Por Prof. Joaquín G. Puebla
Los druidas fueron miembros de la clase sacerdotal en la Gran Bretaña, Galicia, Irlanda, la Galia (Francia), y posiblemente otras partes de la Europa Céltica y la Galacia durante la Edad de Hierro, e incluso antes. No hay registros escritos por los propios
druidas y la única evidencia de la que se dispone son descripciones breves realizadas por los griegos, romanos y varios autores y artistas dispersos, así como también algunas historias creadas posteriormente, en el Medievo, por escritores irlandeses. Se tiene evidencia arqueológica relativa a las prácticas religiosas en la Edad del Hierro, aunque “ningún artefacto o imagen desenterrado se ha podido asociar indudablemente con los antiguos druidas”. Varios temas recurrentes sobre los druidas se presentan en un gran número de registros greco-romanos, incluyendo los sacrificios humanos, su creencia en la reencarnación y su alto estatus social en los pueblos galos. Nada se sabe aún sobre sus prácticas de culto, excepto por el ritual del roble y el muérdago según la descripción de Plinio el Viejo.
La referencia más antigua de la que se tiene conocimiento data del 200 a.C., aunque la descripción fehaciente más antigua proviene de Julio César en su escrito Comentarios sobre la guerra de las Galias (50 a.C.). Escritores grecorromanos posteriores también describieron a los druidas, incluyendo 
a Cicerón, Tácito y Plinio el Viejo. Tras la invasión de la Galia por el Imperio romano, el druidismo fue proscrito por el gobierno romano bajo el mandato de los emperadores Tiberio y Claudio en el siglo I d.C. y acabaría desapareciendo de los registros escritos alrededor del siglo II.
Los Druidas eran los sacerdotes, eran los que hablaban con los Dioses, vestían túnicas blancas de mangas largas y encima llevaban una capa de lana negra con capucha. Los druidas no solo eran los sacerdotes, también eran profesores, jueces, consejeros políticos, astrónomos, narradores, matemáticos y médicos en una sola persona. Eran las puertas al universo de la sabiduría y los libros vivientes de los celtas y los galos. Dado que estaba prohibido por los Dioses poner por escrito la 
sabiduría sagrada, los Druidas desempeñaban un papel fundamental en la conservación de la cultura celta y gala.
Cuando habló a los Druidas matanceros me refiero a los consejeros políticos por excelencia, aquellos que tienen mil elecciones en el lomo, aquellos dirigentes que han aprendido de 
la mano de ilustres como Federico Russo (maestro de la mayoría de la dirigencia matancera) y tantos otros que nombrarlos significaría una larga lista de nombres que para muchos sería desconocida. Me referendo en Federico solamente porque es un nombre común a todos.
Nuestro Druidas algunos saben matemáticas, otros historia y algunas materias más, pero hay que reconocerles la cintura y la sabiduría política que tienen. No son muchos, algunos que se creen Druidas solamente son chamullo, pero la relatan tan bien que parecen que tienen acumulados miles de años de militancia pero en realidad, suelen cometer errores de principiantes.
Muchos dirigentes han alcanzado la categoría de Druidas por militancia, permanencia y trayectoria. Otros lo hicieron por haber comenzado cebándole mate a los que sabían y entre mate y mate fueron aprendiendo los saberes populares de la política.
LA CONSTRUCCIÓN POLÍTICA
La mayoría de los sociólogos contemporáneos sostienen que el Peronismo ha perdurado durante tantos años como alternativa política, dado su alto índice de populismo clientelista que impide a sus miembros el crecimiento de la conciencia social y, por ende, de una visión crítica de la estructura en la cual está inserta.
El Peronismo no es un contenido que pueda ser analizado según los parámetros tradicionales; el Peronismo fue una nueva forma de articular los contenidos políticos de la sociedad.
La articulación de esos contenidos es la gran falencia que sufre hoy la clase política Argentina; de cara a un proceso electoral, ninguno de los posibles candidatos han tenido la capacidad de construir un discurso homogéneo, claro, directo y con la cuota de pasión y mística que nuestra sociedad tiene.
Los discursos contribuyen a construir identidades colectivas, partiendo de las cosas comunes de una comunidad, se puede recrear el espíritu místico en el cual esa comunidad se siente identificada, dado que las comunidades actuales solo pueden constituirse en el terreno de la representación.
La clase política actual desconoce el valor de la palabra como elemento de construcción política y, por ende, utilizándola como mero vehículo de transporte de ideas, dentro de un contexto 
gráfico subordinado a un posible mensaje subliminal, que no logra penetrar la vida cotidiana de la comunidad. La palabra hace al mensaje y el mensaje es el elemento articulador de las necesidades o reclamos de una comunidad.
