Por Prof. Joaquín G. Puebla
Publicano deriva de la voz “público”. Entre los romanos era el arrendador o cobrador de los derechos públicos: Publicani dienntur qui pública vectigalia habent conducta. Tributo, “reparto por tribus”, del úmbrico trifus «tribu». También se daba el mismo nombre de publicanos a los que tenían fundos públicos mediante una renta o tributo. En la Antigua Grecia llamaban telones a los publicanos. Publicano fue Tito Flavio Sabino, padre de Vespasiano, tuvo una estatua con el texto en griego: KALOS TELONESANTI.
Cada quinquenio, los censores sacaban a subasta la recaudación de rentas de la república romana, estando excluidos los senadores, se adjudicaba comúnmente a los caballeros (équites). Estos arrendaban los tributos del pueblo romano por cierta suma que se obligaban a pagar, formando entre sí una compañía, unos iban a las Provincias y otros se quedaban en Roma, donde siempre estaba el maestro de la compañía. Los publicanos o sus asociaciones, tenían el monopolio del dinero y del poder económico: la renta del suelo de Italia, y del mejor suelo de las provincias; la renta de los préstamos; las ganancias comerciales en todo el territorio romano; y (cuando lo tenían arrendado) la parte correspondiente de las rentas del tesoro público. Algunos publicanos alcanzaron capitales inmensos (de hasta cien millones de sestercios, cuando una fortuna senatorial media era de unos tres millones de sestercios, y la de un caballero medio de dos millones de sestercios).
El Estado les confió, mediante contrato, todo el sistema de ingresos, suministros, pagos y contribuciones. Los particulares acudieron a los publicanos o a sus asociaciones para sus construcciones, recolección de sus cosechas, liquidaciones de herencias, quiebras, etc. El empresario tomaba todo el activo y asumía todo o parte del pasivo. Con el tiempo todos los arrendamientos del Estado (minas, recaudaciones, transportes, etc.) quedaron en manos exclusivas de las sociedades de publicanos. Estas sociedades formaron distintas alianzas para cada ramo de actividad y tendieron a ejercer el monopolio del producto y a fijar su precio. Las sociedades también se hicieron mayoritarias en el ámbito privado. Y las gentes ricas invertían sus capitales en estas sociedades.
Durante la Dictadura de Lucio Cornelio Sila Félix (en latín, Lucius Cornelius Sulla Felix; Roma, 138 a. C. – Puteoli, 78 a. C.) los Publicanos tuvieron su mayor auge dado que las subastas para recaudar los impuestos a los pueblos bajo dominio romano fueron confiados a los allegados del Dictador. El sistema de recaudación de impuestos y/o tributos fue modificado sustancialmente. Cuando se subastaban la recaudación de impuestos los Censores establecían una estimación base a recaudar y a partir de ahí los Publicanos aumentaban la cifra a pagar al estado; el que más ofrecía se quedaba con el negocio. La mayoría de las veces los Publicanos establecían valores muy altos y si se agregaba el valor de sus servicios (que pagaban los pueblos y ciudades sometidas) que solía ser 100 veces más del valor del impuesto y/o tributo, muchas ciudades y pueblos no podían llegar a cubrir el monto solicitado. En esos casos, los Publicanos acudían al Gobernador de la zona en cuestión y procedían a vender a los habitantes de las ciudades y pueblos sometidos como esclavos. Estás prácticas abusivas provocaron más de una rebelión siendo la más importante la de Siria.
José Lino Dattoli, Coord. General de Arquitectura (leg. 22473) vendría a ser un moderno “Publicano” porque en el transcurso de los años se ha convertido en el “Recaudador Estrella” de la “Municipalidad Paralela”. A medida que su capacidad de recaudación aumentaba también lo hacía su poder dentro de la estructura municipal convirtiéndose en un “intocable”.
José Lino Dattoli, Coord. General de Arquitectura (leg. 22473) supo hacer maravillas con ese poder que le otorgó el poder político del distrito y hasta tal punto es poderosos que prácticamente hace lo que quiere sin tener que rendirle cuentas a nadie. Toma una decisión y la misma es acatada. Nadie en el municipio le lleva la contraria y, aquellos que lo intentaron, perdieron cargos y negocios varias veces millonarios.
Dattoli hasta se da el lujo de no hacerle caso ni a Fernando ni a Verónica. Le piden que resuelva un problema (que la mayoría de las veces él generó) y no les hace ningún caso; es más, si alguien le recuerda que tal o cual cosa fue dispuesta por Fernando o Verónica, él se encoge de hombros, hace asomar una pícara sonrisa entre sus espesos bigotes y sigue adelante sin importarle nada. Hay muchas situaciones y ejemplo de lo que cuento.
José Lino Dattoli, Coord. General de Arquitectura (leg. 22473) llevó la “corrupción municipal” a extremos insólitos y todas las denuncias penales que se hicieron contra él terminan cajoneadas en los diferentes escritorios de los jueces matanceros; es decir, el poder político lo protege.
