Por Prof. Joaquín G. Puebla
Para serles sincero no creo que ni el “Negro” Alberto Olmedo, en su interpretación del El dictador de Costa Pobre (Desopilante parodia de los militares que asaltaron el poder en Latinoamérica, tenía un aire a personaje caribeño y jugaba con ironía con los claroscuros del poder) se hubiese animado a tanto al realizar sketch un sobre la actual realidad política de nuestro país.
Pero siguiendo en el tema y, al recordar a Olmedo, también veo la presencia del Manosanta (otro de sus más logrados personajes) porque presiento que él también se asombraría de los que estamos pasando.
Estamos viviendo una enorme crisis política y económica pero, la agenda de los políticos, está centrada en las próximas elecciones del 2023 sin tener en cuenta lo mal que la están pasando los argentinos.
Las disparatadas (es la expresión menos agresiva que encontré para calificar los dichos presidenciables) declaraciones del Sr. Presidente, Dr. Alberto Fernández, respecto a la crisis inflacionaria que estamos padeciendo los argentinos, pone en evidencia la fragilidad política del jefe de Estado.
Cristina Fernández de Kirchner, si bien se le nota una mayor legitimidad política, eso no se traduce en una mayor cuota de poder político y, esto se debe a que, una disputa entre un Presidente y su Vicepresidenta, no se puede leer como un enfrentamiento ordinario por el poder por la sencilla razón de que no hay ganadores, pierden los dos y, eso significa, que pierden el gobierno.
No nos olvidemos (salvando las distancias y los contextos) de la pelea Menem – Duhalde o la de De La Rúa – “Chacho” Álvarez.
¿Quiénes ganó esos enfrentamientos?… Nadie.
La pelea Menem – Duhalde le costó el poder al peronismo y perdió la gente. El resultado de la pelea entre “Chupete” De La Rúa – “Chacho” Álvarez, perdieron el gobierno y, por sobre todo, perdimos todos los argentinos.
LOS POLÍTICOS SIN RESPUESTAS
Todos los políticos hablan de la inflación pero solo balbucean soluciones porque nadie tiene idea de cómo parar esto.
El recientemente político de derecha y Diputado Nacional, Javier Millei, habla de “dolarizar la economía”; ¿es esa la solución?, el tipo hace años que viene hablando mal de los políticos
y ahora habla de aplicar una fórmula que la aplicó Domingo Cavallo en los años ’90 y que, si bien contuvo la inflación, provocó altos índices de desocupación (de los cuales nunca nos recuperamos del todo) y pobreza. Javier Millei, ¿menos trabajo y más hambre es la solución?
Tenemos al Presidente, Alberto Fernández, que cada vez que habla “derrapa mejor” (como diría un fierrero adicto a las carrera de rally). Me quede atontado y en shock cuando lo escuche hablar de cuestiones psicológicas y de demonios.
Si bien coincido que no tenemos a los mejores empresarios y comerciantes del mundo y que, por costumbre, suelen remarcar precios “por las dudas” (esos serían los diablos) no todo se resume a eso. Hay gente que sabe más que yo del tema pero supongo que, si la credibilidad y la confiabilidad en un programa económico es condición fundamental para resolver estos temas, los dichos del Presidente Fernández no ayudan a generar mucha confianza que digamos.
Como señalé párrafos arriba sus dichos lo dejan cada vez más solo al Presidente pero esa soledad política afecta también a la Vicepresidenta porque en lugar de la inflación, el desempleo y la pobreza está buscando la forma de pagarle al FMI y, les aseguro, que ese tema no es prioritario para la gente de a pie. La mayoría de los argentinos están preocupados por parar la olla o, el que tiene trabajo, está viendo de no perderlo o, el que no, tiene busca desesperadamente uno o, caminar para encontrar los mejores precios para que los pocos pesos que tienen les alcancen para morfar, etc.
El tema del FMI los roza tangencialmente y más cuando salen a la calle y tienen que mirar para todos lados, estar atentos por miedo a que los choreen y, encima, dar las gracias si no los matan por un celular.
Los problemas que estamos enfrentando son graves y complejos de resolver y no todo es culpa de Macri ni de Menem ni de Clarín ni de “Quinto Poder”; lo que estamos viviendo es culpa de los políticos y son los políticos los que deben encontrar las soluciones adecuadas.
