“Las aventuras y negocios de Fernandito”.

Por Prof. Joaquín G. Puebla

“Los ojos no sirven de nada a un cerebro ciego” Proverbio árabe

“El poder es como la plata: se gana, se pierde y se recupera. Pero la autoridad es como la vergüenza: una vez que se pierde no se recupera nunca más” J. D. Perón

Fernandito, obviamente, no es Fernando Espinoza, pero todos saben quién es. Es hijo de una “ilustre” matancera que intentó ser, pero gracias a la ayuda de sus hijos (principalmente de Fernandito) no llegó nunca a la calle Almafuerte como quería llegar.

2 - fernandito“Fernandito” no es municipal de carrera, tampoco es funcionario municipal (más allá de que actúa como tal), simplemente es un “ñoqui de lujo”. Es empleado jerárquico (no por capacidad sino por antigüedad y los buenos oficios e influencias de mamá) en la Honorable Cámara de Diputados de la Nación. Cobra allá y dice trabajar acá (también cobra acá pero no con recibo sino en “sobres marrones”) haciendo… En realidad muy pocos saben realmente qué hace, pero algo hace porque tiene una oficina en el área de prensa.

Es flaco y desgarbado, usa pantalones “chupines” tratando de emular a Tinelli. Es de Ramos Mejía y anda en una camioneta importada; le gustan los autos llamativos, a tal punto es así, que una vez lo echaron de municipio por aparecerse con un mini cooper colorinche que escandalizó a Alberto Balestrini (Intendente matancero en ese momento), quién lo rajó, sin contemplaciones, por ostentación.

“Fernandito” es un tipo raro, nadie lo banca ( en realidad lo banca el otro Fernando y con eso le alcanza), es uno de los tipos más odiados del Municipio de La Matanza (más de diez personas prestaron sus testimonios inmediatamente apenas se enteraron que estaba escribiendo la presente nota y otras tantas quedaron para una posible segunda parte).

“Fernandito”, como ya dije, tiene un despacho en el área de prensa, y se hace llamar “coordinador de prensa del municipio”. Suele llegar, casi siempre, de mal humor y se encierra con llave en su despacho; pueden pasar minutos u horas pero al salir los hace a los gritos, maltratando al personal de la Subsecretaría de Prensa y Difusión: les grita, los amenaza, los humilla, en fin, es un “maltratador serial”. No suelen darle mucha bola porque lo toman por desequilibrado, en realidad, lo ven como a un “boludo importante” (que suelen ser los peores).

“Fernandito” no solo maltrata al personal municipal, sino que suele hablar peyorativamente de todos, el que no es “un negro de mierda”, es “un boludo” y así sucesivamente de cualquiera, habla de los Concejales, de los funcionarios municipales, de los Secretarios del gabinete municipal y hasta lo han escuchado hablar mal del mismísimo Intendente municipal. Es un crítico por excelencia, de un cinismo recalcitrante. Tiene rasgos paranoicos, cree que todo el mundo está pendiente de él y que lo persiguen.

“Fernandito” usa al personal municipal para cuestiones personales, suele enviar a una de las empleadas al banco a realizar diferentes operaciones bancarias: a pagar impuestos, a realizar transferencias de dinero, a depositar dinero, etc. Trámites que despiertan la sospechas de todos.

Hay muchas historias de oficina de “Fernandito”, un día convocó a dos esbirros (tiene muchos desparramados en diferentes áreas del municipio) suyos y les ordenó que intimiden y que no dejasen entrar hasta a su despacho a cierta persona. Dicha persona apareció, minutos después, y no lograron intimidarlo ni hacerle creer que “Fernandito” no estaba, que no había llegado, que se había retirado, etc. Imperturbable el hombre se dispuso a esperar a “Fernandito” y este, encerrado bajo siete llaves en su oficina, transpiraba de pánico. Después de varias horas de guardia estrecha, “Fernandito” no pudo más y salió sigilosamente de su oficina y subió, por una escalera interna, al primer piso, desde ahí, por una escalera de emergencia se descolgó en el estacionamiento del Palacio municipal y salió corriendo por el portón de la calle Entre Ríos.

“Fernandito” tiene delegados en muchas áreas, en tránsito, en cultura, en las áreas contables del municipio (son los que le hacen rápidamente sus milagrosos suministros y son tan eficientes que el mismo suministro lo hacen por triplicado), ha extendido su poder por toda la municipalidad. Cualquiera, fuera de matanza, diría que “Fernandito” es un poderosos “coronel” de la estructura del PJ matancero, que garantiza votos por millares y que tiene una capacidad de movilización de varios miles de personas, pero no es así, “Fernandito” no mete cuatro personas un micro, no aportó ni una sola ficha de afiliación al PJ, no garantiza ni cuatro votos en una elección, al contrario, es un “piantavotos”, como se dice vulgarmente, porque donde aparece, le resta votos al candidato.

