Por Prof. Joaquín G. Puebla
“El hombre, en todas partes, sueña ser libre, pero vive en todas partes encadenado”. J.J. Rousseau (El Contrato Social).
Tener libertad de acción es tener libertad de elección. Es ejercer la libertad eligiendo. Elijo libremente sin nada que me lo impida. Esto suele ser muy difícil, pero no imposible. Todo lo que hacemos tiene sus consecuencias, nos alcanza ahora o nos alcanza después.
“Cuando cayó el sistema político de la URSS, preguntaron a un ciudadano ruso si le gustaba el cambio político. -Por supuesto que me gusta. Ahora somos libres.
-¿Han conseguido los rusos la libertad?
-Sí, mire: ahora podemos viajar, comprar un coche, consumir todo lo que queramos. Lo malo es que no tenemos dinero ni para comer. Pero somos libres.
-¿Entonces?
-Mientras no exista la igualdad, no existirá la libertad, amigo. Lo dijo Lenin: ¿Libertad, para qué?
Somos libres de elegir a nuestros políticos, pero cuando lo hacen mal, no podemos echarlos de la butaca.
Somos libres de votar. Pero si un partido consigue mayoría absoluta, gobierna en solitario y hace lo que le viene en gana.
Somos libres de elegir un banco, pero como no pagues la hipoteca, vas a la calle y encima sigues debiendo dinero.
La Constitución, nos hace más iguales, pero a unos más iguales que a otros. Y encima, tiene más trampas que una película china”.
Cómo afirmamos en notas anteriores, actualmente, la gran incógnita de la política matancera es si ¿Verónica Magario, ante la derrota de Scioli que evaporó la promesa de un ministerio para Espinoza, tendrá la independencia y la libertad política de armar un gabinete municipal para gobernar según su estilo y deseos?.
Hay rumores y rumores, unos apuntan hacia un lado y en sentido contrario. Todos hablan y especulas pero desde la conducción política (como viene ocurriendo en los últimos años) no se dice nada y eso genera mucha incertidumbre.
La Matanza es un municipio y, más allá de ser el municipio más grande del país, o de tener cerca de 1 millón de electores, la economía del distrito no está directamente relacionada con las cuentas municipales, dado que la cantidad de empleados municipales es ínfima en comparación a la población, Por eso la incertidumbre que genera el poder no tiene un impacto pleno en la economía local, pero si en todo el peronismo y, eso sí que es importante porque todo el poder político descansa sobre el peronismo matancero.
¿A LA CAZA DE TRAIDORES O PAGANDO COMPROMISOS POLÍTICOS?
Fuentes bien informadas aseguran que Fernando Espinoza, antes del 10 de diciembre (que es cuando vence su mandato) estaría anunciando un aumento de sueldo para los municipales de alrededor del 33%. Obviamente es una ponderada disposición del ejecutivo municipal, pero lo sigue haciendo a título personal y sin regirse por la ley provincial que habilitó las paritarias para los municipales. Como es costumbre, el STMLM será nuevamente un convidado de piedra en la fiesta y no tendrá la posibilidad de sentarse a discutir los numerosos y serios reclamos de los municipales, como las categorías adeudadas, los ascensos, la antigüedad, etc.
También hay fuertes versiones de que estaría dando vueltas, por diferentes despachos, un listado (de entre 200 a 300) de municipales contratados, a los cuáles no se les renovaría su vínculo con el municipio.
En primer lugar serían todos aquellos que son monotributistas, también estarían los contratados ligados a programas y/o proyectos financiados por el estado nacional y, ante la incógnita de lo que viene (y algún que otro desaguisado y/o negociado de por medio) los dejarían sin trabajo. Asimismo se susurra y se murmura que, aprovechando la volteada, dejarían sin laburo a algunos “traidores” que laburaron políticamente para Massa o Macri.
Pero este hueco de 200 o 300 vacantes ya tendría ocupantes designados o estarían analizando la lista de los futuros ingresos. Esta discusión está generando tirantez entre el saliente y la entrante. ¿La causa de esta tirantez?, simple: la necesidad que tendría Espinoza de ubicar al equipo que había conformado (y algunos familiares de los mismos) para su posible gestión como gobernador, o vicegobernador o ministro.
Algunos de los integrantes de ese equipo ya cobran en el municipio, otros simplemente curran, asimismo hay algunos que cobran y curran, pero los nuevos habrían planteado la necesidad de ser parte e integrarse al equipo de los que cobran y, de ser posible, también de los que curran en el municipio, dado que razonaron: ¿por qué ellos sí y nosotros no?.
¿UN GABINETE SOBREDIMENSIONADO?