“Joselino” (así lo llama todo el mundo) lo protege el poder político por su capacidad de “presión y recaudación” pero hay un rasgo en él que lo pone en alta estima de muchos dirigentes peronistas del distrito: es un consecuente amigo de Alberto Balestrini.
Es el único que tiene total libertad para visitar la casa – clínica donde reside el ex Intendente matancero y Vicegobernador bonaerense. Tiene las puertas abiertas para ir y venir, es el encargado de los traslados que dispone la Señora esposa de Balestrini (la Cjal, María del Carmen Cardo de Balestrini) a la costa. Es tal su apego a Balestrini y flia. que uno de sus emprendimientos comerciales tiene el mismo domicilio de la casa – clínica donde vive Balestrini (Sta Rosa al 2400 Localidad: Castelar Provincia: Buenos Aires).
Semanario “Quinto Poder” supo ocuparse de sus andanzas en varias ocasiones (https://semanarioquintopoder.com/?p=3340, https://semanarioquintopoder.com/?p=9904, https://semanarioquintopoder.com/?p=11521, https://semanarioquintopoder.com/?p=11986, https://semanarioquintopoder.com/?p=12324, https://semanarioquintopoder.com/?p=16304, https://semanarioquintopoder.com/?p=14336 y varias más) pero nunca le hicieron mella. ¿La razón?, la mafia no tenía rostro y a partir de la publicación de su foto comenzó a declinar su estrella. José Lino Dattoli ha desaparecido de los lugares que solía frecuentar, va poco a su despacho municipal y, si lo hace, va después del mediodía que es cuando los empleados municipales comienzan a retirarse.
José Lino Dattoli, Coord. General de Arquitectura (leg. 22473), como dijimos antes, ha hecho y deshecho a su antojo, ha perjudicado a miles de matanceros en forma directa o indirecta, ha presionado a empresas y particulares, ha coimeado e intentado coimear a grandes empresas (Coto, Banco Hipotecario, Mostaza, etc.); en definitiva, ha recaudado miles (algunos hablan de millones) de dólares para la corona y para él. Cuando es tan fácil juntarla y se trabaja con total impunidad suele aparecer la angurria y esto es lo que está pasando actualmente. Una investigación periodística no es algo que lo perjudiqué ni le quite el sueño pero esa misma investigación lo deja al descubierto ante sus protectores porque se habla de dinero que no coparticipó, es decir, que se quedó con todo y no compartió.
LA CONSTRUCCIÓN DE LA CORRUPCIÓN
Uno de los empresarios inmobiliarios más importantes del distrito dialogó con nuestro medio sobre el tema. Hace más de diez años tiene un edificio a medio terminar, clausurado por la municipalidad matancera. Pero la misma es una clausura atípica porque no hay un expediente o una orden directo que lo haya clausurado, simplemente no lo dejaron seguir construyendo. El empresario devolvió el dinero invertido a sus accionistas y también devolvió el dinero a los vecinos que habían comprado departamentos. Se hizo cargo de todo y afrontó las pérdidas económicas sufridas.
Q P: ¿Usted se siente víctima de esta administración o de la corrupción? Tiene una inversión terrible parada hace un montón de años, un edificio enorme, que el Municipio se niega habilitarlo. ¿Qué es lo que sucede?E. IM.: “Es un tema antiguo, que tiene poca lógica. Nunca se tuvo una respuesta seria, responsable, adecuada a las circunstancias porque uno puede sospechar de un empresario distintas cuestiones que pueden tener que ver con alguna picardía o no de haber construido más o menos metros o haber sobrepasado el límite de determinadas cosas, pero sabemos que sí, eso hubiera ocurrido, también existe un tiempo. Nadie puede pensar que caprichosamente uno puede estar una década esperando ni planeando una solución porque evidentemente cualquier proyecto económico da por tierra. Y, en definitiva, el dinero que se pierde en esos diez años no se recupera jamás.”
Q P: Estamos hablando de puestos de trabajo, de viviendas, algo tan necesario en el Distrito.
