Por Prof. Joaquín G. Puebla
El pasado 12 de diciembre la Intendente matancera, Verónica Magario, se reunió con vecinos de Ramos Mejía nucleados en “Vecinos en Alerta”, como oportunamente y, en exclusiva, informó nuestro medio (https://semanarioquintopoder.com/?p=22551). Públicamente se juntaron, a pedido de Magario, para escuchar las graves y complejas problemáticas de la localidad pero, siempre hay una historia detrás de todo relato oficial.
La otra historia o motivo de la reunión “fue para cambiar figuritas”: los vecinos suspendían la marcha programada para el viernes 14 y, de esa manera, lo le agriaban los festejos a Magario en la Gala a Cielo Abierto de Coro Polifónico Nacional, un evento que convocó a miles (https://www.facebook.com/magariovero/videos/332809427315004/) de matanceros.
Hasta acá todo normal pero a partir de la reunión se comenzaron a escuchar otras voces; voces más institucionales podríamos decir.
Los integrantes de distintas instituciones de la localidad, como aquellas que integran el Foro de Seguridad o el Consejo Consultivo, empezaron a hacer sentir su enojo y despecho porque la Intendente nunca los recibió a ellos pese a que, en oportunidad varias, hicieron llegar los mismos reclamos (y algunos de sus integrantes aseguran que presentaron una agenda aún más amplia que la de “Vecinos en Alerta”) y esperaron sentados “años” a que Magario se dignase a recibirlos, cosa que nunca hizo hasta ahora.
“!!!De promesas incumplidas tenemos bastante y de mentiras ni te cuento!!¡”, fue uno de los primeros comentarios que trascendieron y siguieron muchos más como este: “Muchos de esos puntos también fueron reclamados hace años desde el Consejo Consultivo especialmente las cámaras de seguridad, los problemas de tráfico, sendas para discapacidad, terminal de colectivos, etc. Hablamos con muchos funcionarios y elevamos peticiones pero solo recibimos varios cri..cri…cri.. de parte de Magario”.
“Esos puntos, todos completos son los que el Foro viene pidiendo desde hace años sin necesidad de ofender a nadie. Siempre lo hemos hecho con el mayor respeto. Nosotros no hacemos convocatoria callejera y no perjudicamos a nadie” plantearon integrantes del Foro de Seguridad y agregaban que “La política no resiste la demanda callejera. El piquete, la extorsión pública; es allí cuando intentan un paliativo. Para que no embromes más y no molestes. El reclamo formal institucional lo ven como un mal menor. Al no cortar calles no les complicas la vida”.
La bronca siguió sembrando más bronca y los comentarios se fueron multiplicando. Esta situación habla de un quiebre en la relación de las distintas instancias de participación que tienen los vecinos de Ramos Mejía pero, a su vez, señala un enorme vacío de la comunicación institucional entre la intendencia y los vecinos de esa localidad.
Obviamente la más perjudicada es Verónica Magario dado que ella solo atendió a un grupo de vecinos porque no quería que le enturbiasen los festejos programados y, al resto de las voces institucionales, eso les cayó como un balde de agua fría porque sienten que Magario los usó durante todo este tiempo sin prestarle la atención debida.
No es extraño que la Intendente Verónica Magario actué de esta forma, siempre ha obrado igual porque ella y sus colaboradores, siempre andan corriendo detrás de los problemas y nunca han intentado construir sólidos lazos de cooperación y comunicación con los vecinos de ninguna localidad matancera.
Detrás de todo esto hay una razón política y administrativa. La cuestión administrativa pasa porque el municipio dejó un tendal de problemas sin resolver, hay una decisión política de no gestionar, tal cual señalamos, hace unos meses, en la nota “NEOLIBERALISMO MATANCERO: EL AJUSTE TAN TEMIDO” (https://semanarioquintopoder.com/?p=21655).
En cuanto a lo político a instancia de Alejandra Rafuls, dueña de la agencia AR & ASOC. S. A. y es la asesora de la imagen de Verónica Magario y Fernando Espinoza, la política solo se hace a través de los medios masivos de comunicación porque juntarse con los vecinos y escucharlos y resolverles los problemas “no da, no suma votos; es perder tiempo” y, lógicamente, y en función del dineral que le pagan, tanto Magario como Espinoza le hacen caso.
Esta política, recomendada por Alejandra Rafuls, ha creado un enorme vacío entre los vecinos y la “Pareja Gobernante”.
Verónica Magario debería haber tenido un criterio más amplio y recibir a todos los actores comunitarios comprometidos en resolver las graves problemáticas que presenta Ramos Mejía; con su actitud solo logró no tener problemas en un evento pero agudizo el enfrentamiento entre los vecinos ramenses y, a su vez, profundizó el aislamiento con la comunidad de dicha localidad.