EL CASO SOTO: BIOGRAFÍA DE UN DESAPARECIDO EN LA MATANZA

 

Por Prof. Joaquín G. Puebla

 

Tuve la oportunidad y el agrado de entrevistar a un colega y amigo, Alejandro Enrique por la presentación de su nuevo libro “EL CASO SOTO: BIOGRAFÍA DE UN DESAPARECIDO EN LA MATANZA”.

Desde lo personal creo que un libro importante porque habla de la historia de un vecino comprometido con la realidad política – social del distrito en un momento muy conflictivo de la vida institucional del país, en general y de La Matanza, en lo particular.

 

 

“El Caso Soto” es un buen libro que se deja leer y con importantes aportes históricos. También son rescatables los testimonios de vecinos y políticos que vivieron esos días complejos de la historia de La Matanza.

 

QP: Alejandro Enrique, ¿Qué le motivó a hacer esta biografía de Soto?

AE: “Bueno, en lo que es el recorrido para una investigación más amplia, en una serie de entrevistas que venía haciendo para esa investigación me encuentro con Soto que, si bien es una personalidad Matancera que ya es conocida y está instalada, cuando la entrevisté a su esposa Beatriz para un poco reconstruir esa etapa del peronismo Matancero, me encuentro con un personaje sinceramente que tenía muchos perfiles interesantes, que tenía aristas como para trabajarlo en forma individual y después de pensarlo un tiempo me convencí de que era una personalidad como para empezar a pensar en una biografía. Así que estuve 4 años desde fines de 2017 hasta fin de este año trabajando en esa biografía para reconstruir, no solamente al personaje Delfor Soto, Concejal de La Matanza, escritor, periodista, desaparecido de agosto del ‘76, sino también el contexto donde ocurrieron estos sucesos, el contexto político, social, económico que vivía en La Matanza.”

QP: A eso iba. Era un momento complicado para la historia del país, sobre todo en La Matanza. ¿Le fue dificultoso reconstruir ese contexto o encontrar testimonios de gente que lo haya vivido de cerca junto a Soto a todo esto?

AE: “En principio sí, sobre todo porque me parece que hay heridas que todavía no están cerradas. Me parece que todavía quedan, a pesar de que han pasado casi 50 años, quedan algunos temores, quedan algunas cuestiones pendientes y hay gente que no quiere hablar, que se resiste a dar testimonio y en otros casos no. Y bueno de a poco cuando iba avanzando en la investigación y creciendo en la base documental, fui acumulando mucha documentación que obviamente, una parte, fue para este libro y el resto irá para para una investigación más grande”

QP: Usted venía escribiendo de temas más históricos y sociales como todo lo que es la historia de Virrey del Pino, de Casanova, demás. ¿Qué lo motivó a cambiar de temática en su línea?

AE: “Allá por el año 2011, 2012, en un momento, yo venía publicando como decís vos, historia de Virrey del Pino, de Casanova, de La Matanza, historia social y urbana ¿no?, de los pueblos. Y por 2011, 2012 empecé a ver la necesidad de conocer  el por qué La Matanza es peronista, por qué ésta tradición peronista que la lleva, no solo a ganar elecciones, sino también a gobernarla. Y me puse a trabajar en esa reconstrucción histórica. En saber por qué. De los orígenes del peronismo y mucho antes también. No es casual la presencia de Juan Manuel de Rosas, y no solamente viviendo, sino haciendo política aquí donde entonces era el lugar más poblado de La Matanza, que era Virrey del Pino. No existía San Justo, no existía Ramos Mejía, el lugar más poblado con sus estancias era Virrey del Pino. Con las estancias de los Ezcurra, las estancias de Rosas. Era el eje político en un momento que Rosas vivió en este sector. Porque no te olvides que tenía muy cerca San Miguel del Monte, donde estaban los Colorados del Monte, que era la tropa militar de él y le quedaba estratégicamente muy cercano para el control de su estancia que era una unidad productiva, la Estancia del Pino, lo que hoy es el museo Brigadier Juan Manuel de Rosas y su tropa de combate, que eran los Colorados del Monte.”

QP: No nos olvidemos que Rosas fue uno de los primeros productores y exportadores de Buenos Aires. Era hacendado pero también industrial.

