Por Prof. Joaquín G. Puebla
En la mitología griega, Procusto era un posadero que tenía su negocio en las colinas de Ática. Cuando un viajero solitario se alojaba allí, Procusto entraba por la noche en su habitación y le ataba las extremidades a las esquinas de la cama.
Entonces, había dos posibilidades. Si el viajero era más grande que la cama, Procusto le cortaba las extremidades que sobresalían (pies, brazos, cabeza…) para que encajase exactamente en el lecho.
Si por el contrario era más pequeño, le estiraba hasta descoyuntarlo para que se adaptase a la medida. De hecho, el verdadero nombre del posadero era Damastes. Procusto era su apodo ya que significa “El Estirador”.
Lo cierto es que nadie se adaptaba inicialmente a la medida ya que, al parecer, Procusto tenía dos camas para esta tarea, una grande y otra pequeña, y asignaba una u otra habitación en función de la altura del huésped.
El héroe Teseo, en el último de sus trabajos, fue quien acabó con Procusto engañándole para que se tumbase en la cama, momento que aprovechó para atarle y aplicarle su propio método.
La literatura universal ha utilizado frecuentemente esta figura desde la antigua Grecia y muy pronto se aplicó a diferentes entornos como la familia, la empresa, la política…
Básicamente Procusto se ha convertido sinónimo de uniformidad y su síndrome define la intolerancia a la diferencia.
Así, cuando alguien quiere que todo se ajuste a lo que dice o piensa, lo que quiere es que todos se acuesten en el “Lecho de Procusto”.
La incapacidad para reconocer como válidas ideas de otros, el miedo a ser superado, profesionalmente, por un subordinado o la envidia pueden llevar a algunos directivos o mandos intermedios a eludir su principal responsabilidad, tomar las decisiones más adecuadas para su empresa, dedicándose a cercenar las iniciativas, aportaciones e ideas de aquellos que pueden dejarles en evidencia. Es el Síndrome de Procusto, un nombre de origen mitológico que retrata una figura que suele observarse en entornos laborales y resulta nefasta para cualquier organización o equipo, incluido el de Comunicación.
La propia definición del síndrome de Procusto ya deja claras sus negativas consecuencias: “Aquel que corta la cabeza o los pies de quien sobresale”.
La limpieza del hogar (sin llegar a ciertos extremos), el aseo personal y el interés por los problemas de la comunidad son característicos de las personas que están sanas mentalmente. Estar sano no implica estar cuerdo y no ser cuerdo tampoco significa que uno está loco. Algo complejo el concepto pero en psiquiatría las cosas no suelen ser claras ni lineales. En política pasa algo parecido.
Parte de la Familia Espinoza y sus amigotes realizó limpieza en la Unidad Básica “Mario Solano” ubicada en Villa Luzuriaga, emblemática e histórica Unidad Básica dado que aseguran que fue ahí donde comenzó la Agrupación “Ramón Carrillo”. Un vecino del lugar le llamó la atención un par de cuadros que fueron tirados con la basura y en los mismos se pueden leer las dedicatorias a Fernando Espinoza.
Son muestras de afecto de deportistas y de compañeros sin valor económico alguno pero, posiblemente, con alto valor emocional. En sí mismo tirar los cuadros no diría mucho pero uno puede ver, si se pone a hilar finito, en que se ha convertido Fernando Espinoza; un hombre sin lazos afectivos con el pasado (si los dueños originales de los cuadros desean recuperarlos solo deben comunicarse con Semanario “Quinto Poder” que se los devolveremos inmediatamente).
Fernando Espinoza a pesar de ser un hombre joven tiene una vasta experiencia política, ha tenido buenos maestros y desempeñado cargos con modesto éxito. Tuvo varios buenos momentos al frente del municipio matancero pero su reiterado yerro de analizar fugazmente la política lo ha llevado a varias pifiadas que estuvieron a punto de sacarlo del juego político; si esto no sucedió se debe más al poder cuantitativo del peronismo local que a su perspicacia política. Enumerar los errores de conducción sería largo de contar y ya lo hemos publicado en varias ocasiones en estas páginas.
