Por Prof. Joaquín G. Puebla
Las declaraciones de la Intendente matancera, Verónica Magario, el pasado sábado en el diario La Nación, ha generado un gran debate en el peronismo local
En La Matanza un importante sector de la dirigencia y la militancia del peronismo siempre se declararon, abiertamente, kirchnerista y esto se debe a la importancia que, tanto Néstor Kirchner y, después Cristina Fernández de Kirchner, le prodigaron al distrito.
Desde el 2003 a esta parte un aluvión de obras, financiadas por el estado nacional, le cambió definitivamente el rostro al distrito.
En más de una oportunidad, tanto Magario como Fernando Espinoza, se encolumnaron detrás de Néstor y Cristina, más allá de duros cuestionamientos internos que se realizaron el PJ matancero y, precisamente por eso, llama poderosamente la atención el cambio brusco de la posición pública de la Intendente Magario. Obviamente si algo dice ella lo refrenda, también, Fernando Espinoza porque siempre han jugado, políticamente hablando, como un equipo que, más allá de algunos desacoples relacionados con la gestión municipal, siempre han accionado coordinadamente.
Los dichos de Magario preanuncian, hacia dentro del PJ local, un extenso y profundo debate que no estaría tan relacionado con la postura pública de la conducción política del distrito, sino que más bien estaría la evaluación de la fortaleza política de dicha conducción; en cristiano: ¿Magario y Espinoza tienen la fuerza para imponer este cambio a todo el peronismo matancero?. De un tiempo a esta parte la militancia y la dirigencia local han estado evaluando “alternativas” ante el ir y venir de la conducción.
Obviamente habrá muchos dirigentes que aplaudan el cambio estratégico que operó la conducción pero, ¿serán mayoría?, ¿no surgirá alguna figura que le haga sombra a la conducción?. Hasta ahora nadie se había puesto en la vereda de enfrente hasta las PASO del año pasado cuando el Movimiento de Integración Peronista les plantó cara y obtuvieron la minoría en las elecciones. ¿Sucederá lo mismo ahora?.
Ya comenzaron a aparecer voces discordantes, son los primeros ecos de una discusión que comenzó recientemente, pero que, según especulaciones de dirigentes fogueados en mil batallas políticas, “Es el principio del fin de una conducción que mira más sus intereses personales que los del conjunto. Hasta ahora hemos corrido detrás de sus aspiraciones y han dejado atrás, pero muy atrás, al resto de los compañeros. Ahora podremos ver de qué paño está hecha esta conducción”.
Alguna tibia repercusión de los dichos de Magario (http://nelamatanza.wixsite.com/nelm/single-post/2016/09/05/Hay-m%C3%A1s-kirchnerismo-en-La-Matanza-que-en-Magario) hubo pero, hasta ahora pocas fueron las voces que se alzaron públicamente, hay un compás de espera para ver si lo dicho es oficial, si lo debaten el Consejo de Partido o convocan a un plenario para explicar este cambio de posicionamiento.
¿UN BLOQUE DIVIDIDO?
Sesión tras sesión la unidad del bloque oficialista en el Concejo Deliberante se pone a prueba, hasta ahora la ágil conducción del Prof. Ricardo Rolleri ha evitado la ruptura. Hasta hora “al Profe” lo han dejado solo porque ni el presidente del cuerpo, el también Profesor, Ángel Aisa y el presidente del PJ y asesor estrella, Fernando Espinoza, le han puesto el cuerpo para sostener los planteos de los concejales oficialistas y, aún menos, la Intendente Magario. Para ser exactos, solo desaires le han dado al bloque y eso, cuando más lo necesiten, puede llegar a costarles muy caro. Por ejemplo habían coordinado una reunión de Magario y Espinoza con el bloque y se encontraron “con dos monigotes del elenco de los lujosos” que fueron para explicar lo inexplicable. “No necesito que dos extranjeros, que ni conocen La matanza me vengan a explicar dónde queda González Catán” comentó, indignado, un Concejal oficialista.
La otra razón para dudar sobre la unidad del bloque oficialista es que entre sus integrantes hay tres convencidos kirchneristas que, se supone, alguna postura habrán de tomar ante este inesperado e inconsulto cambio de rumbo.
El peronismo matancero no es el mismo que en el 2011, durante cinco años algo fundamental cambió pero lo que cambio no fue ni la dirigencia ni la militancia, cambio la conducción política; una conducción que ha ido de un lado para el otro en la búsqueda de cargos y protagonismo, invirtiendo enormes sumas de dinero en campañas y exposiciones mediáticas que hasta ahora, no le han reportado mucho. Todo eso fue esmerilando, paulatinamente, la fortaleza y la firmeza de la conducción porque estuvieron más atento al juego fuero del distrito que al que se estaba generando en La Matanza.
“No se puede estar atento, mirando por la ventana lo que sucede en el barrio si tu casa se está incendiando” analizó un veterano dirigente peronista y agregó que “Hasta ahora Verónica y Fernando miraban por la ventana y gastaron una fortuna para hacerse conocidos en los medios, mientras que en el distrito el incendio político se extendía. No creo que cambien la estrategia y se sienten a dialogar con los compañeros, van a esperar que aceptemos sus cambios de postura sin decir mu”.
“Hay veces que Verónica y Fernando superan mi capacidad de interpretación” ironizaba un destacado funcionario municipal y remarcaba que “Son tan abruptos sus cambios que me duele en el alma no poder digerirlos ni seguirlos. Han ido y vuelto tantas veces que no sabemos bien dónde estamos parados porque ya no es cuestión de estar en una vereda o en la otra, ahora salen de gira por los barrios mientras que la mayoría aún no pudimos cruzar, ni siquiera, la calle”.
Un veterano dirigente peronista aseguró que “Alberto (por Balestrini) nunca hubiera hecho nada parecido, él nos sentaba, nos explicaba y pedía opinión” y señaló que “Ahora parece la colimba, todo es acatar sin posibilidad de patalear, pero si, a pesar de eso, se patalea, no te dan bola porque leen los diarios de afuera no miran hacia adentro”.