Cuando nuestro Fernando asumió en el 2011 un nuevo mandato como Intendente conformó una estructura de gobierno acorde a una administración provincial, con 23 secretarías y 19 subsecretarias; es decir, un gabinete municipal con 42 integrantes (más algunos que tiene rango de secretarios o subsecretarios pero que no figuran en la planta orgánica. Con ellos se estría llegando a la cifra de 48).
Al principio se creyó que lo hacía para generar políticas públicas activas desde todas esas áreas, pero, lamentablemente, el criterio utilizado (y después ampliamente demostrado por el tiempo) fue sumar, encolumnar y contener a todos los sectores del peronismo matancero. Los quería a todos sentados a una mesa con él en una punta y Verónica Magario en la otra. Dicha juntada o sentada se realizó solamente en un par ocasiones.
El esquema utilizado fracasó porque al lado de cada secretario designado se nombró a un “comisario político” (al mejor estilo soviético) para controlarlo. En cada área, esta situación desató una interna que prácticamente paralizó la gestión municipal en más de una oportunidad. Algunos de los que fueron nombrados originalmente, se cansaron y renunciaron. Muchas de esas renuncias nunca fueron aceptadas. Ante esta situación dejaron de ir a sus oficinas y, otros, hasta dejaron de percibir su remuneración. Dinero que aún están depositados en sus respectivas cuentas sueldos.
Verónica Magario debe cubrir un gabinete municipal de casi 50 altos funcionarios, ya renunció a su banca como Diputada nacional y está enfrascada en la resolución de este rompecabezas político. ¿Se habrá dado la charla franca que ella anunció con Espinoza para cubrir las vacantes?, ¿ habrá un real cambio de funcionarios y políticas públicas? o ¿ se quedarán los que estaban y solamente habrá un cambio cosmético en el gabinete municipal?.
Una alta funcionaria municipal (no quiero dejarla en evidencia pero su comentario viene justito con el tema de fondo), no hace mucho tiempo, fuera de micrófono en una charla informal previo al reportaje, admitió que “Hay algunos funcionarios que se ocuparon más de hacer caja que gestión”. Esta sinopsis de lo que paso en los últimos años en el gabinete municipal, ¿será el punto de partida para armar el futuro gabinete?.
El Honorable Concejo Deliberante matancero se apresta a aprobar el presupuesto para el 2016 y la normativa tarifaria con un considerable incremento en las tasas municipales. El presupuesto rondaría los 4 mil millones de pesos, algo magro para darle obras y servicios públicos a más de 2 millones de habitantes. Según algunos cálculos optimistas la corrupción, es decir, la municipalidad paralela, estaría recaudando cerca de un presupuesto y medio, son ingresos que deja de percibir el municipio para volcarlo en obras y servicios para su población. Si esa recaudación que se cobra pero no ingresa a las arcas municipales se eliminase y pudiera ser ingresado al erario municipal, el presupuesto rondaría los 9 mil millones de pesos, una diferencia considerable a la actual.
El desafío de fondo de Verónica Magario es ese, viabilizar un municipio con recursos genuinos que le permita administrar el desarrollo y no la pobreza como es ahora.
Hay versiones de cambios, podría escribir un par de páginas más analizando los rumores pero me parece un ejercicio inútil, no por el tema de la primicia periodística sino más bien porque quiero equivocarme y me gustaría, de corazón, que el futuro gabinete municipal sea una sorpresa, que marque los lineamientos políticos que han de venir, porque hay algunos funcionarios que ya hicieron su agosto, que se llenaron los bolsillo a costa de la miseria de muchos matanceros. Es tiempo de que algo cambie porque los votos que obtuvo Daniel Scioli en el balotaje en La Matanza no son de Verónica Magario ni de Fernando Espinoza, ellos, cuando jugaron por los porotos sacaron mucho menos votos.
Los vecinos del distrito le dieron un voto de confianza a Espinoza y Magario pero también marcaron la cancha al aumentar la base de sustentación de otras fuerzas políticas.
A partir de las elecciones el HCD local no será el mismo, ingresaran 6 concejales por el oficialismo y seis por la oposición (3 del Frente Renovador y 3 de Cambiemos), quedando compuesto por una paridad de fuerzas que hace mucho no se veía, es decir, 11 Concejales de la oposición y 13 de oficialismo.
El oficialismo tendrá una mayoría ajustada para tener quorum (12 Concejales) y nadie podrá enfermarse ni faltar a ninguna sesión porque se correría el peligro de perder las votaciones. Obviamente sabemos que algunos concejales, que se definen opositores, en realidad pondrán su precio para levantar la mano (es el triste caso del “Garcajal del Pueblo” Abraham “Toto” Delgado), pero serán solo 1 o 2 votos más para el oficialismo. Esta estrecha ventaja augura un futuro de debate y acuerdos en cada sesión y eso no le vendrá mal al peronismo y será una gimnasia interesante para la oposición.