Si uno no conociera bien a Espinoza se podría decir que padece el síndrome de Diógenes (es un trastorno del comportamiento que afecta, por lo general, a personas de avanzada edad que viven solas. Se caracteriza por el total abandono personal y social, así como por el aislamiento voluntario en el propio hogar y la acumulación en él de grandes cantidades de basura y desperdicios domésticos. En 1960 se realizó el primer estudio científico de dicho patrón de conducta, bautizándolo en 1975 como síndrome de Diógenes. Esta denominación es cuestionable, pues hace referencia a Diógenes de Sinope, filósofo griego que adoptó y promulgó hasta el extremo los ideales de privación e independencia de las necesidades materiales, lo que se conoce como cinismo clásico; por tanto, desde el punto de vista histórico y conceptual, la acumulación de cualquier tipo de cosas es lo contrario a lo preconizado y practicado por el citado filósofo) por la cantidad de “Basura Política” (El término basura se refiere a cualquier residuo inservible, a todo material no deseado y del que se tiene intención de deshacer) que acumula y arrastra. Dicha basura son acciones y personajes que, más temprano que tarde, le harán perder oportunidades que con tanto ahínco persigue.
Al inicio del año pensé que Espinoza había cambiado su grupo de asesores políticos porque había realizado algunas puestas en escenas bastantes prolijas, se ordenó el tema de la prensa y el manejo de las redes sociales pero algo sigue fallando en esa estructura política que, continuamente, le impide llegar a buen puerto.
A mi modesto modo de ver (si de algo sirve) hay dos cuestiones que, más allá de la capacidad técnica de los equipos políticos que conforme, siempre le jugaran en contra a Espinoza. En primer lugar es la personalidad del mismísimo Fernando Espinoza que, en forma reiterada y consecutivamente, sigue tropezando con la misma piedra. Los escenarios políticos no se adaptan a las necesidades políticas de uno. Se puede moldear un escenario si uno maneja todas las variables del poder y, aun así, es muy complicado que el resultado final sea el que uno había planeado. Se puede hacer desde una intendencia donde la mayoría de los cuadros políticos trabajan en la municipalidad, donde el látigo y la billetera suelen obrar maravillas pero cuando se busca trascender los horizontes del distrito la técnica política requiere de otras sutilezas. En estas cuestiones no siempre sirve la billetera y, menos aún, el látigo.
La otra cuestión es la “Basura Política” que Espinoza a acumulado en estos años y que se niega a desprenderse. Cada acción de estos personajes le arranca jirones de su prestigio. Hasta hace unos años se hablaba en voz baja de estos personajes, eran pocos los que conocían su rostro y pedigree (Un pedigrí – derivado del inglés pedigree, y este a su vez del francés pied de grue – es un documento que analiza las relaciones genealógicas de un ser vivo en el contexto de determinar cómo una cierta característica o fenotipo se hereda y manifiesta), se manejaban en el más absoluto anonimato y siempre a las sombras del poder.
MAL ANALISIS Y MAL USO DE LA BILLETERA Y EL LÁTIGO
Hace rato que sostengo que Fernando Espinoza arranca con un mal análisis del escenario político y esto se debe a su personalidad (después del aplastante triunfo del 2011 parece que se creyó Gardel y Lepera con guitarra eléctrica) o a un equipo político mediocre o sin experiencia política en el armado provincial. No es lo mismo hacer política en el distrito con todos los resortes del estado en una mano que ir a otros distritos tratando de comprar voluntades. Este camino eligió Espinoza y solo ha comprado, en forma pasajera, las voluntades de los derrotados como Mariano West (ex Intendente de Moreno y con aspiraciones de ser funcionario municipal con la creación del “INSTITUTO MUNICIPAL DE TIERRAS, VIVIENDAS Y REGULARIZACIÓN DOMINIAL DE LA MATANZA” – IN.MU.TI.MA), a Raúl “Vasco” Othacehé quien solo aportó algunos congresales del PJ, a Alejandro Collia (actual Sec. de Salud de La Matanza, Concejal de Tres de Febrero y aspirante a la Intendencia de dicho municipio) e Intendentes de municipios chicos del interior que se aglutinaron en el grupo “Fénix” y que corre un serio riesgo de disgregarse.
Fernando Espinoza conduce formalmente el PJ matancero y Verónica Magario tiene, nominalmente a cargo, la Intendencia del distrito. Entre ambos no se hace ni un mal Intendente porque desde 2011 la gestión municipal ha quedado relegada a las jugadas políticas del dúo matancero. Más política menos gestión pareciera ser el slogan de trabajo y esto está repercutiendo, muy negativamente, entre los vecinos del distrito y la militancia política.
