Semanario “Quinto Poder” entrevistó a Daniel Luque, referente del Frente de Organización Territorial “Evita: Los Leales”.
Luque sostiene que “En muchos casos se privilegia las necesidades del dirigente en lugar de las necesidades del pueblo” y afirma que “en La Matanza tenemos muchos dirigentes y funcionarios hace 30-35 años; y si no se cambian los dirigentes tampoco vamos a cambiar la forma de hacer política”.
Q P: ¿Cómo ve la situación hoy? Porque ya tenemos sobre la mesa algunas negociaciones del movimiento Evita. Sé que le cuesta hablar de este tema pero se lo ve muy pegado al oficialismo.
DL.: “No es el único espacio político que está tranzando con el gobierno. Digo tranzando porque creo realmente que se han transgredido algunas normas no escritas dentro de la política. Creo que con un discurso prolijo sobre la defensa de los humildes, de los trabajadores (que es totalmente válido) muy poco se cambia el estatus de esos compañeros laburantes, creo que no les cambia la vida para nada. En cambio, a partir de estos acuerdos sí cambia la vida de muchos de sus dirigentes. Realmente creo que han acordado con el gobierno la puesta en marcha de estructuras que van a estar a disposición de esta dirigencia a partir de ser funcionales al gobierno.”
Q P: Recién fuera del micrófono hablábamos de la unidad del peronismo, y la subversión de los valores del peronismo y de la consigna fundacional del peronismo: primero la Patria, después el movimiento y después los hombres. Y usted hablaba que se había dado vuelta el esquema.
DL.: “Sí. En muchos casos se privilegia las necesidades del dirigente en lugar de las necesidades del pueblo. Ya te digo, se elaboran discursos donde nada condice con la realidad que se lleva adelante. Es lo mismo que el gobierno de Macri: declama que la gente está mejor, que hay más trabajo; y es todo una simple declamación. No existe eso; es todo lo contrario, cada vez hay menos trabajo, la gente cada vez está peor. Son hábiles declarantes.”
Q P: ¿Cómo ve el peronismo a nivel nacional y a nivel local?
DL.: “El peronismo estructural y dirigencial (podemos decir) está en una crisis obvia y natural después de haber perdido una elección. Se produce una dispersión, un retroceso donde cada uno le achaca la culpa al otro y nadie se hace cargo o muy pocos se hacen cargo, y cada uno aprovecha para llevar agua para su molino. Sin duda estamos en esa etapa.”
Q P: ¿Hoy cree que se está priorizando la necesidad de los dirigentes a la necesidad de la gente?
DL.: “Sin ninguna duda, en líneas generales sí. Hay canales de comunicación entre la dirigencia y el pueblo que estamos actuando en líneas generales (porque uno tiene que hacerse cargo también) de la forma inversa. Nosotros representamos las inquietudes del dirigente entre el pueblo en lugar de representar al pueblo con sus necesidades ante el dirigente. Entonces el proyecto que se discute es el proyecto del dirigente y no el del pueblo.”
Q P: ¿Es como que están más preocupados por el armado de las listas para el año que viene que por la gente?
DL.: “Por armar una lista, más preocupados por no dañar la imagen del dirigente. Entonces el pueblo marcha por donde el dirigente le presenta. Todo esto con el agregado que los medios ayudan a que las cosas sean así, sobretodo el medio televisivo que es el que entra día a día a la casa del vecino.”
Q P: ¿Usted percibe que la bandera de Cristina está tomando nuevamente fuerza? ¿Está creciendo la figura de Cristina o nunca dejó de crecer? ¿Cómo lo ve usted?
DL.: “Por un lado; el macrismo, el neoliberalismo del gobierno, están haciendo todo lo que pueden hacer para que la gestión de Cristina haya sido la mejor en los últimos años. Por otro lado; tenemos un candidato opositor como Massa que de opositor no tiene nada porque en los medios se declara opositor con todas las críticas que hace al gobierno, pero cuando está en la Cámara de diputados sus diputados votan con el oficialismo y votan las leyes que van en contra del pueblo, del país. Entonces de opositor no tiene nada, es una figura nada más. Yo creo que hoy Massa está siendo el plan B de los grandes grupos económicos.”
Q P: ¿Cómo ve la situación de la provincia? Porque venimos de la gestión de Scioli y hoy estamos descubriendo muchas falencias de esa gestión, y la situación tanto política como económica de la provincia de Buenos Aires es muy complicada. Y algunas cuestiones se están resolviendo y otras no. A su vez, tenemos un presidente que baja la imagen y una gobernadora que sube la imagen a partir de la gestión o de marketing. Esto termina creándoles dificultades en el posicionamiento a los intendentes, tenemos intendentes que se están pasando al PRO.
