Por Prof. Joaquín G. Puebla
En la mitología griega, los titanes —masculino— y titánides —femenino— (en griego antiguo Τιτάν, plural Τιτᾶνες) eran una raza de poderosos dioses que gobernaron durante la legendaria edad de oro.
Los titanes fueron doce desde su primera aparición literaria, en la Teogonía de Hesíodo; aunque en su Biblioteca mitológica, Apolodoro añade una decimotercera: Dione, desdoblamiento de la titánide Tea.
Los titanes estaban relacionados con diversos conceptos primordiales, algunos de los cuales simplemente se extrapolaban de sus nombres: el océano y la fructífera tierra, el Sol y la Luna, la memoria y la ley natural. Los doce titanes de la primera generación fueron liderados por el más joven, Cronos, quien derrocó a su padre Urano (‘Cielo’) a instancia de su madre, Gea (‘Tierra’).
Posteriormente los titanes engendraron una segunda generación, destacando los hijos de Hiperión (Helios, Eos y Selene), las hijas de Ceo (Leto y Asteria) y los hijos de Jápeto (Prometeo, Epimeteo, Atlas y Menecio).
Los titanes precedieron a los doce dioses olímpicos, quienes, guiados por Zeus, terminaron derrocándolos en la titanomaquia (‘guerra de los titanes’). La mayoría de ellos fueron entonces encarcelados en el Tártaro, la región más profunda del inframundo.
GUERRA DE TITANES: En la mitología griega, la Titanomaquia (en griego antiguo Τιτανομαχία Titanomakhía, ‘Guerra de los Titanes/Titánides (Titán Hembra)’ fue la serie de batallas libradas durante diez años entre las dos razas de deidades muy anteriores a la existencia de la humanidad: los Titanes, luchando desde el monte Otris, y los Olímpicos, que llegarían a reinar en el monte Olimpo. Se la conoce también como la Batalla de los Titanes o la Guerra Titánica. Es confundida por algunos autores (como Ovidio) con la Gigantomaquia a pesar de las múltiples diferencias entre ambas.
Los griegos de la edad clásica conocían varios poemas sobre la Titanomaquia. El principal de ellos, y el único que se ha conservado, era la Teogonía atribuida a Hesíodo. Un poema épico perdido titulado Titanomaquia y atribuido al aedo ciego tracio Tamiris, a su vez un personaje legendario, era mencionado de pasada en el ensayo Sobre la música una vez atribuido a Plutarco. Los Titanes también jugaban un papel prominente en los poemas atribuidos a Orfeo. Aunque sólo se conservan fragmentos de los relatos órficos, revelan interesantes diferencias con la tradición hesíodica.
Estos mitos griegos de la Titanomaquia caen dentro de una clase de mitos similares presentes en Europa y Oriente Próximo, donde una generación o grupo de dioses se enfrenta a los dominantes. A veces éstos son suplantados. Otras los rebeldes pierden y son totalmente apartados del poder o bien incorporados al panteón. Otros ejemplos serían las guerras de los Aesir con los Vanir y los Jotunos en la mitología escandinava, el épico Enuma Elish babilónico, la narración hitita del «Reino del Cielo» y el oscuro conflicto generacional de los fragmentos ugaritas.
En las últimas semanas, nuestro Fernando ha ganado algunas importantes batallas políticas que lo han colocado en la posible terna de candidatos que lleve el PJ bonaerense y el Frente para la Victoria en las próximas PASO.
La terna estaría integrada por el Jefe de Gabinete de Ministro de la Nación, Aníbal Fernández, el presidente de la Cámara de Diputados de la nación, Julián Domínguez y el Intendente matancero Fernando Espinoza.
En una elección es muy importante tener un arraigo territorial y de los posibles candidatos, el único que lo tiene es Espinoza. La importancia del arraigo se debe a que eso brinda una estructura que se hace valer en la fiscalización de los comicios y como en nuestra provincia no gana el que tiene más votos sino el que los cuenta, esa estructura política puede resultar determinante a las 18 horas del 9 de agosto, que es la hora donde se comienzan a contar los votos.