AE: “Exactamente. Y en La Matanza no solamente criaba vacas, sino que tenía una enorme plantación de duraznos por ejemplo, en lo que hoy es la estancia Del Pino. Un predio enorme que hoy está reducido al museo. Pero el durazno uno lo piensa únicamente con fruta, pero en ese momento era la leña, eran los palos para las estacas o sea era una madera muy noble que se usaba para toda la actividad agropecuaria. Por eso Rosas no fue solo un pasajero aquí, tuvo residencia fija por mucho tiempo, administraba la Confederación Argentina desde aquí y hacía política. Por eso desde ese punto, hasta ahora me parece que hay que ir atando en esta reconstrucción histórica los orígenes del peronismo en La Matanza.”

QP: ¿Qué más lo sorprendió de la vida de Soto? ¿Hay algún dato que lo haya sorprendido o es un todo?

AE: “Me llamó mucho la atención el nivel de los discursos políticos de la década del ‘70. Se discutían cosas tal vez medulares, y se hacía con un nivel de conocimiento – había cuadros políticos muy bien formados – Recordemos que en ese proceso democrático del ‘73 al ‘76, coinciden los jóvenes, la juventud, coincide la generación intermedia como Soto y coinciden los héroes de la resistencia peronista en La Matanza, como Américo Borracetti, por ejemplo, que en ese momento era concejal. Porque Américo Borracetti es una de las glorias de la resistencia peronista. Podemos nombrar a otro, estaba Russo, Gutiérrez pero digo, en ese Concejo Deliberante confluye todo eso. Creo que ahí se produce toda una discusión, un debate muy rico sobre la política, que lamentablemente se ve interrumpido por primero el fallecimiento de Perón, dónde se desorganiza ese equilibrio medio delicado que tenía Perón y después con la dictadura, bueno, sabemos lo que pasó con la dictadura el 24 de marzo del ‘76”

QP:¿Recrear estos debates le resultó complejo? ¿Acceder a documentación y demás? porque Matanza no tiene una tradición, o la mayoría de la gente no sabe dónde ir a buscar algún documento.

AE: “Si, es difícil. Tuvo dificultades en el camino. Mucha documentación surge de archivos privados. De gente que guardó, gente que militó en ese momento y después lo dejó en el fondo guardado, escondido y lo rescató ahora cuando ya el peligro de la dictadura no existe más. Porque hay que recordar que en el medio hay una dictadura donde si te encontraban con una boleta de un partido político, se corrían serios riesgos. Entonces mucha de la documentación a la cual yo accedo para la reconstrucción todavía está en manos privadas. Me parece que hay que ir en rumbo a un gran centro de documentación para salvaguardar todo lo que son herramientas de investigación histórica.”

 

QP: Usted fue uno de los primeros que empezó a interesarse por la historia del distrito. Más allá de que no sea profesor de historia, o de doctorado o demás, usted es un historiador porque rescata la historia del distrito y trabaja en función de eso. ¿Cómo llega a hacer ese trabajo?

AE: “Bueno yo cuando terminé de estudiar periodismo empecé a estudiar historia en la UBA. No pude terminar por una cuestión de tiempos, pero me interesa la historia porque creo que explica gran parte del presente. Muchas veces cuando no entendemos el presente está bueno ver la historia y todo este proceso. El presente, la actividad política de hoy es la historia de dentro de 50 años, claramente. Entonces estudiar los procesos históricos y cómo los procesos históricos van en una deriva hasta el presente creo que siempre fue algo que a mí me interesó. Fundamentalmente a mí me gusta como lector la historia Argentina del siglo XIX, las guerras civiles, el enfrentamiento entre unitarios y federales y toda esa parte es la que más me atrae como lector. Pero la hora de ponerme a trabajar a mí me surge como periodista en Casanova, en ese momento yo dirigía el periódico Casanova Hoy y caminar por las calles y preguntarme cómo había empezado todo esto, cómo había sido el origen de la escuela, de la primera capilla. Cómo había sido el origen de la sociedad de fomento. Y esa inquietud me llevó a investigar.”