DL.: “Son diferentes cuestiones. Primero; nadie me puede asegurar que la gobernadora esté subiendo en ninguna encuesta, eso para mí se va instalando a partir de los medios porque la situación es crítica a nivel nacional y esto lleva un arrastre. Segundo; con respecto a Scioli, soy un convencido que las denuncias no se hacen en los medios sino que cualquier cosa que salga a la luz se la tiene que denunciar en la justicia. Lo que se denuncia en un medio después se tiene que denunciar en la justicia, y ninguna de esas denuncias llega a la justicia. No sólo ocurre con Scioli sino también con Cristina y muchos referentes políticos.”
Q P: Estábamos hablando de la situación en la provincia de Buenos Aires. ¿Cómo ve políticamente la situación en la provincia de Buenos Aires?
DL.: “Está muy compleja porque en líneas generales la situación social de la provincia de Buenos Aires, sobretodo del conurbano, nunca fue fácil y tampoco va a ser fácil ahora.”
Q P: Ya son seis intendentes del peronismo que han pasado también al PRO. ¿Son traidores o van en la búsqueda de la billetera salvadora?
DL.: “Si no es traición es prostitución. De cualquier manera no los deja bien parados porque tengamos en cuenta que este gobierno nacional y provincial son de un signo ideológico totalmente contrario a lo que el peronismo ha luchado toda la vida. Las luchas del peronismo siempre fueron por dignidad, por justicia social; siempre tuvimos como meta llevar el pan de cada día a la mesa de los trabajadores y los más humildes. Pero hoy, con eso no alcanza, si no hay dignidad para el trabajador la lucha continúa.”
Q P: ¿A nivel local cómo ve el peronismo? Usted hace unos meses dijo que iba a pedir que se abriera el debate, y si no se abría lo iba a hacer usted en la puerta del consejo del partido. Se abrió un poco el debate, se reunieron los consejos de las unidades básicas con el presidente del partido Fernando Espinoza. ¿Qué conclusión saca de ese debate?
DL.: “Sigo siendo crítico con respecto a eso. Creo que sigue pendiente esa discusión política que se tiene que dar entre los cuadros militantes y los cuadros dirigentes. Además, el hecho que el intendente participe con un sector del peronismo de alguna manera condiciona al compañero para plantear la diferencia que está teniendo. Conozco infinidad de compañeros que en un plenario no dicen nada pero después nos encontramos en la calle y dicen de todo.”
Q P: ¿Usted nota que el peronismo matancero está en un estado deliberativo?
DL.: “Estamos en un estado deliberativo porque hay una discusión permanente pero siempre en el campo del café, en el campo del pasillo. No se plantea la discusión formalmente en los lugares oficiales donde se tiene que plantear la discusión. Y cuando se plantea algún tipo de esa discusión (como estás diciendo vos) en los consejos del partido, en los subconsejos de las localidades es muy parcial la convocatoria. Convocan a los compañeros que están dentro del espacio del PJ, del espacio de la comuna; y el peronismo es mucho más amplio que eso, somos muchos los que estamos quedando afuera. Pero es una decisión de ellos, nosotros seguimos adelante con nuestro peronismo. De hecho, en este momento estamos trabajando fuertemente en la conformación de un consejo superior de lo que es el frente nacional y popular, de todo lo que fue el Frente para la Victoria.”
Q P: Usted está caminando el país. Estuvo en Córdoba recientemente. ¿Qué mensaje trae de la militancia de esos lugares?
DL.: “En Córdoba particularmente hay una situación bastante compleja porque es una constante el cierre de línea de los intendentes y dirigentes peronistas justamente con el gobernador de la provincia. Por lo tanto, la lucha que hay que dar a partir de las inquietudes populares es mucho más ardua.”
Q P: Esta sensación que se ha instalado que hay más militantes kirchneristas que dirigentes kirchneristas, ¿usted la siente?
DL.: “Sí, la comparto 100%. Es algo muy palpable en La Matanza. Hay muchos compañeros militantes del oficialismo, del PJ, que acompañan a la compañera Verónica y la conducción del distrito de Ferrando Espinoza; pero que tienen una férrea convicción acerca de la conducción a nivel nacional de Cristina Kirchner, están totalmente convencidos que Cristina es la solución del país, y defienden ese mal llamado kirchnerismo. Digo mal llamado porque cuando hablamos de peronismo y de kirchnerismo estamos hablando de la misma cosa. Se lo llame como se lo llame; los compañeros, los cuadros, los militantes estamos todos consustanciados con esa política que se llevó adelante durante doce años (aún con las críticas que podamos hacerle). Cuando ponemos en la balanza es sideral la diferencia.”
Q P: ¿Cómo ve la gestión de Verónica Magario a un año de haber asumido?