E.IM.: “Sin duda, han existido cosas que son inconfesables, que no están relacionadas con cuestiones técnicas, cuestiones edilicias, cuestiones formales ni nada que tenga que ver con transgresiones a normas o disposiciones sino con situaciones más de orden personal y político que hacen tener de rehenes a otros y malograr la imagen en el Distrito. Además, se malogran las fuentes de trabajo porque evidentemente diez años de una inversión de haber vendido las unidades, de haber trasladado esas nuevas inversiones hubiese generado no sólo muchos puestos de trabajo sino también una cantidad de viviendas importantes, un desarrollo importante en la zona y obviamente mayor atracción. Todo eso creo que por un capricho le fue negado al progreso más que al empresario. Esto produce tristeza porque es un error que sin duda le ha creado un gran daño económico al empresario pero mucho más a la sociedad. Nos puede dejar como experiencia que no hay que anteponer los temas que hacen a las cuestiones políticas o personales sino que el funcionario debería tener como prioridad en la gestión a la gente, el lugar, el desarrollo, la imagen; y las cuestiones que no tengan que ver con eso ventilarlas por otro lado porque es difícil pensar que en un década no le hayan encontrado (si hubiera voluntad de hacerlo) desde las cuestiones técnicas una solución a una persona que viene a invertir sobre 4.000 metros de edificación en el centro de una ciudad. Yo creo que a los empresarios, a los emprendedores, a los industriales o a quien sea uno tiene que atraerlos y para eso tiene que acompañarlos; y si tienen una dificultad, cualquiera sea, está el Estado para tratar de resolverles la dificultad y no para entorpecerla. ¿Cómo puede ser que después de tantos años y tantas acciones que el empresario llevó adelante para tratar de destrabar eso nunca haya habido una resolución, una respuesta. Entonces la respuesta ya se da por sí misma; esto tiene que ver con cuestiones totalmente ajenas al edificio en sí o a una clausura en sí, que parece la cláusula eterna. Esto va a quedar en la historia como la clausura más larga; y nos hace reflexionar cómo un Estado no pudo solucionar este problema. El Estado mismo está exhibiendo frente a la gente unas cuestiones muy delicadas.”
LA MOSTAZA DEL PANCHO
A José Lino Dattoli, Coord. General de Arquitectura (leg. 22473) no siempre le salen las cosas a pedir de boca y muchas veces queda pagando. No sé si recordaran que intentó chantajear al banco Hipotecario cuando construyó su nueva sucursal en Ramos Mejía y, nuestro medio, al develar el número de expediente que tenía secuestrado “Joselino” tiró por tierra toda la maniobra y el banco pudo inaugurar su sucursal (https://semanarioquintopoder.com/?p=12324).
Ahora salió a la luz su intento de presionar MOSTAZA Y PAN S.A., una empresa de Fast Food argentina que salió a competirle a McDonald’s y Burguer King. Hace un poco más de un año inversores locales compraron la franquicia (más de 250 mil dólares) para instalar un local de comida rápida en pleno centro de San Justo. A la compra de la franquicia hay que sumarle la llave por el alquiler del local en Arieta al 3100 (más de 50 mil dólares) y un elevado alquiler por mes. Obviamente se necesitaban refacciones en el local para ponerlo en condiciones pero el “Tano Joselino” les trabó la aprobación del plano hecho que impidió hacer la obra requerida.
La prohibición de trabajar duró cerca de un año y después de varias reuniones los representantes de MOSTAZA Y PAN S.A. se negaron rotundamente a pagar “coima” alegando que tenían sus papeles en orden y que “no era política de la empresa pagar coimas”. Ante esta situación presentaron una denuncia judicial (que nunca próspero) e iniciaron las obras requeridas para inaugurar la sucursal tanto tiempo demorado. Obviamente todo el trabajo que se realizó se hizo sin el correspondiente cartel de obra porque “El Tano Joselino” no le facilitó ningún trámite.
La obra fue “clandestina” en pleno centro de la ciudad cabecera del distrito. Joselino no pudo sacarles plata y tampoco pudo frenarla. A principios de año MOSTAZA Y PAN S.A. inauguró su sucursal, debidamente habilitada por las autoridades municipales pero para este final feliz tuvieron que esperar más de un año hecho que provocó que la empresa perdiese una importante cantidad de dinero. Hablan de iniciarles las acciones legales correspondientes a las autoridades municipales (incluyendo a Verónica Magario) y a José Lino Dattoli.
Algunas versiones aseguran que este “Tano emprendedor” estaría detrás de la desaparición del tradicional pizzería “Carreto” ubicada en Villegas y Arieta y en su lugar se trasladaría “La Quintana”, de la cual, en su momento, nos ocupamos (https://semanarioquintopoder.com/?p=15105).
UN SEÑOR FEUDAL
José Lino Dattoli, Coord. General de Arquitectura (leg. 22473) no solo tiene poder e influencia en su área (que ni siquiera está a su cargo) en la Dirección de Fiscalización de Obras y Regularización Catastral, sino que tiene un feudo privado en varias dependencias municipales. Las licitaciones municipales pasan también por sus manos y ha elaborado un simple pero, a la vez, intrincado mecanismo para digitar todas las licitaciones de compra del municipio.
Cuando se llama a una licitación y “Joselino” tiene interés en la misma, no aparecen oferentes y la se realiza una compra directa a algunos de los proveedores oficiales del municipio. En realidad se realiza solamente a uno de nombre “Maracana S.R.L.” que provee al municipio de todo, desde ropa de trabajo hasta un helicóptero.
También extendió sus “garras coimeras” al mundo de la obra pública porque el titular de Obras Públicas, Ing. Héctor Turquié, le respondería (gerencialmente hablando) a él.