¡!!TENEMOS EL PODER¡¡¡… (Y ¿AHORA QUÉ HACEMOS)
Según Gramsci (Antonio) el poder es “la hegemonía es el ejercicio de las funciones de dirección intelectual y moral unida a aquella del dominio del poder político”
Para Foucault, “el poder no es algo que posee la clase dominante; postula que no es una propiedad sino que es una estrategia. Es decir, el poder no se posee, se ejerce. En tal sentido, sus efectos no son atribuibles a una apropiación sino a ciertos dispositivos que le permiten funcionar plenamente”
Maquiavelo establece que “la conducta práctica del político se ha de desarrollar al margen de consideraciones teóricas fuera de la realidad; y la obsesiva persecución del poder y del prestigio cueste lo que cueste, con independencia de consideraciones éticas que se posponen a ese fin”
Max Weber dice que el poder es “…la probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una relación social, aún contra toda resistencia y cualquiera que sea el fundamento de esa probabilidad”
Hoy hay una lucha por el poder dentro de la coalición gobernante, parece que ya dejaron de ser Frente de Todos para convertirse en “Frente de Todos contra Todos”. La disputa viene de lejos pero, todo estalló, por el tema del acuerdo con el FMI; algo que a la mayoría de los argentinos le suena muy retro y que no está en la agenda diaria de ellos. No digo que no sea importante, solo quiero señalar que estamos más preocupados (sepan disculpar que me incluya pero soy participe de esas preocupaciones) por para la olla todos los días, por el laburo, por la inflación, porque la guita no alcanza, por la inseguridad, etc.
Lo del FMI puede esperar, me parece a mí (que no sé mucho del tema) pero creo que la agenda política actual debe estar centrada en los problemas de la gente; primero morfemos todos, tengamos laburo, veamos que la guita alcance y estar un poco más seguro y, después, no tengo problema en salir con las banderas al viento y no pagarle al FMI que ya nos sacó un montón de guita y siempre le seguimos debiendo.
He hablado de la soledad política que se está atrincherando el Presidente Alberto Fernández y creo, sinceramente, que dicha soledad afecta también a Cristina Fernández de Kirchner y, a su hijo, el Dip. Nac. y jefe de la Agrupación “La Cámpora”, Máximo Kirchner porque no pueden capitalizar el debilitamiento del poder presidencial porque ellos son parte del gobierno. No pueden ni deben renunciar para irse a poner en la vereda de enfrente porque se caería todo el andamiaje que montaron.
Discutan hacia dentro, métanse algún que otro bollo pero salgan con un mismo discurso y un plan de gobierno y económico porque las cosas no están para seguir jodiendo. La salud de la república no se puede poner en juego por cuestiones de “poder doméstico o mediáticas” porque a la vuelta de la esquina siguen “creciendo los golpista” que tanto daño nos hicieron.
Cristina y Máximo Kirchner fueron los arquitectos de la construcción política que llevó a este frente al gobierno pero, a su vez, también fueron los responsables directos de la actual crisis política. No es hora de mentiras ni de disimulos: ellos sabían que se había arreglado con el FMI, pero no quisieron quedar pegados porque están pensando en las elecciones y las candidaturas del 2023. Con esto no quiero defender al Presidente Fernández ni denostar a los Kirchner, sino que hay que decir la verdad y si esa verdad duele es otro tema. No se llega a ocupar instancias de poder que ocupan estas personas sino tienen acceso a la información reservada que suele manejar el poder porque hoy (y siempre) la información está asociada con el poder.
Máximo Kirchner, a mi entender, no debería estar tan eufórico, ni tan contento ni tan envalentonado por haberle dado un portazo al Presidente Fernández porque todavía no se sabe si, a pesar de lo sucedido o gracias a ello, creció políticamente. Hasta ahora mostró lo que tiene (políticamente hablando), admito que es mucho pero, seamos precisos: no es mucho más que antes ni nada parecido; lo que tiene no le alcanza para ejercer, en soledad, el poder y si llegará al poder, me juego las bolas a qué no sabría qué hacer porque, hasta ahora, no ha diseñado ni impulsado ninguna política de estado de fondo ni ha demostrado dotes ni equipos de trabajado para hacerlo. Su equipo de funcionarios solo han demostrado su capacidad de aprovecharse del estado para armar políticamente y, eso, no es hacer política.
EL PODER REAL
Todos creen que el poder lo ostenta el gobierno nacional porque “maneja la billetera” pero se olvidan que son los Intendentes y los Gobernadores que impulsan a los candidatos para llegar a esos puestos porque son los que aportan los votos.
Hasta ahora ningún Intendente (más allá de los que estaban) ni ningún gobernador (reitero: más allá de los que estaban) se han sumado a las huestes de Máximo Kirchner ni tampoco se sumaron a los batallones de Cristina Fernández de Kirchner; compartieron sus consignas y algunas acciones pero nada más. Tampoco se van a inmolar junto al Presidente, si este sigue así.