La gestión municipal es de mediocre para abajo hay funcionarios municipales que cumplen con su función pero están al mismo nivel de aquellos que solo se dedican a sus “negociados” o los que no hacen nada. Da igual laburar que robar o no hacer nada porque la conducción política de municipio tiene centra su mirada en otros escenarios; para ser concisos.
No le dan bola a la gestión municipal de La Matanza. Verónica Magario había despertado alguna expectativa pero las mismas quedaron en la nada. Si va a su despacho (cuando lo hace) le plantean cuestiones de la gestión e inmediatamente ella pregunta: ¿qué dijo Fernando?
Es tan palpable su ausencia en la gestión que los miembros de la secretaria privada se han convertido en virtuales jefes de gabinete porque reciben las inquietudes de los funcionarios y dirigentes políticos y cuando pueden le transiten el mensaje a la conducción política y si estos dan una respuesta (que no siempre lo hacen) responden las consultas realizadas. Todo el circuito tarda entre 30 a 90 días.
Las pruebas de este notorio deterioro están en marcados en la cantidad de votos perdidos en las últimas elecciones. Elección tras elección el oficialismo matancero ha ido perdiendo apoyo de la comunidad matancera y, de seguir así, resultará muy difícil lograr un triunfo “legítimo” en las próximas elecciones (hago la aclaración porque en nuestro distrito no gana quien saca más votos sino el que los cuenta). Sostengo lo de legitimo porque hice mención a la militancia y, realmente, la militancia del oficialismo está más que cabreada con Espinoza y Magario porque entre las dos administraciones prácticamente destruyeron la carrera municipal. Hoy por hoy hay casi tantos contratados como empleados de planta permanente y esto no es casual; al tener a la militancia política contratada dentro de la estructura municipal les permite usar el látigo a discreción. Entre octubre de 2016 y enero de 2017 no se renovaron más de 200 contratos de trabajo en la planta municipal y se jubilaron más de 200 empleados sin que se produjese la corrida administrativa correspondiente.
El látigo se utilizó sin contemplaciones y el favoritismo marcó su estampa. Hay un caso que es emblemático y que puede terminar en la justicia (detenidamente nos explayaremos en una investigación a fondo del tema). Para resumir contaremos hoy solo la maniobra. Ocurrió en la secretaría de Desarrollo Social donde había una vacante por jubilación y desde el 2010 estaban pidiendo la corrida administrativa correspondiente pero la amistad con una autoridad de personal le permitió a una empleada municipal quedarse con el cargo mencionado dejando de lado a dos compañeras municipales que estaban, por antigüedad y mérito, antes que ella. Fue tan burda la maniobra que hasta trasladaron a las dos empleadas a otra área para despejarle el camino a la amiga del poder.
Pero esto solo es la muestra de una serie de irregularidades administrativas que se han cometido en muchas áreas del municipio como, por ejemplo, en Planeamiento Urbano donde se produjeron despidos y designaciones totalmente fuera del marco normativo del municipio. José Lino Dattoli, mandamás (en los hechos de la repartición municipal) hasta se dio el lujo de trasladar a la Secretaría de Deporte a un profesional por negarse éste a avalar con su firma los negociados de “Uno de los jefes de la Municipalidad Paralela matancera”.
Estos desmanejos administrativos están calando hondo en la militancia política porque, seamos sinceros, más del 40% de los fiscales que cuentan los votos en las elecciones son empleados municipales y eso sigue siendo determinante cuando en la vereda de enfrente tenes una oposición sin capacidad cierta de movilizar a más de 5 mil personas para sentarse a fiscalizar una elección.
El pasado sábado 21/01 Espinoza había armado una movida para juntar a la dirigencia del peronismo bonaerense en Santa Teresita con el fin de empezar a delinear el armado del PJ para las elecciones próximas. La mención de Cristina Fernández de Kirchner desarmó lo poco que se había acordado y dejó al dúo matancero enganchado con la ex Presidente luego de haberla mandado a jubilar (en sendas notas periodísticas tanto de Magario como de Espinoza). Pero lo pensaron mejor y creyeron que todos querían a Cristina conducción cuando parece que no es así (http://www.lapoliticaonline.com/nota/95505/).
