EL 61, LA ESCOPETA

Por ML

 

 

En viernes último, en la planta baja del Teatro Argentino de La Plata, donde anidó la Secretaria Electoral, comenzó el escrutinio definitivo de los votos obtenidos por cada fuerza política en La Matanza. Hasta allí viajaron la mayoría de los apoderados de las listas que participaron en las PASO, acompañados de sus fiscales.

En la previa, el panorama no era alentador. Primero, el Argentino acusaba el abandono y presentaba las huellas de “graffiteros” mezcladas con los vestigios de actos de vandalismo. Un coctel indigerible con ingredientes para entender porque se avecina la colocación de rejas. Segundo, resultaba paradójico que alguien intentara reclamar el cumplimiento de las normas cuando, a pesar de los carteles de indican “PROHIBIDO ESTACIONAR”, había vehículos estacionados en la plaza seca del edificio. Tercero, se corría la voz que no iban a dar lugar a los reclamos que exigieran la apertura de urnas, sólo la revisión de telegramas.big_0fc21e16cdb894956b90b6974225d9b6 (Copy)

A las 10, se dio inicio formal al recuento de votos de la sección electoral 061. Por orden alfabético, “Matanza” es el distrito número 061 de la provincia de Buenos Aires. Según la Quiniela, es la “escopeta”. No lo soñé y dicen que las casualidades no existen.

Desde el arranque del partido quedó en evidencia los intereses en juego. La cantidad de jugadores desplegados para controlar el sufragio fue inversamente proporcional a la cantidad de votos que obtuvo cada fuerza.

El primer llamado de atención, de un lado y otro de las mesas, se dio al unísono a los pocos minutos. La mayoría compartía que los fiscales, identificados por su rúbrica en los certificados de escrutinio, no saben sumar, mientras el resto de los “afirmativos” volcaba la culpa a lo tedioso que fue la confesión de las planillas. El saldo, las calculadoras repitieron varias veces las mismas cuentas y el Liquid Paper le arrebató la minoría a las biromes.

Fuera del campo de juego, uno de los apoderados de la lista que le comió la minoría al oficialismo, ofrecía su versión sobre la ausencia con aviso de los espinosistas en el recinto. “Si nos robaron como 20 mil votos, ¿qué van a venir a controlar? Nosotros tenemos que hacerlo”, se lamentó. Aunque reconoció parte de la culpa cuando se le preguntó sobre la notable ausencia en las PASO de sus fiscales en la localidad de Gregorio de Laferrere, tarea que había sido encomendada al mundo de Almirante Brown.

Con el empuje de todo principiante, la lista Celeste y Blanca K 4, que postuló al secretario de la UOCRA Heraldo Cayuqueo, salió desde el banco a buscar el resultado y con la primera observación, mandó a precalentar a sus candidatos a concejales suplentes y consejeros escolares para que la vergüenza ajena salga del terreno de juego. Igual quedó dentro de la interna, pero en la vereda de enfrente.

El Frente Renovador, envalentonado por la performance de Julio Rubén Ledesma que logró el segundo lugar en la tabla de candidatos a ocupar el sillón de Almafuerte, desplegó un ejército de “veedores” para pelear todas las irregularidades que, previamente, tildaron en los certificados de escrutinio.images (Copy)

Su primer candidato a concejal, que festeja a cuenta, tomó la rienda del rastrillaje junto a uno de los cinco abogados que posee el secretario General de SEOCA zona oeste. Su movimiento táctico resaltante fue la presión colectiva aunque consideró el encuentro como un amistoso. “No se define nada, la batalla comienza aquí luego del 25 de octubre. Ahí se van a matar”, coincidió la prensa del espacio. Igual, la Policía estaba presente.

Dentro de Cambiemos Buenos Aires, la listas 4 A Fucsia que arrinconó a correligionarios, radicales K y lilitos y la 300 A Rojo, boleta corta que hicieron “boleta” desde su presentación, faltaron a la cita por quedar expulsados de la contienda electoral por el mandato del voto popular, mientras que la ganadora de la “tripartición” que presentó el PRO, la 1 A Amarillo, se destacó por el temor escénico que dejó como resultado la ausencia de las caras visibles de la lista y por repetir su postura de escapar al debate.

Otra de las batallas, un escalón por debajo del espinozismo y el anibalismo, se dio en forma silenciosa en el espacio Progresistas. La lista Igualdad y Decencia MS, encabezada por el margarito Gustavo Ferragut y la Creo A, ganadora de la interna con el polémico armenio Arturo Ter Akopian al frente, tenían motivos para que así sea. Libres del Sur obtuvo en la provincia de Buenos Aires el 32,45% por ciento de los votos y quedó a metros del piso acordado dentro de la alianza que le permitía alternar, uno a uno, candidatos en la lista que participará de las elecciones presidenciales. Opuestos al conservadurismo, a regañadientes, peleaban cada voto en discusión. Se sabía, los pronósticos indicaban que de un lado iban a intentar meter “huevo”.

Con el transcurso de las horas, caían las fuerzas para acopiar votos virtuales mientras un progresivo degrade operaba sobre el personal de la Junta Electoral. En el haber, cada partido exhibía una lista extensa de reclamos que quedaron en ser revisados bajo la calificación “Tendencia”. Una palabra que habla por sí sola pero acusa una movida que necesitó la complicidad de varias personas.

A las 20, luego de una jornada densa, que sólo se detuvo al mediodía para que los actores vayan a almorzar y contó con breve recreo para la merienda, se bajó la cortina. La Matanza tuvo 2931 mesas habilitadas en las PASO y quedó la “minoría” por controlar como tarea para el día siguiente. Dato que las encuestas supieron anticipar.

El sábado, la cuenta regresiva no fue muy distinta, salvó que cada equipo movió el banco y presentó una formación con cambios pero con el mismo fin: marcar las mesas. La jornada matancera terminó con Libres del Sur, en tiempo de descuento, buscando la goleada que le permitiera a su referente provincial pasar, por primera vez, a la siguiente ronda. Por la noche, Jorge Ceballos festejó su cumpleaños, pero su tropa no le pudo obsequiar el regalo que esperaba.