LA CÁMPORA MATANCERA: DESLEALES, PATOTEROS Y TRAIDORES

 

Por Prof. Joaquín Puebla

 

La Agrupación “La Cámpora”, corporativamente nucleada en La Matanza en el Ateneo “Néstor Kirchner” ha demostrado, una vez más, no saber nada de política y, en una elección fundamental (como la del pasado domingo) hicieron todo los necesario para debilitar el frente interno del peronismo matancero.

 

 

Los integrantes de esta agrupación más que militantes son funcionarios – dirigentes dado que muchos de ellos comenzaron su militancia juvenil siendo nombrados en cargos rentados dentro de distintas áreas del estado nacional. Crecieron con plata en el bolsillo y eso los eximió de hacer el curso básico de militancia callejera. La mayoría de ellos nunca hablaron de Perón ni se sintieron peronista en ningún momento salvo cuando la Jefa (por Cristina Fernández de Kirchner) paró el proceso desperonizador cuando se dio cuenta que si iban todos juntos ganaban las elecciones de 2019.

 

 

Y, efectivamente, fue así: Perón se convirtió en el eje convocante para constituir un frente electoral que les permitió ganar las elecciones de 2019.

Pero, los chicos militantes – rentados ahora ya son funcionarios – dirigentes. No tenían formación política, a Perón lo conocían de oídas, nunca lo leyeron y, aún menos, intentaron comprenderlo, zafaron googleando su nombre y usar algunas de sus frases para como para salir de un aprieto.

 

 

No saben negociar, no saben convencer, no tienen argumentos; solo saben apretar y usar su poder prestado (porque algún día deberán dejar sus apoltronados cargos que, a muchos de ellos, los hicieron millonarios) para presionar en función de conseguir sus objetivos.

Durante la última campaña se mandaron un par de jugadas para ver si conseguían sumar dirigentes y votos hacia su particular rebaño y no dudaron en usar ese poder prestado (utilizándolo como propio) para apretar a dirigentes, de otros espacios políticos, para que se sumen a militar con ellos.

Quienes les dijeron no le sacaron todo.

Hay varios casos, denunciados de una punta a la otra del distrito, de las maniobras de los funcionarios – dirigentes que expolian actualmente el PAMI matancero (principalmente la UGL de San Justo). Fueron a clubes de barrio, sociedades de fomento, centros de jubilados y varias instituciones más para apretar directamente a los responsables de esas instituciones para que militen políticamente con ellos, Cuando recibieron un no como respuestas no les tembló el pulso y les sacaron la cápita de jubilados que realizaban actividades en esas instituciones.

 

Muchos jubilados dejaron de poder utilizar la pileta en algunos clubes, otros no pudieron realizar más actividad física en una institución cerca de sus domicilios; en pocas palabras: perjudicaron a sus afiliados y a las entidades intermedias que les prestaba un servicio.

Nunca pensaron en los jubilados que tienen a su cargo, juegan con ellos en beneficio propio o los utilizan para presionar para crecer políticamente.

No tienen calle, la gente no los quiere y utilizan esta metodología para intentar crecer políticamente; pero ahí no termina el cuento, siguiendo el ejemplo de su máximo referente, Máximo Kirchner, jugaron con deslealtad e intentaron voltear a Fernando Espinoza de la intendencia matancera.

 

 

El primer paso fue impulsar la candidatura de la Dip. Provincial, Patricia “La Colo” Cubría, esposa del referente piquetero y funcionario del Ministerio de Desarrollo Social, Emilio Pérsico. Como “La Colo” no le pudo ganar la interna a Espinoza fueron directamente a la traición, repartiendo boletas truchas “donde estaba toda la tira de Unión por la Patria, pero en el tramo de Intendente mandaron el tramo de otro partido”.

 

 

Máximo Kirchner nunca lo quiso a Fernando Espinoza (vaya uno a saber las razones), es más: nunca estuvo a gusto con ningún intendente peronista del conurbano.

Con la ayuda inestimable de su amigo y socio político, Martín Insaurralde, literalmente se cagaron en todos los intendentes peronistas del conurbano y pusieron en los primeros puestos de las listas de candidatos a diputados nacionales y legisladores provinciales a reconocidos integrantes de La Cámpora (salvo algunas excepciones) dejando sin nada a los intendentes”.

 

 

Pero hay algo que no funciona bien en el razonamiento político de “los cámporistas matanceros” porque días previos a las elecciones generales del pasado domingo organizaron un festejo y/o asado para agasajar a sus candidatos locales que iban en las listas provinciales y nacionales. Convocaron a su escasa militancia, invitaron a distinguidos y reconocidos dirigentes del peronismo matancero y a más de un funcionario que, de una u otra forma, están dentro del oficialismo matancero, Enviaron invitaciones y realizaron las respectivas llamadas telefónicas para asegurarse una bonita convocatoria, pero se olvidaron de mandar la invitación más importante y no realizaron la llamada fundamental; en pocas palabras: no lo invitaron al Intendente Fernando Espinoza; quién era el candidato de mayor relevancia e importancia de la lista porque él tenía la mayor tracción de votos para la sábana electoral.

 

 

Espinoza no tomó a bien lo sucedido, se sintió “ninguneado por un grupo de boludos que se creen los magos de la política y no juntan ni tres votos entre sus familiares”.

Espinoza se tomó muy a pecho este desaire y descargó su bronca en algunos funcionarios y legisladores que sabían de la movida, pero no habían avisado.

 

 

Ni lerdo ni perezoso Espinoza tomó la decisión de sacarles todas las escuelas que iba a fiscalizar “La Cámpora” (no eran muchas porque no tienen estructura política) y los reemplazó por dirigentes de su confianza.

Ahora todos esperan que la racionalidad política vuelva a sus cauces naturales de cara a la segunda vuelta porque Sergio Massa necesita, indefectiblemente que, como mínimo, se repita la elección de la primera vuelta.

 

 

Obviamente el único que puede garantizar algo parecido es Espinoza porque “La Cámpora” solo es comparsa.