Los Intendentes de los distritos más poblados del conurbano se reunieron y mandaron un mensaje bien clarito a ambos lados de la trinchera oficialista: pidieron “paz” y que “la pelea es contra los precios y la inseguridad” (https://www.letrap.com.ar/nota/2022-3-23-13-5-0-llamado-a-la-unidad-y-advertencia-de-intendentes-peronistas-del-conurbano).
Los intendentes no comen vidrio, ejercen el poder todo el día y todos los días; ellos saben leer el barómetro del humor social y no les gusta ser ninguneados ni por Cristina, ni por Alberto Fernández, ni por Axel Kicillof y, aún menos, por Máximo Kirchner quién fue el arquitecto político de la última elección y que les provocó una desagradable derrota.
No hace mucho tuve la oportunidad de viajar a una ciudad del interior bonaerense donde pase unos pocos días. En una de esas noches compartí un asado, tras la invitación del organizador de la juntada, con varios intendentes (5 en total) del interior bonaerense de un signo diferente al oficialismo. Durante el morfi se habló poco y el análisis fue muy al ras del suelo pero cuando comenzaron a descorchar botellas de bebidas espirituosas (lamentablemente no pude compartir porque solo bebo agua mineral) el dialogo se hizo más fluido y sincero.
Uno de los jefes comunales, hablando por la mayoría de los presentes, me dijo: “Nosotros queremos un Gobernador que sea actualmente Intendente del conurbano, que sea peronista pero que sepa dialogar y jugar en equipo” y aclaró que “Nosotros vamos a acompañar y apoyar a nuestros candidatos pero ninguno va a ser bonaerense ni del conurbano”.
Algo sorprendido pregunté por el motivo de su apoyo a un peronista y me contestaron que “Queremos que sea del conurbano y peronistas porque ellos enfrentan problemas todos los días que nosotros estamos empezando a vivir. Tenías, hasta ahora, problemas similares pero en mucha menor medida pero, ahora, las cosas se están complicando” y sentenció que “Ellos (por los peronistas) tienen la experiencia que nosotros necesitamos y, también necesitamos dialogo para compartir experiencias y soluciones a los problemas que se están convirtiendo en comunes”
Sobre el Gobernador dijeron que “A Kicillof no lo entiende nadie, arranca hablando de un tema y termina hablando de otra cosa totalmente distinta y nunca llegamos a nada concreto” y remarcaron que “Estamos muy preocupados y necesitamos respuestas a nuestros planteos, necesitamos trabajar en común acuerdo, no es tiempo de internas; la gente la está pasando mal y estos hablan de cualquier cosa; queremos al frente del gobierno provincial un tipo que sepa y sea realistas en las soluciones no que nos hable de teorías y demás boludeces”
Me la dejaron picando y tire varios nombres y, les aseguro que, se sorprenderían de sus respuestas.
LA REALIDAD Y LA AGENDA POLÍTICA
En muchas cuevas políticas hoy se están hablando de temas que le son totalmente ajenos a la enorme mayoría del pueblo argentino. Los políticos están más preocupados en las elecciones del 2023 que en la inflación, la falta de laburo, la inseguridad, etc.
En los últimos días he escuchado y leído infinidad de análisis políticos que hablan de este o de aquel plan de acción pero ninguno está relacionado con la inflación, la falta de laburo, la inseguridad, etc.
En los diarios se habla de adelantar las elecciones y, por experiencia propia sé que, si un periodista escribe algo así es porque detrás hay un político interesado en difundir el tema.
Adelantar o no adelantar las elecciones ¿nos va a solucionar algunos de los problemas que tenemos?; no creo porque lo que estamos viviendo no es cuestión de tiempo sino de implementación de políticas de estado.
Los políticos actuales se parecen mucho a los del 2000 – 2001 y la gente, me parece, que pronto volverá a gritar: ¡!!QUE SE VAYAN TODOS¡¡¡. Aunque la gente gritó y protestó nos encontramos que no se fue ninguno.
Un destacado legislador, café por medio, me tiró un análisis que me dejó mudo al decirme que “Alberto (por Fernández) no termina, las cosas no pueden seguir así” y señaló que “Obviamente si renuncia, no creo que Cristina (por Fernández de Kirchner) se haga cargo de este quilombo, más bien va a dar un paso al costado y le van a dejar el muerto a Sergio Massa”
En medio de todo esto están saliendo a la luz nombres de posibles candidatos y, las usinas partidarias, están que arden porque todos quieren definiciones para colocarse al lado del posible candidato.
Hoy importan poco los nombres porque la situación económica – social está muy compleja; la gente se está ajustando mucho el cinturón, la carga impositiva es muy gravosa, la inseguridad reina a sus anchas y los políticos meta de hablar de otras cosas, cuando deberían de juntarse a dialogar para encontrarle una salida razonable es está crisis que estamos viviendo.