Sutilmente, el diario Clarín del pasado sábado 21/01 en la nota donde habla de la suspensión del congreso firmada por el periodista Rodolfo Lara y titulada “VACÍAN EL CONGRESO BONAERENSE DEL PJ PARA EVITAR DEFINICIONES SOBRE CRISTINA”, escribe, en uno de sus párrafos, el siguiente analisis: “ ‘No culpes a la lluvia, será que no me amas’. Nadie como Fernando Espinoza, presidente del PJ bonaerense, sintió ayer el mismo desamor de aquella canción en el momento que los intendentes peronistas vaciaron el Congreso partidario donde se procuraba la unidad detrás de Cristina Kirchner. La excusa formal de la suspensión de la reunión, en el Club de Golf de Santa Teresita, fue ‘razones climáticas’. Espinoza hizo el conteo y halló desierto donde esperaba encontrar vergel. En sus cercanías argumentaron que el ex presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, y algunos componentes del Movimiento Evita, liderado por Emilio Pérsico y Fernando ‘Chino’ Navarro, habían pregonado en los distritos que el Congreso era para apoyar a Cristina, el 7 de marzo, con una movilización a Comodoro Py, donde debe declarar. ‘No hubo un solo disparador para el vaciamiento. La verdad es que Espinoza perdió consenso, exhibe desmanejo político y ya no puede convocar’, explicó a Clarín un jefe comunal”.
Tan errados no estamos cuando venimos asegurando, desde hace tres años, que la situación matancera trascendería no a los medios de comunicación pero que sí tendría un marcado impacto en el armado político bonaerense porque los que manejan el poder en otros distritos no leen “El diario de Irigoyen” (Figura metafórica, muy argentina, a la que se apela para indicar que a alguien le construyen una realidad falsa, con el fin de no fastidiarlo o de sacarle una ventaja. Allá por 1930, estando Hipólito Irigoyen al frente del poder ejecutivo nacional por segunda vez, ya maltrecho de salud y entrado en años, las cosas a su gobierno no le iban del todo bien. Ante tal situación, sus asesores más directos, con el objetivo de no preocupar al mandatario, hicieron imprimir un diario especial para el Presidente de la Nación. El mismo contenía una imagen de la Argentina que poco y nada tenía que ver con la realidad. Así, al cabo de su lectura cotidiana, Irigoyen comenzaba su día sin mayores preocupaciones) que le escriben a Fernando y Verónica algunos medios locales.
Un destacado dirigente político matancero escribió, en su muro de la red social Facebook lo siguiente: “!!!No se ven muchas sillas en torno a la mesa¡¡¡. El PJ se enfrenta a la dicotomía que podría hacer peligrar su existencia. El peronismo podría atomizarse en fracciones lideradas por dirigentes que persiguen intereses personales como le ocurrió a la entonces poderosa Democracia Cristiana italiana en los años ’90 con el mega juicio conocido como “Tangentopoli” (tangente es “coima” en italiano). Hoy el PJ y el FpV buscan, en una peligrosa pulseada, obtener consenso entre la clase dirigente que mira con recelo al Massismo aunque no se le puede negar historia a cuadros políticos distritales y nacionales que militan dentro del FR. Randazzo es díscolo pero se llevaría, sin lugar a dudas, un porcentaje que al PJ lo dejaría en condiciones de debilidad. Podría mencionar a Rodríguez Saá que exhibe una provincia prolija y con índices para tener en cuenta y otros sectores menores, necesarios para cualquiera de los anteriores. En fin, si en serio se trabaja para la unidad, depongan intereses personales y piensen en los que estamos en los barrios escuchando EN SERIO a los vecinos, sean peronistas, macrista o renovadores. Temo que lo de la Unidad es un lindo slogan declamado con poca o nula CONVICCION”.
En estas reflexiones andaban los muchachos peronistas matanceros cuando Fernando Espinoza invitó a todos los dirigentes peronistas de peso de la provincia bonaerense a conmemorar un nuevo aniversario del primer triunfo de Juan Domingo Perón en las urnas democráticas. La mayoría fueron confiados y esperaban una muestra de unidad partidaria junto a los restos del difunto General pero Espinoza se mandó la pillería de invitar también a un legislador que le genera salpullido a más de uno, el Diputado nacional Máximo Kirchner. No solo lo invitó sino que lo puso en primera fila hecho que repercutió muy negativamente entre la dirigencia reunida (http://www.lanacion.com.ar/1988314-la-presencia-de-maximo-kirchner-en-san-vicente-recalento-la-interna-peronista)
Seamos claros, tanto Cristina como Máximo Kirchner no generan salpullido por una cuestión ideológica, sino más bien por una cuestión metodológica, dado que cada vez que fueron candidatos ellos, finalmente, exigieron tener la lapicera para escribir los nombres de aquellos que los acompañarían en las listas y, la discusión de fondo en el peronismo de hoy, es poseer la lapicera que escriba las listas o, por lo menos, tener la certeza de que tienen asegurada una plaza en la lista sábana. Ninguno quiere quedarse afuera y si Cristina Kirchner, encuestas en mano, asegura un rotundo triunfo, seguramente será candidata y aprovechan estos ir y venir para condicionarla, posiblemente la quieren de candidata pero no quieren que confeccioné las listas a gusto y piaccere.