Los negocios de “Fernandito”

 

“Fernandito” es el coordinador de prensa del municipio (así se hace llamar), pero no quiere a la prensa local, es más, desprecia a la prensa local. Cuando el Intendente Fernando Espinoza realiza alguna actividad con cobertura de medios nacionales (el 80% de las veces dicha presencia es rentada), notoriamente intenta aislar a Espinoza de la prensa local, primero las cámaras de los canales y después, y si Espinoza quiere y queda tiempo, la prensa local. ¿Cuál será el motivo de dicho encono?, según fuente maliciosas, “Fernandito” se quedaría con un porcentaje de lo abonado a los canales y medios nacionales, pero como la prensa local tiene pautas tan magras no puede sacarles un retorno, por eso no les da bola.

“Fernandito” es un as para los negocios, se dice que es muy rápido y sin escrúpulos. Un dirigente peronista matancero me contó que “Durante toda la campaña del 2011 apoyé con todos mis recursos la candidatura de Fernando Espinoza, nunca solicité nada ni pedí nada a cambio (es un importante empresario con fuertes recursos propios). Después de la elección seguí colaborando en diferentes temas. Una vez me convocan para ayudar a difundir un evento (no recuerdo si era un recital de Panan u otro artista) y puse a disposición más de 20 camionetas con audio que recorrieron toda La Matanza anunciando el evento. Fue una movida de 10 días, no pedí nada ni me dieron nada, ni siquiera un vale de combustible, lo hice y punto. Al comenzar la movida Fernandito me habló y me pidió que controlara a una camioneta de una importante empresa de promoción con la excusa de que dicha empresa solía recorrer menos horas de lo que estaba estipulado y que se hacía para que el municipio apareciese aportando algo al evento dado que estaba pagado por la provincia. Puse una persona a controlar y hasta el almuerzo le tuve que pagar. Pasó el evento y después me entero, por amigos y compañeros, que Fernandito, había facturado mis 20 camionetas con audio como si fueran de la importante empresa de promoción, obviamente no colaboré más con ninguna actividad del municipio”.

“Fernandito” es un fiel defensor de los grandes recitales que se hicieron últimamente en La Matanza, porque acá, en nuestros empobrecidos pagos, todo sale tres veces más… no me expresé mal, todo lo facturan tres veces; es decir, si en Esteban Echeverría un artista cobra 100 mil pesos por una actuación, al municipio de La Matanza le sale 300 mil pesos, más allá que el artista haga un considerable descuento. “Fernandito” ha metido mano y miedo en cultura, andan medios perdidos porque aparecen triplicados cada suministro que se presenta por estos eventos y cuando preguntan, todos dicen que tienen que hablar con “Fernandito” y lo más interesante de todo, es que esos suministros presentados por triplicados, se aprueban sin más y sale la orden de pago.

“Fernandito” y sus carteles

 

“Fernandito” para la última campaña por la interna del PJ sembró de carteles La Matanza con la imagen de Fernando Espinoza, candidato a Presidente de dicho partido. Pero lamentablemente el lunes 2 de diciembre una espectacular tormenta azotó nuestro distrito y los carteles que “Fernandito” había plantaron se cayeron todos, no quedó ni uno en pie. Cuando se revisó con detenimiento varios de esos carteles, se descubrió que estaban mal hechos y aún peor puestos. Un cartel bien hecho, con las dimensiones iguales a los que colocó “Fernandito”, cuesta alrededor de 10 mil pesos, pero los que se colocaron eran de calidad inferior y estuvieron mal colocados, sin los sostenes correspondientes; en el mercado, una cartel de esas características (en lo referente al material) cuesta entre 4 a 5 mil pesos, pero ¿adivinen cuánto facturó “Fernandito” cada cartel?, 10 mil pesos. Es decir, pago por un cartel de excelente calidad y recibió uno de muy baja calidad. ¿Lo habrán estafado a “Fernandito”?

 

La solidaridad no es el fuerte de “Fernandito”

 

¿Se acuerdan del tornado que asoló La Matanza en la Semana Santa del 2012?, fue un desastre de grandes proporciones y puso a prueba todas las áreas del municipio matancero. Con mucho trabajo, esfuerzo y solidaridad se pudo salir adelante.

Ejemplos solidarios fueron muchos, pero “Fernandito” tuvo algo que ver en una donación que se hizo para “reparar los semáforos fuera de servicio”, fuese recibida por un funcionario municipal del área de Tránsito y Transporte y que dicha donación nunca llegara a las arcas municipales. La suma era de 10 mil pesos, fue hecha en efectivo y nunca se registró el ingreso de la misma a las cuentas del municipio. Algunas lenguas maliciosas afirman que “Fernandito” le dijo a la funcionaria en cuestión que “Dámelo a mí que lo ingreso como donación” pero el dinero nunca más se vio.3 - aviso bco provincia

4 - aviso malvinas5 - defensoría