QP: Yo creo que La Matanza tiene una particularidad -Y esto es una opinión personal- de que muchas cosas que hay acá empezó fue hecha por los vecinos, por un vecino que empezó con una historia y se fue sumando gente y construyeron entidades que después por ahí el municipio se hizo cargo o no. Sectores que hay en todos los barrios y a veces no se rescata la gente, el vecino, somos tantos que por ahí el vecino no visualiza la rica historia que tiene nuestro municipio. Usted fue uno de los primeros que empezó a trabajar en esto en la historia del distrito.

AE: “Sí yo siempre que investigué la historia de los pueblos en La Matanza, en todos los pueblos traté de buscar esos pioneros que decís vos. Aquellos que son hacedores, hacedoras que fundaron los pueblos o que constituyeron una entidad de bien público o que se dedicaron a darle forma a una plaza. Recordemos que en un momento estaba todo por hacer. Hoy tenemos necesidades, cosas para resolver, pero hubo un momento en la fundación de la ciudad y de los pueblos que estaba todo por hacer. No había asfalto, no había agua, no había electricidad, no había el alumbrado público, hasta las plazas era un lote de una hectárea que quedaba ahí, donado por la empresa loteadora y que quedaba ahí hasta que alguien se le ocurriera hacer una plaza. Bueno, en muchos lugares estuvieron esos pioneros, esas pioneras, esos primeros vecinos que tomaron el guante y se pusieron a trabajar. Después tal vez organizaron la sociedad de fomento o clubes más tarde. Pero al principio era ponerse a trabajar y eso yo siempre lo destaco. Porque eran anónimos, era gente que no tenía la obligación de la función pública pero sin embargo se ponían a hacerlo y me parece que está bueno destacar. Yo siempre trate de buscar a aquellas familias, vecinos que se ponían al frente de una necesidad y la resolvían.”

 

QP: ¿Cómo percibieron la recepción de tu libro en el distrito?

AE: “Bien. Fue totalmente distinto el público qué tal vez acostumbraba a seguir en las presentaciones, a comprar el libro, es otro. En esta oportunidad está más vinculado al sector de los Derechos Humanos y de los organismos sociales de la actividad política y además con un tema sensible. Todavía en este país hay algunos que se atreven a poner en discusión cuántos desaparecidos hubo. Si fueron 30 mil, 15 mil o 40 mil. Con ese nivel de falta de respeto hacia algo tan sensible como los desaparecidos, creo que es un tema que todavía no está saldado. Todavía hay que seguir trabajándolo, todavía hay que seguir pensándolo como una política de Estado, para que las futuras generaciones no se confundan. Acá hubo un plan sistemático de desaparición de personas que arrasó con 30 mil personas y además secuestró bebés, robó . Entonces acá hay algo que todavía hay que seguir trabajándolo desde el sentido común de nuestra población y por eso es un tema muy, muy delicado en el cual yo traté de tocarlo en la presentación y obviamente en la escritura del libro, con el mayor nivel de precisión posible.”

QP: Por el aprecio que le tengo, en lo personal, por tantos años de conocerlo y demás, siempre rescato la figura de profesor Corso. Que fue un poco el maestro de muchos periodistas y fue, en su momento, un hombre que navegaba solo rescatando la historia del distrito, no sé si coincide usted en eso.

AE: “Sí, sí. Tuve la suerte de conocerlo y tratar con él. Me prestaba documentación – que no era fácil que Corso te prestara algo – y fue tal vez una de las personas, cuando yo decidí ponerme a hacer reconstrucción histórica el que me aconsejo. Mirá en la escritura de la historia muchas veces -a veces a nivel local y a nivel nacional- se publican cosas que no son verídicas y Corso me dijo: No hay que confundir historia con leyenda. La historia es una cosa y las leyendas y los mitos son otra. Y esa fue una frase que me dejó y me parece que dio en el clavo con eso. Porque hoy se publican muchas cosas sin respaldo documental. ¿El historiador qué hace? Narra una historia o un proceso histórico. Pero para narrarlo necesita fundarse en elementos, testimonios, documentos, elementos documentales. Así es como yo aprendí a reconstruir la historia. Yo veo cosas que a veces no están respaldadas por una documentación, entonces creo que él en ese sentido marcó un rumbo en a la hora de poner sobre la mesa la documentación que a vos te permitía demostrar que tal proceso ocurrió.”