DL.: “Lo que tiene que ver con la imagen hacia afuera creo que está bien parada. En lo que tiene que ver específicamente con la gestión me parece que continúa en la misma línea de lo que se venía llevando adelante con los anteriores intendentes, no hay mayores cambios.”
Q P: ¿Es decir, que las reservas que tenía para la gestión anterior continúan para esta?
DL.: “Sí, continúan. Yo siempre tengo un espíritu crítico; quizás sea porque estoy fuera del microclima que se genera al estar trabajando dentro del municipio. Yo creo que hay soluciones que no sólo no están llegando al pueblo sino que ni si quiera se ensayan. Por ejemplo, hay barrios de la periferia de La Matanza que si a las 24 hs. se enferma un chico no hay cómo llevarlo al médico ni tampoco hay en el barrio un médico de guardia que lo atienda. Otro ejemplo es la forma inhumana en que viajan los trabajadores en los colectivos a la madrugada, si los colectivos paran.”
Q P: Estamos cerca de las fiestas y ante esto todo el mundo se retrotrae al 2001. Aún en el gobierno pasado, siempre se hizo un trabajo con los movimientos sociales. Y ahora están habiendo muchos rumores de conflictos. ¿Cómo ve usted esa situación?
DL.: “Que se está generando un clima es una realidad. El vecino que en el 2001 juntaba cartón o latitas de gaseosas, a partir de las condiciones que ha generado este gobierno neoliberal ha vuelto a juntar cartón y latitas de gaseosas. También es cierto que los sectores medios, aunque tienen un colchón económico, vienen descendiendo en su poder adquisitivo. Todo eso va generando una atmósfera que hace que cada día haya más la posibilidad de malestares. No creo que vaya a haber grandes movidas en cuanto a saqueos porque justamente algunos sectores populares están trabajando para que eso no ocurra.”
Q P: Nosotros hace un rato que estamos sentados en el bar, y han pasado como diez personas que han parado a saludarlo y a hablar con usted. ¿Usted cree que la decisión que tomó, de salir del espacio en el que estaba y tratar de armar algo nuevo, fue la correcta?
DL.: “Los compañeros del espacio donde estaban se enojan porque creen que mis críticas están hechas hacia el espacio; pero en realidad están hechas hacia los dirigentes, a los que conducen ese espacio. Yo estoy orgulloso de haber participado en el movimiento Evita durante cinco años y mis compañeros fueron mi familia durante todo ese tiempo. Además; es donde, de alguna manera, fui ampliando mi capacidad y mi convicción militante. Estoy convencido que tomé la decisión acertada. Si me caracterizo por algo es por decir lo que pienso (equivocado o acertado lo digo); y creo que en muchos casos, de alguna manera, expreso el pensamiento de muchos compañeros que por diferentes razones no lo dicen pero lo piensan. Esto de alguna forma genera una empatía de muchos compañeros hacia mí. Además, siempre me manejo con absoluto respeto hacia todos los compañeros; que piense de forma diferente en algunas cuestiones no significa que esté faltando el respeto.”
Q P: ¿Desea agregar algo más?
DL.: “A partir de ese estado deliberativo del que estuvimos hablando, van surgiendo conclusiones y desafíos. Los que estamos en el campo popular creo que tenemos ese desafío de transformar la política para que sea la herramienta de transformación de los pueblos, de la vida de las personas. Justamente tenemos el desafío de ir generando el recambio dirigencial porque, por ejemplo, en La Matanza tenemos muchos dirigentes y funcionarios hace 30-35 años; y si no se cambian los dirigentes tampoco vamos a cambiar la forma de hacer política.”
Q P: ¿Es una cuestión de nombres o de concepción?
DL.: “Es una cuestión de concepción. Los nombres son una consecuencia de la concepción. Esto quiere decir que hay que trabajar toda una cuestión cultural para arribar a las transformaciones. Pero en algún momento hay que empezar a hacer esa transformación cultural donde el dirigente tiene que estar a disposición de la gente.”
Q P: Hablábamos fuera del micrófono de la unidad, y usted me decía que también está invertido el rol. Se busca la unidad pero no se busca la unidad de concepción.
DL.: “Todo el mundo reclama la unidad, y también es una cuestión de cultura. Perón nos enseñó algo que es el ABC de la política: Unidad de concepción para unidad de acción. No podemos estar propiciando una unidad cueste lo que cueste; lo único que puede costar una unidad es la formación de una concepción. Si no hay unidad de concepción después cada uno va a hacer lo que quiere. Entonces después vamos a tener las consecuencias que estamos pagando hoy: son elegidos por un frente o un partido, y terminan cerrando acuerdos con otros espacios y dándole la espalda a la voluntad popular. Por lo tanto, para que todo sea según se propone tiene que haber una única concepción, al menos en cada espacio.”