicieron, lo rechazo totalmente.
¿Usted cree que hubo madurez de las fuerzas políticas, que emitieron un documento desde el congreso contra el método utilizado por los efectivos policiales?
En lugar de haber sacado un documento, tendrían que haber salido a la calle y defender la democracia, ya basta de tantos documentos. Las palabras sin la acción es el vacío, tienen que ser coherentes, entre lo que dicen y lo que hacen. Hoy con todas las dificultades de este gobierno, tenemos que salir a defender el sistema constitucional, en esto no hay ninguna duda. Pueden quedarse tranquilos, el pueblo va a salir a responder en defensa de la democracia.
¿Los Organismos de Derechos Humanos, tienen que replantearse su rol, teniendo en cuenta los nuevos problemas que se observan en la sociedad?
Salvo excepciones, como es el caso de Nora Cortiñas, Mirta Baravalle, entre otras, que tienen otra visión, y si bien comprendo que muchos organismos de derechos humanos, como Madres, Abuelas, nacieron con el problema de lo que pasó durante la época de la dictadura, y lo que pasó con sus familiares, opción que respeto, creo que la política de derechos humanos debe ser integral. Las cosas pasan hoy, hoy hay muertes, hay desaparecidos, hay trata de personas, hay chicos con adicciones. Ahora, qué hacemos, esos son derechos humanos ausentes. Cada organismo tiene que saber cuál es su compromiso en la sociedad y qué esperamos de esta sociedad, pero no nos quedemos solamente con la época de la dictadura. En fin, hay que seguir trabajando con esperanza.
¿Cómo se trabaja con esperanza, ante tanto problema?
Nosotros tenemos las Aldeas de Jóvenes Para La Paz. Son centros educativos donde se les da capacitación laboral, un sentido de vida, una esperanza, para que no les roben la vida y la esperanza a los pibes. Por otra parte, con el ministerio de Educación de la provincia, con la ministra Cristina Álvarez Rodríguez, y Nora de Lucía, comenzamos el bachillerato, este es el primer año y esperamos profundizar para que los chicos salgan con una formación humanística, con conciencia de la paz. Además, la provincia está integrando Cultura de Paz en las escuelas secundarias. Estos son pasos que llevan al fortalecimiento de la democracia. Democracia, que molesta al modelo neoliberal, que tiende a apropiarse de todos los recursos, a generar marginalidad y pobreza en la gente. Nosotros tenemos que ofrecer un trabajo propositivo, constructivo, dar un sentido de vida en todos los órdenes, porque los derechos humanos no se reducen a lo que sucedió durante la dictadura, hoy se nos mueren los pibes de hambre, y de enfermedades evitables.
¿Cree que es necesario multiplicar esos ejemplos con mayor apoyo por parte del Estado, donde haya marginalidad?
Esto tendría que multiplicarse, fundamentalmente en el interior del país, con los pueblos indígenas, la educación bilingüe, el sentido de vida, la capacitación, para que nuestro país pueda vivir en democracia. La democracia no se regala, la democracia se construye, y nosotros somos responsables de esa construcción democrática, y este es el ejemplo. En lugar de protestar todo el día, ponemos las manos, aquí, nos embarramos, nos levantamos, construimos y hacemos junto a los jóvenes.
¿Cómo se puede luchar contra el narcotráfico, que vemos cómo, en el conurbano más poblado, se lleva a los chicos, cómo los chicos se matan entre ellos y cómo matan a los trabajadores?
La Aldea es un ejemplo, aquí vienen chicos con adicciones, y trabajamos para superarlas, pero le damos un sentido de vida, una esperanza. Si a los chicos no les das un sentido de vida, agarran para cualquier lado.
¿Considerando los tiempos que estamos viviendo, qué mensaje esperanzaría a nuestra sociedad?
No hay que perder la capacidad de sonreírle a la vida, el día que perdimos la capacidad de sonreírle a la vida, es que hemos perdido la esperanza, y si perdemos la esperanza estamos vencidos. Hay que ser rebelde, hay que resistir frente a todas las injusticias y sonreírle a la vida. “la policía es responsable de las nueve muertes, de los desastres, los heridos y los saqueos”