Obviamente todavía no hay certeza sobre la nómina final de los candidatos, eso se sabrá recién en unos 15 o 20 días, pero hay importantes indicios de cómo se conformaría la misma.
Seamos claros, hoy por hoy (más allá que algunos han comenzado a tildarme de oficialistas) si la elección fuera un mano a mano entre Fernández, Domínguez y Espinoza, el matancero les ganaría solamente con los votos de González Catán y Gregorio de Laferrere, por la simple razón que ni Fernández ni Domínguez tienen una buena inserción territorial en los distritos bonaerense.
Julián Domínguez tiene un interesante armado en el interior de la provincia, pero esos votos no mueven el amperímetro a la hora de sumar todos los votos bonaerenses.
Aníbal Fernández fue uno de los fundadores de la “Liga de Intendentes” de Eduardo Duhalde (allá por los ’90), pero su desastrosa gestión frente al municipio de Quilmes lo puso casi entre rejas, la oportuna intervención del “cabezón” evitó esa tragedia y le salvó su carrera política; pero nada queda de su armado político, Fernández solo es verborragia y los medios de comunicación. En las encuestas es muy conocido, tiene una interesante intención de voto, pero la valoración de su figura es altamente negativa. Hay fuertes rumores que finalmente se bajaría, dejando el camino despejado para la batalla de fondo entre Espinoza y Domínguez.
Nuestro Fernando está más armado (políticamente hablando) que los otros candidatos, dispone de medios y ha tejido una red (que está comenzando a mostrarse públicamente) de Intendentes del Conurbano (entre 7 y 8) que están empezando a mandar mensajes de apoyo a su candidatura. Algunos lo hacen públicamente, otros a través de velados mensajes, eso importa poco ahora pero será definitivo cuando se abran las urnas y comience el escrutinio.
UN ALTO PRECIO QUE ESTA DISPUESTO A PAGAR
Jugar todas sus cartas a ser candidato a Gobernador ha dejado a Espinoza expuesto políticamente y en la mesa chica, donde se definen todas las listas, eso se la van hacer pagar porque hay que reconocer que nuestro Fernando ha sido terco y resistió todas las presiones para que se baje.
En primer lugar varios dirigentes políticos del peronismo bonaerense han comentado que Espinoza habría desairado a Máximo Kirchner, hijo prodigo de la Presidenta Cristina y jefe supremo de la agencia de empleos y agrupación política “La Cámpora”, al negarse a bajar su candidatura luego de una discreta sugerencia.
“El Máximo” (como suelen llamarlo en el interior del país) estaría “de culo” con Espinoza y habría dado expresa indicaciones para que se comience a emprolijar el armado político del kirchnerismo puro en el distrito para presentar, eventualmente, una lista en las próximas PASO. En este armado hay varios anotados que podrían ocasionarle un dolor de cabeza a nuestro Fernando. Desde el bunker de Verónica Magario, virtual candidata a suceder a Espinoza al frente del Palacio municipal matancero, han sostenido que “No nos inquietan que armen lista y se presenten a las PASO. Nos parece que sería bueno que haya competencia interna porque estamos muy seguro de ganar las PASO y ese triunfo fortalecería las chances de Verónica en las elecciones generales de octubre” y sostienen que “A alguien hay que ganarle en las PASO y ese triunfo nos proyecta con fuerza hacia octubre”.
Dentro de este paquete de malas noticias esta la amenaza de postergar la representación política del distrito en las listas de diputados naciones y senadores provinciales
Es decir, se seguir la situación tal cuál esta hoy, el peronismo matancero iría a las PASO con dos listas: una del oficialismo, encabezada por Verónica Magario y otra impulsada desde Olivos con la bendición de Máximo.
Este duelo sería para alquilar balcones. El “peronismo opositor” (si se los puede llamar así) está en una etapa deliberativa y a la espera de señales claras para el armado, hay varios nombres de peso en danza que estarían dispuestos a enfrentar no a Espinoza, sino más bien a Magario y se tienen mucha fe para hacerlo.
Habrá que esperar nomás hasta el cierre de lista para saber finalmente cómo será la batalla política que definirá el perfil político del distrito y de la provincia.