Ahora bien, Julio Blanck, en su nota del diario Clarín del día de hoy, asegura que “Desde Europa, antes de tomar el vuelo de regreso que el viernes lo depositó en Buenos Aires, Florencio Randazzo confirmó que se decidió a jugar en la interna peronista de la Provincia. Lo hará enfrentando a Cristina o a quien Cristina elija como candidato a senador para la elección de octubre” (http://www.clarin.com/politica/randazzo-va-interna-cristina_0_H1E38vv9e.html). La irrupción de Florencio Randazzo en el escenario bonaerense va a generar muchas tensiones en el peronismo local porque la mayoría de los peronistas no oficialistas, si bien no reconocen la conducción de Espinoza, son kirchneristas y ahora, (no se sabe por cuánto tiempo) Espinoza y Magario volvieron a ser kirchneristas; es decir, tanto los peronistas opositores como oficialistas siguen o seguirían a Cristina en caso de ser candidata y saben, fehacientemente, que a nivel local no tendrían injerencia en el armado ni tendrían lugar en las listas matancera. Suponemos que este intríngulis se irá resolviendo a medida que pase las semanas o los meses porque tienen tiempo hasta junio del corriente año para el cierre de las listas.
Si Florencio Randazzo finalmente juega, su referencia local (hay varios armando detrás de ese escenario), tendría serias chances de posicionarse muy bien pero dicha cosecha de votos sería más bien por rechazo a las pifias de la conducción política del distrito que por méritos propios.
Este año, políticamente hablando, es determinante y si hay un escenario tan confuso es que no se sabe quiénes juegan y, aún menos, quién gana. La mentada polarización que quieren instalar desde las cúpulas políticas partidarias se basa en la necesidad imperiosa de mantener el poder y tanto al gobierno como al kirchnerismo esa polarización les vendría muy bien porque le restarían apoyo a Sergio Massa. Por ahora, dicha polarización no existe y de continuar las cosas así tendríamos una elección de final abierto con tres espacios políticos que estarían rondando entre el 25% al 30%. Estos guarismos ponen muy nerviosos a los intendentes del conurbano porque saben que si pierden sus mayorías en sus Concejos Deliberantes pierden el poder de gobernar sus distritos.
En La Matanza tanto Espinoza como Magario aspiran a un triunfo arrollador, están segurísimos que, a nivel local, todos terminan jugando para ellos porque saben que a algunos los deberán convencer y a otros los deberán comprar y como saben el precio de la mayoría no les inquieta en los más mínimo.
Y Espinoza sigue hablando sin decir nada, en un reportaje en diario La Nación (http://www.lanacion.com.ar/1989998-fernando-espinoza-no-es-que-nosotros-seamos-buenos-sino-que-ellos-son-muy-malos) resalta la Jornada en Defensa de la Producción y el Trabajo Argentino (en el Salón “Malvinas Argentinas” del Palacio Municipal), donde la Confederación General del Trabajo y la Confederación General Empresaria de la República Argentina convocaron a todos los sectores de La Matanza a formar parte de la movilización del próximo 7 de marzo. Al respecto Verónica Magario señaló que “desde hace un año venimos planteando que las políticas de Mauricio Macri van en deterioro directo de la pérdida de puestos de trabajo y destrucción de nuestras pequeñas y medianas industrias, que componen el 90% de los puestos de trabajo en la producción en La Matanza”. Por su parte, Fernando Espinoza dijo que “el peronismo bonaerense decidió el acompañamiento a esta marcha que organiza la CGT. La Matanza que es la capital de la industria y el trabajo y hoy claramente vemos un proyecto de país que genera desocupación, despidos, inflación y que empiecen a desaparecer nuestras fábricas”.