“Donde hay una necesidad hay un derecho”, con esta frase sintetizó Eva Perón el sentir positivo de una comunidad y, a su vez, articulo todos los reclamos sectoriales del pueblo; en este caso, la palabra se convierte en un componente integrador de los diversos sectores, dándole a la misma la potencialidad necesaria para convertirse en elemento indispensable de la construcción política.
Otro elemento sustancial es la capacidad del dirigente político, sea cuál sea su pertenencia ideológica o sectorial, de interpretar las demandas sociales y, convertir esa interpretación en un elemento que genere pertenencia a todos los sectores involucrados.
Esta capacidad de interpretación está íntimamente relacionada con las vivencias personales del dirigente, no se puede interpretar el hambre si uno no ha padecido el hambre y, por ende, no se puede representar sectores sociales si uno no está comprometido con los reclamos.
Hoy la clase política esta globalizada, dado que intenta hacer una lectura del momento histórico que vivimos según parámetros que se aplicaron en otros países con realidades sociales muy diferentes a las nuestras. Esa globalización política ha de marcar el principio del fin de toda una clase dirigente que no sabe interpretar la realidad cotidiana del pueblo y, posiblemente sea reemplazada por nuevos actores sociales que sostengan, tanto en el discurso como en la acción, una praxis política diferente.
Algunos políticos se suicidan (políticamente hablando) por su incapacidad de leer e interpretar la realidad
La construcción política posiblemente sea una de las partes más difíciles dentro del obrar político de cualquier ser humano, supone dar una base de sustento político e ideológico a un proyecto determinado, en la jerga de los militantes se lo conoce como “el armado político” y ello convoca siempre a verdaderos artistas en el arte de combinar “lo útil con lo agradable”, gente de buenos estómagos capaces, por un precio razonable, de tragarse los peores sapos que existan en el mundo político, este armado no es cuestión de un día o en la previa de un acto eleccionario, esto se da en el quehacer diario de los hombres de la política, en el día a día y cuando uno tiene poder, un buen proyecto o plata, ocurre que se acerca mucha más gente y mucho más rápido que lo habitual.
Uno presupone que hay una ideología u objetivo que los mueve a agruparse y en pos del cual todos tiran para el mismo lado.
Hoy estamos en un nuevo tiempo de la nación, el pueblo no 
come más el vidrio que le dan mezclado con buenas intenciones. La gente se toma el tiempo, para abrir el ojo y medir con corrección cada explicación que el regente de turno aplica para justificar su actuar. La política no puede aplicar más las viejas teorías para domesticar al popular, ahí está su debilidad fundamental. El poder del pueblo se vuelve realidad, pero el pueblo necesita, ya no gobernantes sino representantes. La antigua formula de someter por el miedo no corre más y se vuelve en contra como un bumerán. Convencer con mentiras pero con acento cordial solamente dura el primer disparo, después deja de tener efecto en el organismo. No se pueden dar más órdenes, no son reyes, los votaron para ser representantes.
El nuevo sistema de representación requiere que, la fuerza política que le toca el puesto de honor debe analizar, planificar y tomar las decisiones con un consejo representativo del área afectada. Para esto una nueva clase de político hace falta, el que es capaz de escuchar, comprender, reflexionar y saber decidir equitativamente. Es tarea inalcanzable para una sola persona que quiere que todo pase por sí mismo. Aunque es tarea óptima y 
eficaz para el dirigente capaz de organizar y delegar en áreas prioritarias y en personas ágiles. Se buscan políticos que sepan acordar con sus semejantes y no los que convencen mostrando el revolver en la cintura. Se requiere políticos que puedan concretar proyectos en conjunto y logren consenso en las grandes cosas y no los que siempre encuentran la paja en el ojo ajeno retrasando la evolución.
LA VENGANZA DE LOS DRUIDAS MATANCEROS
A muchos de los Druidas matanceros han pretendido silenciarlos porque sus consejos se contraponen con los deseos de algunos. Esos algunos son los que están haciendo grandes negocios con el aislamiento de la dirigencia, no les interesa el proyecto ni la construcción política solo quieren recaudar para sus bolsillos sin importarles el proyecto que los mantiene en el poder.
Los Druidas matanceros, la mayoría, hoy están fuera del ámbito de decisiones, fueron marginados por atreverse a decir cosas que no suenan lindo a los oídos del poder.
El poder está aislado y encerrado en un círculo vicioso cada vez más chico y no saben cómo hacer para romper esa letanía de fracasos que rifa, a cada instante, la lucha militantes de aquellos que construyeron la victoria del ’99.