Pero uno mira la concurrencia y ve otra realidad. Si bien es muy loable que Espinoza y Magario se desgarren las vestiduras sobre el impacto de la política económica del gobierno nacional sobre los habitantes del distrito es chocante la otra realidad. Ellos son empleadores también, son la patronal de los trabajadores municipales matanceros y estos, precisamente, no están muy bien que digamos. No por una cuestión de salarios sino por las condiciones de trabajo que tienen. Aún están sin firmar el Convenio Colectivo de Trabajo (una histórica deuda de los gobiernos peronistas con los municipales locales) y siguen las arbitrariedades en cuanto a despidos y designación de personal. Despiden a un trabajador municipal (no le renuevan el contrato de trabajo) y, este, desesperado recurre a su referente político para que resuelvan el problema. Este, a su vez, traslada el pedido a la conducción política que, después de tomarse un tiempo, por ahí resuelve devolverle el empleo (ocurre en el 10% de los casos) pero no lo hace en las condiciones que tenía antes de ser despedido lo toman con un nuevo contrato y le cambian la función y el lugar de trabajo; obviamente, también pierde los beneficios por antigüedad y demás cuestiones.
Esto es arbitrario, es ilegal pero, principalmente, no es de peronistas que se desgarran las vestiduras reclamando por los derechos de los trabajadores. Tanto Espinoza como Magario dicen una cosa pero hacen totalmente otras y, encima, el pobre empleado municipal al que le birlaron su antigüedad debe someterse a las despreciables y antihigiénicas exhortaciones de Daniel Lentini quién los trata como un trapo de piso y los amenaza con serias represalias en caso de volver a incurrir en las iras del poder.
La oposición matancera sigue rumiando internas, principalmente en el PRO local (porque seamos sinceros, “Cambiemos” en La Matanza no existe). En el PRO se están abriendo abismos entre las diferentes tendencias, nadie tiende puentes pero todos cavan para profundizar esos abismos. Si bien Miguel Saredi es el mejor posicionados de todos, la irrupción del ministro “Sin Educación” bonaerense Alejandro Finocchiaro (teóricamente designado por la cúpula como candidato a Intendente para las elecciones de 2019) genera muchos resquemores. La mayoría del PRO local acepta las indicaciones de la conducción pero Finocchiaro está muy verde en las cuestiones matanceras.
“No sabe y/o no contesta” se podría decir de Finocchiaro y ejercer un cargo con mucha exposición (ministro de Educación bonaerense con un sueldo de casi 100 mil pesos, según el portal de noticias La Izquierda Diario – http://www.laizquierdadiario.com/El-ministro-de-Vidal-que-roba-el-sueldo-a-docentes-cobra-100-000-de-salario) no implica ser conocido en el distrito ni tampoco implica que eso se cuantifique en votos. El error que comete el PRO es que están pensando en la elección del 2019 sin evaluar que deben hacer un dignísimo papel en el 2017 para mantener el sueño de competir por todo.
Tienen un bloque de Concejales divididos por los negocios y cada uno intenta armar sus “Kiosquitos”. Sin que nadie pueda creerlo el “Chinojal” (mitad chino mitad Concejal) Miguel Calvete le copó la parada al “Garcajal” Abraham “Toto” Delgado porque tiene en producción varios “Kiosquitos” muy rentables como el de las habilitaciones de los “súper chinos” y la nueva movida que está impulsando con los boliche bailables matanceros para crear una cámara, que los agrupe a todos, para sentarse a “negociar” con el poder político y la policía.
Si seguimos hablando del PRO no podemos dejar de mencionar al “Pequeño (simulador) Enano Fascista” Norberto “El Tito” Amorín a cargo del PAMI de San Justo dado que tiene las horas contadas al frente de esa repartición. Luego de conocerse su pasado “Carapintada” en Lomas de Zamora autoridades de la obra social de los jubilados le habrían “solicitado, elegantemente, que dé un paso al costado”. Amorín no se dio por enterado todavía y buscar forzar el “indulto” como el que recibieron sus compañeros de parranda en los intentos golpistas al gobierno de Alfonsín. Dicho “Indulto” parece que no ha de prosperar porque desde su lugar de trabajo (o ¿negocios?) se granjeó más enemigos que amigos y aquellos que lo respaldaban están haciendo, discretamente, mutis por el foro dejándolo muy solo.
¡!!Pobre Amorin¡¡¡ menos mal que aún le hace el aguante su pareja y/o compañera y/o ¿socia? Desde la óptica donde atiende, casi en exclusividad, a los beneficiarios del PAMI.
El Frente Renovador local sigue firme, sus integrantes se muestran juntos y trabajan coordinadamente y eso, en el escenario político actual, habla muy bien de ellos.