Los Druidas se juntaron y, a pesar de sus serias diferencias, se han puesto a construir; su construcción puede ser simbólica pero también puede tener una vitalidad que asombre a los que los dan por muertos, porque estos sabios de la política local aún tienen los arrestos necesarios para pararse de frente, cantar verdades y señalar un camino. Puede ser que el poder reflexione y llame al 
dialogo, pero ese dialogo estará, indefectiblemente, llenos de sospechas convirtiendo al mismo en una suerte de duelo dialectico, porque los parámetros de dicho dialogo ya han sido sobrepasados. No se puede dialogar sin confianza y sin creerle al otro. Lamentablemente, cada vez que fueron convocados los Druidas, lo hicieron para calmarlos pero no para escucharlos y eso revienta.
Los druidas, hace unos días, dieron su parecer públicamente, no hablaron de grandes temas solo firmaron pero con esa firma pusieron en marcha un movimiento que va hacer temblar la estantería política del distrito. Son hombres de historias y saberes, con victorias y derrotas, con picardías y lenguajes 
propios. Tenerlos de aliados es una gran ventaja pero tenerlos de la vereda de enfrente podría ser casi suicida, porque de la nada pueden sacar un falta envido y ganar la partida, porque los tantos valen y no siempre se puede mentir en el truco.
Los Druidas se fueron alejando por falta de espacios y dialogo, ahora la conducción política estaría analizando la posibilidad de abrir una canal para sentarse a charlar “entre compañeros”, pero el único capaz de realizar esa convocatoria y que la misma sea escuchada es nuestro Fernando. Habría que ver si las ganas y el tiempo no conspiran contra esta chance.
Pero (siempre existe un pero cuando se analiza tan finito) ante esta maniobra subyace una pregunta inquietante: si nuestro Fernando convoca al dialogo y el mismo es aceptado, si a partir de ese dialogo la sangre no llega al río y, por sobre todas las cosas, nuestro Fernando acuerda cumplimentar algunos de los planteos de los Druidas (respeto, dialogo y tener la chance de 
opinar sobre la sucesión de Espinoza sin imposiciones), la virtual sucesora e Intendente de facto, la Diputada nacional Verónica Magario, ¿qué papel jugaría en el futuro dado que el mismo quedaría signado por las chambonadas de aprendiz de brujo, al dividir el PJ matancero y de haber excluido a los Druidas de los espacios de poder?.
La Magario debería responder ante la militancia y el Consejo de Partido por su falta de cintura (ha engordado unos kilos pero eso no afecta, visiblemente, su esbelta figura) política y su pertinaz encierro en el último piso de las “Torres de Babel Sanjustence” .
Julio Cesar en la guerra de las Galias persiguió y mató sistemáticamente a los Druidas celtas con el objetivo primordial de restar a los jefes de sus principales consejeros políticos y estratégicos, es por eso que no hay registros de la cultura celta de esa época, lo único que se sabe lo escribió el propio Julio Cesar en “Comentarios sobre la guerra de las Galias”.
En La Matanza, en los ’90, no se persiguieron y mataron a los Druidas; Alberto Pierri solo alquiló algunos y al resto, los envió al exilio.
Para finalizar, un destacado Druida me deslizó un enigmático comentario. “Fernando está totalmente condicionado” y remarcó que “En su momento quisieron eyectar a Alberto Balestrini y 
ahora lo quieren mandar a toda costa a Fernando a la provincia (al cargo que sea) porque la sucesora está impaciente por asumir el mando”.
COMENTARIOS SALUDABLES
En la nota “En Entorno” (https://semanarioquintopoder.com/?p=3771) deslice algunos comentarios sobre la Agrupación “La Federico” y el FAP; por pedido expreso de algunos integrantes de estos espacios políticos, voy ampliar los criterios vertidos anteriormente.
“La Federico” se está dividiendo a partir de una pelea interna de origen familiar y por cuestión de relaciones personales. A partir de un entredicho, se reconfiguraría la conducción, dejando de lado al veterano Senador (m/c), que supo darle impronta a ese espacio político. A aquellos que partieron, los estarían tratando de convencer de la conveniencia de volver al espacio.
Por otro lado, “El FAP goza de buena salud” informó Luis Lata a nuestro medio y cursó una invitación para el plenario del próximo viernes para demostrar lo dicho.
En otro orden de cosas y para nada ligado al peronismo matancero, el Concejal Fernando Asencio se habría bajado de sus aspiraciones a conducir los destinos matanceros, es decir, ya no sería candidato a Intendente del Frente Renovador e iría, con el apoyo de Felipe Solá por la candidatura a Senador Provincial por la Tercera Sección electoral.